Eduardo Torres.19 de Febrero.Tomado de El Diario de Hoy.
Durante el "Discurso ante la Nación" -State of the Union Address--, el presidente Barack Obama anunció que visitará tres países en el Hemisferio: Chile, Brasil y El Salvador. El emergente Brasil, gigante suramericano, es el que representa interés estratégico para los estadounidenses, por su ascendente rol en la esfera política mundial; por haber abierto el ex presidente Luis Inácio "Lula" da Silva relaciones diplomáticas con Irán y por haber roto dichas relaciones -preocupación de Occidente-- la nueva presidenta, Dilma Roussef; por la estabilidad política y el despegue económico logrado por Brasil en los últimos años, que le da posición de creciente liderazgo.
Estando claro que Brasil acapara el interés estratégico de los Estados Unidos entre los países a los cuales llegará Obama, ¿se vuelve por ello menos importante la visita a Chile y a nuestro país? La respuesta es no. Chile ha logrado construir una historia de éxito, basada, en su esencia, en haber podido convertir en matices las diferencias. Creo que Chile será el primer país, entre el Río Sur y la Patagonia, que llegará al desarrollo. Tiene estabilidad política, un continuado desarrollo económico y atención creciente hacia quienes más necesitan. Los productos chilenos compiten de tú a tú a nivel mundial, en diferentes categorías.
En cuanto a nosotros, casi una tercera parte de nuestra población reside en la superpotencia mundial. Soy uno más entre millones de salvadoreños que se vio beneficiado del aprendizaje democrático práctico, al residir allá durante dos oportunidades un par de años en cada una de ellas. Nunca he dejado de seguir la política estadounidense, la cual amo. Trabajé acá cuatro años en la misión diplomática estadounidense, en la ya lejana época de los años Ochenta. Mi inquebrantable convicción democrática se la debo, en parte, a estas vivencias. Estoy convencido, como dijo Sir Winston Churchill, de que la democracia "es el peor sistema, exceptuando todos los demás (sistemas) que antes se probaron".
Viví con intensidad la gran reforma migratoria lograda durante la Administración Reagan. Fue la piedra angular para cientos de miles de compatriotas, que lograron así legalizar su residencia en los Estados Unidos. Cientos de miles de compatriotas que emigraron durante los años más duros de la guerra. Muchos programas y renovación de TPS ha habido durante las dos últimas décadas, pero debido al 9-11 está cuesta arriba una nueva reforma migratoria. La pregunta de fondo en el debate estadounidense es: ¿qué hacer con los doce-trece millones de indocumentados que se estima residen y trabajan en esa nación?
Durante la anterior Administración se logró el tratado comercial Estados Unidos-Centro América/República Dominicana (DR/CAFTA). Fue una alianza para la prosperidad lo que se buscó, para aquellos que creemos en las economías abiertas y en el libre mercado. Alianza para la prosperidad cuyo objetivo era la generación de puestos de trabajo. Al menos eso fue lo que me respondió a mí el ex presidente George W. Bush, cuando en el Salón de Mapas de la Casa Blanca le pregunté, en entrevista para la televisión salvadoreña, sobre el objetivo de la búsqueda del acuerdo comercial. Puestos de trabajo --"Jobs"- me respondió. Eso es lo que buscamos con esta iniciativa, agregó.
Qué bien que venga el presidente Obama. Será un gran respaldo para quienes creemos en la libertad y la democracia, valga decir democracia representativa, no "democracia directa". Qué bien que venga el gran aliado, es especial en este momento en que el narcotráfico y el crimen organizado parecen superar la capacidad instalada de la región.
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