Alirio Montoya.03 de Febrero. Tomado de Diario Co Latino.
alimontoyaopinion.com
A tan so lo setenta y nueve años de la masacre de 1932, se vuelve en definitiva un imperativo el hecho de rescatar nuestra memoria histórica en relación a esos acontecimientos que marcaron el inicio más detallado de la emancipación de nuestro pueblo.
El 22 de enero de 1932 los pueblos Nonualcos se sublevaron en contra del régimen del dictador Maximiliano Hernández Martínez. A esos hechos sangrientos se le conocen como “los hechos del 32”, “la matanza del 32” y, de manera muy particular me adhiero a la frase que algunos suelen llamarle “la masacre del 32”; a lo mejor para simplificar el nombre del hecho en sí, y desde luego, para tratar de suavizar y asimilar esos abominables crímenes en contra de indígenas, campesinos, trabajadores y estudiantes, para verlos como acontecimientos legendarios para la consecución de conquistas populares.
George Orwell señala que quien controla el pasado controla el futuro, y quien controla el presente controla el pasado. Y ese juego de palabras parece tan trivial pero en el fondo encierran un enorme significado. Es que en verdad, quien domina el presente tiene la ventaja de ocultar y tergiversar nuestra historia. Horacio Castellanos Moya, en su novela sátira llamada “El Asco”, en reiteradas ocasiones se sorprende conscientemente y critica al mismo tiempo el hecho que en El Salvador no exista en ninguna universidad la carrera de Historia; a mi juicio, al menos debería de existir un Técnico o Diplomado en Historia de El Salvador.
Esa deuda histórica con el pueblo salvadoreño la debe saldar el nuevo gobierno de izquierda del FMLN.
En definitiva, carecemos de Historia en todos los ámbitos y niveles. Para el caso, desconozco de ciertos datos específicos de mi pueblo natal. Supe de José Matías Delgado y de Gerardo Barrios, pero nunca de un tal Pedro Mancía, Mincho Ventura o un tal Farabundo Martí, Luna y Zapata. Pero, ¿para qué le sirve la Historia al Hombre en general? Al conocer un poco de ella, pero de la historia contada desde la posición de los vencidos, donde el tirano es el héroe y donde el héroe es el tirano, nos ayuda a preservarnos de la impertinencia de ciertas anécdotas e historietas que sirvieron nada más para acicalar nuestra triste niñez.
Por ejemplo, nuestros próceres, sí, nuestros queridos próceres eran semidioses que había de galardonarlos por todo el alumnado y maestros de primaria y secundaria. La culpa no era nuestra, más que de nuestros maestros, y de los maestros de nuestros maestros, era del sistema hegemónico de dominación, porque ese bloque controlaba el presente y le permitía maniobrar para suplantar y encubrir la verdadera historia.
Leer y comprender las hechos de 1932, los más de 7 libros decentes sobre esos acontecimientos te permiten verter una opinión sobre los mismos. Para algunos fue un levantamiento indígena, para otros un etnocidio, otros señalan que fue una insurrección comunista. Pero si estudiamos esa parte de la historia de El Salvador de manera integral nos percataremos que esa masacre fue producto de las mismas contradicciones del sistema capitalista. Es decir, en lugar de imponerle calificativos de cualquier índole lo más acertado es llamar las cosas por su nombre.
La crisis de 1929 fue el detonante para que en nuestro país se diera esa “revuelta”. Eso nos hace recordar la afirmación del maestro Samir Amin, cuando nos dice que “la historia del capitalismo es la historia de sus crisis”. Naturalmente, esa crisis vino a acrecentar más el descontento de la clase trabajadora y de los campesinos indígenas.
Se ha hecho suficiente énfasis en que esa insurrección del 32 fue producto de la tenencia de la tierra. Obviamente, en un país donde reinaba el monocultivo del café, el problema de la apropiación y despojo de tierras, implicó indudablemente un aliciente transformado en un elemento neurálgico en ese momento que potenció esos acontecimientos. Pero quedarnos superficialmente a ese nivel sería muy simple. Estos acontecimientos fueron dialécticos.
Las contradicciones entre los dos eternos grupos antagónicos varían según los tiempos y circunstancias.
Para el caso, en El Salvador se llevó a cabo esa rebelión de 1932 muchos años antes que los cubanos pensaran en sublevársele seriamente a Batista aún antes que éste llegara al poder, porque de 1934 a 1940, Batista dirigió la represión en contra de los azucareros cubanos sublevados contra el régimen. El caso más reciente de esa inevitable dialéctica es el de Honduras, donde por primera vez después de los Cinchoneros –quienes fueron dirigidos por el Partido Comunista de Honduras- se sublevaron efímeramente en contra de la oligarquía hondureña, pero fueron liquidados en plena gestación. Ahora existe un movimiento de Resistencia con clara tendencia a romper con ese perverso bipartidismo burgués.
A propósito del 32 es necesario que esa historia de nuestras luchas no quede bajo ninguna circunstancia en el olvido, y que se esclarezcan con la debida precisión todos los acontecimientos que rodearon esos hechos. El dato que aquí se abre puede servir para estudiar más el elemento macro y microeconómico que rodearon tales sucesos. Ese es deber de los expertos en economía; como simple admirador de esa ciencia tan emocionante, únicamente puedo decir que la acumulación y concentración de la riqueza en pocas manos fue otro de los detonantes para los hechos del 32 a lo cual no se le ha dado mayor énfasis.
Otra parte de la historia –muy reciente por cierto- que debe abordarse sin ninguna reserva es el periodo de 1980 a 1992, fechas en donde se da la guerra civil, el final de la dictadura militar y el inicio de la dictadura oligárquica burguesa, pero también el Acuerdo de Paz; el cual no ha quedado claro, al menos en mi reducto intelectivo por qué se firmó. Debe quedar claro cómo y qué intereses nacionales e internacionales incidieron en el martirio de Monseñor Romero y los sacerdotes jesuitas. Se precisa de la opinión y versión de la Iglesia Católica.
Además, hay un episodio que igual, no me queda claro: la muerte de Salvador Cayetano Carpio –Comandante Marcial-. ¿Qué misterio rodea ese suicidio si es que en verdad eso fue lo que ocurrió? De qué sirve que ahora haya intelectuales de izquierda que callaban ante el socialismo del Este de Europa y la ex Unión Soviética y ahora son apologistas de los yerros de ese “socialismo de Estado”. Estas preguntas e inquietudes surgen a propósito del 32, para allanarle el camino a la historia de estos fragosos eventos recientes.
A propósito del 32 | 02 de Febrero de 2011 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad
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