Si la improvisación es indeseable en épocas de más tranquilidad, cuando las complicaciones se aceleran la improvisación se vuelve el problema más peligroso.
Escrito por Editorial.03 de Febrero. Tomado de La Prensa Gráfica.
Es evidente que en el país se están dando movimientos políticos en razón de la dinámica progresiva que lleva el proceso democrático mismo. Nada de lo que pasa es casual. Y lo que se espera es que esos movimientos sean cada vez más producto del compromiso con la modernización de nuestra realidad en todos sus sentidos, y no sólo efecto de percepciones coyunturales de interés partidario, sobre todo ahora cuando estamos ya entrando con ímpetu en las batallas preelectorales. Es claro, según las señales y las actitudes que proliferan en el ambiente, que las fuerzas partidarias están crecientemente nerviosas por los desafíos competitivos que se les avecinan, y eso, de no manejarse bien, crispará más la atmósfera en los meses por venir.
Hay un cúmulo de problemas que se están activando cada vez más dentro de este clima de expectativas abiertas. Las demandas sociales con signo sindical van soltándose en forma sucesiva. Los puntos ciegos de la administración pública tienden a destaparse, como se ve en el caso de las 458 plazas “fantasmales” en la propia Asamblea Legislativa. La inseguridad ciudadana sigue campante, pese a los esfuerzos institucionales de entes como la Policía Nacional Civil. Aún no hay definiciones sobre los cambios que hay que hacer en el esquema electoral, de cara a los próximos comicios. Leyes vitales como la de acceso a la información pública siguen en el limbo. Y así podríamos continuar enumerando.
La impresión inmediata que resulta de toda esta canasta problemática es que falta un orden conductor que posibilite tratar temas fundamentales y buscar soluciones sostenibles a los mismos. Si la improvisación es indeseable en épocas de más tranquilidad, cuando las complicaciones se aceleran la improvisación se vuelve el problema más peligroso. A estas alturas, al estar el país tan emproblemado y al multliplicarse las ansiedades por eso mismo, se requiere una conducción eminentemente lúcida, sensata, integradora, paciente y actuante; y que esa conducción vaya acompañada por una estrategia a la que concurran todas las fuerzas nacionales.
Los tres órganos fundamentales del Gobierno –Ejecutivo, Legislativo y Judicial– tendrían que entrar en una fase verdaderamente interactiva, no sólo en las frases de ocasión, como las que se oyeron en la solemne toma de posesión del nuevo presidente de la Asamblea Legislativa. Cada quien conforme a sus mandatos y atribuciones debe hacer lo suyo, con miras a la armonía institucional, que es indispensable para potenciar la armonía social.
El punto clave está en ir construyendo una agenda nacional que abarque todos los puntos básicos de lo que debe hacerse en el país a fin de que el proceso se desenvuelva de manera lo más normal y fluida posible. Eso de sólo ir remendando desagües incidentales no resuelve nada cuando son las cañerías principales las que fallan. Esto se aplica a todo, y desde luego también a la gobernabilidad institucional y política.
El momento ya no da para seguir proyectando sin desembocar en la acción que sea capaz de mover de veras los mecanismos del desarrollo. La transparencia no es sólo dejar que las cosas se vean, sino posibilitar con evidencia que las cosas se hagan. Hay, pues, que concretar y transparentar la agenda nacional como tal, que está revuelta porque nunca se le han aplicado ni la atención ni la organización que requiere y merece.
Really no matter if someone doesn't understand afterward its up to other users that they will help, so here it takes place.
ResponderEliminarmy page VC accelerometer