Juan Valiente.02 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.
Hace pocos días esperando al presidente un par de horas para dar inicio a un evento, me puse a soñar con un El Salvador diferente. Comenté con algunos de los otros ofuscados asistentes por qué sería que en el país el ciudadano presidente rápidamente pierde su característica ciudadana y pasa a ser una especie de realeza a lo salvadoreño. Todos, comenzando con el presidente, debemos ser más sensatos y más normales y corrientes. No desmerece al cargo ser amable y ser puntual. No desmerece al cargo andar con menos ostentación y menos seguridad. Es más bien lo contrario.
¿Vieron Uds. la película "Invictus", que relata la llegada de Nelson Mandela al poder en Suráfrica? Andaba con dos policías motorizados y en un mismo carro él junto a dos elementos de seguridad y su asistente. No crean que era un vehículo enorme y que irrespetaba continuamente las normas de tránsito para mitigar inútilmente las llegadas tardías. Era un carro pequeño, dirigido por un político, que incluso en los congestionamientos prefería esperar a generar conflicto. Aunque algunos dirán que es por seguridad, me imagino que habrá habido muchos blancos con ideas locas de matar al primer presidente negro de ese país. ¿Por qué los cargos se nos suben a la cabeza y perdemos la perspectiva?
Los empleados públicos, incluido el presidente, son nuestros empleados. Los pagamos todos los salvadoreños con nuestros impuestos. Nos deben respeto y esperamos de ellos un trabajo a consciencia. El Salvador debe sufrir una transformación cultural de la política. No debemos, ni podemos continuar "endiosando" a los funcionarios. Les debemos respeto más como personas, que por la notoriedad de su cargo.
Reconozco que es difícil ocupar algunos de esos cargos, especialmente para aquel que lo ha buscado en un genuino afán de servir a los demás. Uno debe enfrentar dilemas complicados y aceptar que no todo lo que se sueña es posible. Debe trabajar por lo imposible con energía y convencimiento para lograr a veces pocos avances. Tengo amigos trabajando en este gobierno y para muchos de ellos este esfuerzo y sacrificio es ocasión de servicio. Me duele reconocer cómo a veces no están a la altura de las expectativas y cómo a veces se pierden bajo la nefasta influencia del poder.
El funcionario debe convertirse en una persona muy organizada. La carga normal de trabajo convive con una serie de compromisos que requieren su presencia pública. Además está la familia, que no puede ser descuidada. Les recomiendo no terminar el día sin haber atendido todo lo que se ha recibido de correos, llamadas y cartas. Debe rodearse además de al menos una persona que respete y admire para que ella pueda decirle cuándo está actuando mal, cuándo las mieles del poder empiezan a corromperlo arriesgando su honorabilidad y su buen nombre.
También debe recordar que es importante no perder la independencia. Cada uno de nosotros debe dar cuenta de lo que hace y de lo que hizo. No podemos actuar en contra de nuestras creencias, ni de nuestra inteligencia. Siempre es mejor retirarse que ceder a manejos indebidos, a medias verdades y a ocultarse en la aureola del cargo. Debemos comenzar a restaurar el nombre del servidor público, dado que hasta ahora han sido más los que han llegado a ocupar esas posiciones en busca de poder personal y riquezas.
No depende necesariamente de partidos, ni de ideología. Depende de los valores y del carácter. Ya en Uruguay el presidente ha ido cumpliendo lo que dijo su esposa: "Si gana Mujica, haremos gala de austeridad y sobriedad". En un país como el nuestro, pobre bajo muchos estándares, es pecado no tener austeridad y sobriedad. Recuerden que dichas características no sólo se refieren al manejo del dinero, sino también y a veces de forma más importante al manejo personal frente a los demás. Por favor, amigos funcionarios, sirvamos con humanidad, pero también con austeridad y sobriedad.
Ser funcionario es la mejor alternativa en estos tiempos de crisis económica. Trabajar en el Estado ofrece la estabilidad laboral que ninguna otra labor puede asegurar.
ResponderEliminar