Contra Punto-Dolarización, política monetaria y el sabio Mani - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 Por Ricardo Arturo Villeda.01 de Febrero. Tomado de Contra Punto.

El debate actual sobre el bien y el mal de continuar dolarizados o de desdolarizar

SAN SALVADOR - El maniqueísmo se refiere a una religión creada hace muchos siglos por un sabio persa llamado Mani  y dentro de sus ideas estaba el que había una eterna lucha entre el Bien y el Mal, que eran relacionados a la Luz y a las Tinieblas, respectivamente.
Esta referencia cobra relevancia al observar la manera cómo se ha conducido la discusión entre dolarizadores y desdolarizadores, en la cual pareciera que ha prevalecido una visión maniquea. Según algunos la dolarización es la Luz y la política monetaria son las Tinieblas, y de acuerdo a otros la dolarización es el Mal y la política monetaria es el Bien.
Una manera más equilibrada de abordar el asunto es pensar que  tanto la decisión de dolarizar como la de circular el colón,  pueden tener consecuencias positivas o negativas sobre el desempeño de la economía. El éxito de dichas decisiones en torno a la moneda a utilizar, va a depender de las condiciones concretas en que se encuentre la economía de un país y de la capacidad de implantar otras políticas complementarias.
La dolarización plena ha eliminado la capacidad de las autoridades económicas para aplicar políticas que amortigüen los efectos macroeconómicos de la crisis internacional reciente, de la cual apenas se está empezando a salir. Esto se ha traducido en que la economía ha tenido que ajustarse de una manera bastante dolorosa, reflejada en la pérdida de empleos de gran parte de la población. Pero el aspecto positivo de la dolarización es que ha descartado la posibilidad de que se trate de resolver la crisis mediante una emisión permanente y abultada de dinero, que al aumentar la demanda de bienes y servicios, sin que haya una respuesta similar de parte de la oferta de las empresas, provocarían incrementos desmesurados en la inflación, que terminarían por afectar a los sectores sociales más desprotegidos.
Por otra parte, si el país hubiera tenido el colón habría podido enfrentar mejor la crisis reciente, ya que habría tenido capacidad de realizar una política monetaria expansiva que, utilizada inteligentemente, habría permitido que la producción y el empleo no cayeran tan drásticamente como ocurrió y que la velocidad a la que se recuperó en 2010 hubiera sido mayor. Sin embargo, la posibilidad que se abre con la política monetaria para hacer emisiones descontroladas de moneda local, podría constituir una tentación para pensar que a través de emisión monetaria nuestro país podría seguir creciendo indefinidamente. Esto sería un error,  ya que la política monetaria tiene un poder limitado para generar crecimiento, el cual está fuertemente acotado por la capacidad real que tenga el aparato productivo para responder con una mayor producción y empleo a los estímulos de demanda.
Un grupo de economistas suelen sintetizar esto diciendo que, dependiendo del régimen cambiario imperante,  la política monetaria es efectiva en el corto plazo pero inoperante en el largo plazo. Obviamente habrá otro grupo de economistas que no está de acuerdo con este planteamiento.
Hasta aquí podemos concluir que el defecto tanto de la dolarización como de la política monetaria es, paradójicamente, su principal virtud. La camisa de fuerza que impone la dolarización no permite realizar políticas que incentiven la producción, la demanda y el empleo en períodos de crisis, sin embargo tiene la ventaja de eliminar el riesgo de desatar una inflación incontrolable de origen monetario.  Pero por otra parte, el temor de que el retorno de la política monetaria podría traducirse en un deterioro de la capacidad adquisitiva de la población y afectar las decisiones de inversión de los empresarios, podría verse atenuado por el hecho de disponer de una política que, utilizada inteligentemente, ayudaría a reducir los efectos negativos de la crisis, como ya se ha señalado.
La moraleja de todo esto es que los que habitamos en este espacio económico llamado El Salvador, deberíamos de hacer un gran esfuerzo por discutir a fondo los beneficios y calamidades que nos ha dejado la dolarización y los que nos podría traer el regreso de la política monetaria, de tal manera que se adopten las medidas para minimizar los nuevos riesgos que seguramente surgirán, si en el futuro el país decide desdolarizar. Para bien o para mal, quizá la visión del sabio persa Mani no fue la más acertada.

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