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2011/02/01

LPG-Los profesores, clave en el desarrollo

 “Nada influye tanto en la educación como el maestro. Debemos reformar el sistema, pagarles mejor con base en eficiencia, eliminar la inamovilidad, prepararlos para que enseñen una educación de primer mundo y pagarles de acuerdo con ello.”

Escrito por Rafael Castellanos.01 de Febrero. Tomado de La Prensa Gráfica.
 

Ningún factor tiene tanto impacto en la educación como el maestro, ni la currícula, ni la infraestructura, ni los libros, ni los uniformes, ni los zapatos... Esto es así de maternal a la universidad.

A pesar de que nadie duda que la educación es la manera más efectiva para la superación del país, muchos lo dicen como un cliché, sin comprender ni tratar de entender en qué consiste, cómo educar a todos los salvadoreños en cobertura y en contenido. Los políticos que son quienes más debieran entenderlo desafortunadamente están entre ellos.

En todo el mundo hay malas prácticas respecto a los maestros que contribuyen a mantener el nivel educativo bajo. Los políticos y los gremios de maestros se entienden para privilegiar la antigüedad, no la eficiencia. En algunos países privilegian las calificaciones del maestro y no su eficiencia.

Si queremos resultados favorables, debe privilegiarse la eficiencia, no la antigüedad ni las calificaciones en papel. Buenos maestros tienen buenos resultados.

La mala práctica más común y dañina en la calidad de la educación es mantener la inamovilidad de los maestros, sin importar su rendimiento, su asistencia efectiva al aula, o faltas delicadas como maltratos, acosos, o presentarse alcoholizados.

Los maestros deben ser permanentemente evaluados, y con base en ello, remunerar mejor a los mejores, establecer bonos por rendimiento, y como en cualquier empleo, poder ser destituidos si hay causas que lo ameritan.

Los políticos deben cambiar de cultivar el clientelismo de los gremios apoyando la inamovilidad y la remuneración por antigüedad, a un nuevo paradigma, en que el maestro ocupe un lugar más alto en la escala social, en remuneración y estima de la sociedad, que atraiga a los mejores a esta digna profesión, que los buenos ganen igual o más que un ingeniero, economista o doctor, en sus manos está el futuro del país.

Estados Unidos trabaja en reformar profundamente su sistema y llama las prácticas antiguas, “privilegiar a unos cuantos adultos en perjuicio de los niños”, eso debe quedar atrás.

¿Qué hacer? Reformar drásticamente la forma de remunerar, reclutar, y estimular a los maestros. Es un proceso estructural que toma tiempo, pero debe comenzarse y ser asumido por la sociedad para que dure.

La educación moderna para dar a los estudiantes las herramientas necesarias para competir mundialmente comprenden manejar fluidamente computación, internet, inglés y mandarín, entre otras, los profesores deben dominar esos temas y por hoy no es así. Tenemos el reto importante de solucionarlo, comenzando hoy.

Singapur sale siempre entre los primeros cinco en las pruebas de matemáticas. Sus profesores se reclutan entre el mejor 30% de la clase. Obviamente, para que los mejores opten por ser maestros, son bien remunerados y apreciados. Es la mejor inversión que un país puede hacer en su futuro.

Es todo un cambio de cultura, es formar la nueva generación de maestros llamados a ser una parte fundamental de la evolución de la sociedad.

Esto presenta un problema serio que no puede soslayarse. El parque actual de docentes está compuesto por gente capaz, rescatable, por quienes necesitan capacitaciones y por algunos que no calificarán. Esto es difícil y debe buscársele soluciones ágiles y dignas.

Sobre la forma de preparar maestros, países exitosos aplican programas mixtos repartidos recibiendo teoría y buena parte de las aulas trabajando con alumnos.

La preparación de maestros de nivel mundial para poder tener una educación de primer mundo no es algo aislado en las necesidades del país de elevar notablemente el nivel de los servidores públicos. Y así como debe hacerse un esfuerzo en identificar a los maestros con deficiencias o realmente poco rescatables, debe hacerse un esfuerzo mayor para identificar a los realmente buenos, preocuparse por conservarlos y hacerlos mejores.

En manos de los profesores está el futuro del país, iniciemos una reforma para tener los mejores posibles, es indispensable.

Los profesores, clave en el desarrollo

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