Teresa Guevara de López.06 de Febrero.Tomado de El Diario de Hoy.
El pueblo aplaudió la medida del Presidente Flores de quitar el subsidio a los buses, del que los transportistas habían gozado por más de 20 años, imponiendo en 2004 un aumento de la tarifa, a pesar de la oposición del Gobierno y obligando a los usuarios a aceptarla, bajo amenaza de bajarlos de la unidad. Se autorizó el aumento, ante el compromiso de los buseros de cumplir con 14 puntos, que se quedaron en el papel, entre los que estaba la mejora de las unidades.
En 2005 el Estado desembolsó $35 millones como retribución por el alto costo del combustible. En 2006, lograron se autorizara un nuevo aumento del pasaje, y en 2007, volvieron a la carga una vez más, exigiendo y amenazando, sin comprometerse a nada.
Se dijo también que muchos cobraban subsidio por unidades ya fuera de circulación. Apoyados por diputados afines al gremio, lograron retrasar la aplicación de la ley que sacaría de circulación a los buses con más de 15 años y la no aprobación de la ley del seguro obligatorio para el transporte colectivo.
En enero de 2008, a raíz de serios accidentes ocurridos por motoristas ebrios, endrogados, con gran cantidad de esquelas acumuladas, y hasta sin licencia, don Genaro Ramírez admitió que contratar personas que no tienen licencia es una actividad normal, lo que fue confirmado por don Catalino Miranda, quien aseguró tener en planilla choferes que manejan sin licencia, porque la tienen bloqueada en el sistema de Sertracen, pero él les da empleo porque son buenos elementos y traen bastante dinero porque se rebuscan.
Hoy nuevamente, los mismos señores acusan al Gobierno de intransigente e irresponsable, porque a pesar de los incrementos desproporcionados en sus costos operativos, no ha demostrado voluntad política para encontrar una solución a su caótica situación económica. Valdría preguntarles, ¿desde cuándo el Gobierno tiene que velar por la situación económica de empresas particulares? Lo lógico es que si el negocio es tan malo, que lo dejen, que lo vendan y se dediquen a otra actividad.
Se pregunta don Genaro por qué las alcaldías están subiendo impuestos y los precios están aumentando, mientras ellos no pueden aumentar el precio del pasaje, a pesar del pésimo servicio que prestan. Acusa al Presidente de no conocer las leyes y le recomienda buscar asesores, porque la ley no le faculta para decomisar unidades. Talvez no se ha enterado que las muchas infracciones que cometen sus motoristas, las nubes de humo negro que vomitan sus unidades y el pésimo estado en que éstas se encuentran, si se cumplieran las leyes vigentes, habría más que suficientes razones para prohibir la circulación de la mayoría de buses chatarra.
Sin embargo, todas estas consideraciones, escritas a la mitad de la semana, hoy domingo estarán obsoletas, porque lo más seguro es que en una nueva mesa de negociación los transportistas lograron más subsidio, precio tope para el diésel, exención de impuestos, sin comprometerse ellos a nada. Que el usuario aguante buses sin frenos con asientos rotos y llantas lisas, manejados por choferes irresponsables.
Además, no sería remoto que la Asamblea los declarara Hijos Meritísimos de El Salvador, y talvez don Elías Antonio Saca González les publica una página entera, a todo color, alabándolos por la nobleza de sus gestiones. ¿Quién podrá defender a los pobres usuarios, víctimas de la prepotencia del gremio y de la debilidad del Gobierno?
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