La tarjeta está casi topada, pues estamos pidiendo prestado como marineros borrachos para seguir con la fiesta (gasto corriente y consumo, no para inversión). Lo dijo la Standard & Poor
09 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.
¿Puede el país, o cualquier país, solucionar la degradación de su Medio Ambiente con programas gubernamentales? La respuesta, hasta donde sabemos, es no. No, porque la intervención estatal es ineficaz y, a menudo, agrava el problema; no, porque para lograrlo se requeriría de enormes cantidades de recursos.
Hay que retroceder un par de décadas en nuestra historia. A finales de los años Setenta el agro experimentaba dificultades, muchas áreas sufrían de erosión y los bosques eran con frecuencia descuajados.
Diez años más tarde, después de imponerse la Reforma Agraria y desarrollar programas de asistencia a los agricultores, el agro quedó en peores condiciones. La agricultura fue casi aniquilada, los descuajes se intensificaron y se incrementó el cultivo individual de subsistencia. Uno de los efectos es la actual carestía de los alimentos y la escasez de granos y, en particular, de frijoles.
En relación con esto, la Corte de Cuentas señaló que el Ministerio de Medio Ambiente no ha cumplido con los acuerdos firmados por el país para proteger los recursos naturales, señalamiento publicado en este periódico, que motivó una confusa respuesta del titular de la Cartera.
Queda claro que el Ministerio no ha estructurado ni planes ni estrategias ni equipos profesionales ni ha hecho consultas con agroindustriales, es decir, los que trabajan la tierra con eficiencia y producen lo que los salvadoreños comen.
Pero aunque tenga planes, programas, equipos técnicos y haya consultado con los que saben, en palabras del titular, no hay dinero. No hay dinero porque para echar adelante un esfuerzo de salvamento de la naturaleza se requiere de muchísimo dinero, con el agregado de que aunque se cuente con esos recursos, lo probable es que no se logre nada significativo.
Hay otros en la cola para gastar dinero
El primer reparo de la Corte debió ser que el país adquiere compromisos sin sentido, irrealistas, pues los mismos Estados Unidos no los ponen en práctica a través de programas estatales.
Lo del dinero no aflige tanto al ministro porque "lo prestamos", "obtenemos ayuda internacional" o "subimos impuestos". En cuanto a lo primero, no hay entidades crediticias internacionales que presten con base en vaguedades y cuando no hay sustancia detrás de los objetivos.
Además la tarjeta está casi topada, pues estamos pidiendo prestado como marineros borrachos para seguir con la fiesta (gasto corriente y consumo, no para inversión). Lo dijo la Standard & Poor ("no se metan con ese marinero porque no encontramos que pueda pagar lo fiado").
Además, ¿quién querrá prestar a un país que tiene tirada una enorme inversión por incapacidad de los encargados de echarla adelante? Nos referimos al Puerto de La Unión.
En cuanto a subir impuestos, además de que Medio Ambiente no es Hacienda y, por lo tanto, desconoce hasta dónde puede exprimir a los contribuyentes, hay otros antes en la cola, comenzando por los dieciocho mil nuevos empleos para la cherada y todas las carencias en Salud Pública, carencias que son el resultado más de mala administración que por otra causa.
Para ilustrar el punto, veamos eso de educar a los agricultores. ¿De dónde saldrán los educadores si para la Reforma Agraria no los hubo pese al dinero de Carter? Si no hay dinero para reparar escuelas, aunque sí para uniformes, o algunos uniformes, ¿cuál debe ser la prioridad, niños o campesinos?
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