Ricardo Chacón.06 de Febrero.Tomado de El Diario de Hoy.
Organismos internacionales, en los que no han metido la mano "malos salvadoreños", plantean que El Salvador es una de las naciones con mayores índices de violencia y de las zonas más peligrosas; el sustento de estas afirmaciones, entre otros hechos, es que hay 61 homicidios por cada 100 mil habitantes; sólo por comparación, Venezuela tiene 48 y en Colombia se producen 37.3 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Dicho en pocas palabras y para entendernos, el año pasado hubo un poco más de 4 mil homicidios, aun con todas las operaciones realizadas, entre otras, incorporar al gobierno a los críticos más acérrimos a las políticas anteriores de seguridad, la aprobación de enormes cantidades de recursos económicos, haberse ratificado y puesta en marcha leyes más duras, sacar a la totalidad del ejército a las calles e incluso ponerlos a vigilar los centros penales y llevar a cabo operativos de choque contra la delincuencia (muchas de estas medidas hace unos años eran calificadas de "mano dura" y "militarización", que no llevaban a ningún lado).
No me cabe duda, y como salvadoreño siento en lo más profundo de mi ser, que se debe modificar esta percepción de violencia e inseguridad que hay sobre nuestro país, tanto a nivel nacional como internacional; sin embargo, también creo que este cambio va más allá de la "buena voluntad" y los esfuerzos de un gabinete de seguridad, que no ha logrado detener los hechos de violencia.
Se trata de una tarea enorme, sí, y muy compleja que trasciende el simplista "presionar", por las buenas (y esperamos que nunca por las malas ) a los medios de comunicación para que "informen cómo debe ser" y que promuevan las "acciones positivas" que llevan a cabo las actuales autoridades de seguridad.
Escucho a los funcionarios de seguridad acusar a periodistas, de algunos medios informativos, de que no están en la línea para contribuir a modificar la percepción de violencia que tiene el país; incluso, más de alguno de estos flamantes funcionarios se atreve a insinuar que hay comunicadores que están alimentando, en forma deliberada, esta percepción negativa del público.
Estas acusaciones son inaceptables y , como lo dije en el pasado, cuando también me tocó dar esta batalla, se trata de "cortinas de humo" levantadas con la intención de distorsionar la realidad.
Recuerdo que en el período del ex director de la PNC, Mauricio Sandoval, también dirigió casi una cruzada para modificar la percepción de inseguridad. Con tal fin presionaba a los periodistas y a los medios de comunicación para que no "informaran" sobre la violencia. Es más, fue durante este período que se introdujo aquella controvertida diferencia entre "violencia social y violencia delincuencial" ¿Recuerdan?
No dudo que las actuales autoridades, como las de antes, tengan la responsabilidad de modificar la percepción de que somos un país violento, lo cual es parte de su tarea para mejorar la imagen del país; sin embargo, teniendo en cuenta la multicausalidad de la violencia, las soluciones tienen que ver con la erradicación de las causas y de los hechos de violencia a mediano plazo.
La percepción realmente se modificará cuando no sólo cambie la tendencia sino que realmente no haya cinco, diez, doce o quinte asesinatos diarios; cuando la justicia se imponga y lleve a la cárcel al asesino; cuando los distribuidores de productos de consumo básico no tengan que pagar "renta" y sean asesinados en cualquier colonia, y cuando algunos jueces dejen de liberar a descuartizadores de niñas.
Sin duda se trata de una tarea que comienza con acciones decisivas, integradas entre las diversas instancias del Estado, incorporando a toda la población y pensando a corto y mediano plazo cómo haremos de nuestro terruño un país donde no impere la violencia sino que prevalezca la paz y la concordia.
elsalvador.com, Con hechos se cambia la percepción de violencia
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