Ricardo Chacón.13 de Febrero.Tomado de El Diario de Hoy.
Un día de estos escuché a una periodista de televisión decir que daría a la población una "buena noticia": No habrá aumento del pasaje de bus. Inmediatamente después explicó que los buseros tendrían un aumento en el subsidio de 250 dólares y los microbuseros de 125 dólares.
En buenas cuentas, los buseros recibirán 750 dólares y los microbuseros 375 dólares por cada unidad circulando. En total el gobierno desembolsará al año unos 22 millones de dólares más que se suman a los cerca de 50 millones que se ya se invierten y que forman parte del presupuesto general de la nación.
Estos nuevos 22 millones de dólares se restarán del Fovial que se tenía destinado para el mantenimiento de las vías del país; o sea, que la "mala noticia", por supuesto esto no lo dijo la periodista de televisión, es que tendremos más calles con hoyos, menos mantenimiento y, sin duda alguna, en invierno el deterioro será mucho mayor; lo que nos traerá a la mente no solo a los funcionarios que aprobaron tal medida sino a los buseros y sus cacharros viejos.
No es mi intención hacer un análisis económico o político de esta medida tan impopular, como tampoco hacer un sesudo estudio técnico ni mucho menos referirme al espinoso tema del transporte público y la incapacidad mental y real de este y los anteriores gobiernos para solucionar estructuralmente esta problemática; mi intención es mucho más banal, pretendo señalar algunos matices en torno a las buenas y malas noticias.
Y es que las noticias, en sí mismas no son ni buenas ni malas, simplemente son eso, información novedosa, rara, que llama la atención, que sale de lo normal y cotidiano; en este sentido, y siguiendo con los ejemplos, medios internacionales calificaron de "buena noticia" la renuncia al poder, luego de treinta años, del presidente de Egipto, Hosni Mubarak; sin embargo, la "mala noticia" es que la desestabilización y la incertidumbre del cambio está a la orden del día. Es más sí bien es cierto se abre la posibilidad para que la democracia y la libertad se asiente en este país del Oriente, también es cierto que los fundamentalistas radicales pueden tomar fuerza e incluso poner en peligro la estabilidad de la zona y la seguridad de Israel.
Dicho de otra manera, una cuestión doméstica como es lo de los buseros o un tema de trascendencia internacional como la caída de Mubarak, son noticia porque "rompen" con el orden establecido y en cuanto tal "interesan, llaman la atención, recogen una cuestión diferente". Esto es noticia.
No nos equivoquemos, las noticias solamente recogen hechos donde hombres y mujeres están haciendo una actividad que transforma la sociedad o la naturaleza; en este sentido, las noticias que recogen hechos. Son los diferentes sectores sociales, según como les afecten los hechos, los que interpretarán como positiva o negativa una noticia.
Me explico y pongo otro ejemplo relacionado con la criminalidad; los ahora funcionarios de seguridad, hace unos años en la oposición, pedían que los medios fuesen crudos e informasen al detalle sobre los altos índices de asesinatos y el fracaso de las políticas de seguridad, ahora que estos mismos están al frente del gobierno piden que los periodistas "sean responsables" y den cuenta de las medidas que se toman y dejar de lado las altas cifras de criminalidad.
Ni uno ni otro, nuestra tarea de comunicación va más allá de los gobiernos de turno, trata de dar cuenta y contar sobre los hechos que se convierten en noticia, y si el alto índice de crímenes todavía nos invade y abruma, seguirán siendo tema de los noticieros de los medios. No hay de otra.
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