Ernesto Alfonzo Buitrago.02 de Febrero. Tomado de Diario Co Latino.
Cuando hace ya hace bastantes años me gradué de Abogado y empecé a ejercer la Profesión, francamente me sentí orgulloso de serlo. Al igual que el suscrito, muchos colegas la ejercíamos con respeto a las leyes y la moralidad. Incluso desde algún sector de Magistrados de la H.
Corte, de los de Cámaras de Segunda Instancia, de los de Jueces de diversas ramas del Derecho, hasta del de los Jueces de Paz, y no digamos varios de los empleados judiciales, pasando por nosotros los Litigantes, éramos y continuamos siendo honestos.
Y como son muchos mis amigos y/o conocidos que con certeza puedo ubicar en este sector, obviamente no los puedo citar. Basta decir que no alcanzaría esta columna si decidiera mencionarlos.
Sin embargo, ese orgullo, esa satisfacción, se nos ha empañado porque hoy, tristemente, nos ha envuelto, nos ha arrastrado la ignominia, la infamia, la desvergüenza de muchos quienes han denigrado y continúan ofendiendo o manchando la Profesión, tal como continuamente se ha hecho público.
No puedo negar que también antaño, lamentablemente, existía la descomposición, se practicaba esa degradación moral en varios sectores del entonces llamado Poder Judicial, pero como eran pocos quienes lo hacían y algunos se avergonzaban de ello, naturalmente eran conocidos en el Gremio, pero poco trascendía a la opinión nacional.
Pero hoy…!qué tristeza, qué pena!, al enterarnos, no sólo de delios que cometen algunos “colegas”, si no que, a propósito del la huelga, los acuciosos periodistas descubrieron que tras ello se pretendía beneficiar a los muchos parientes de los sindicalistas, que no sólo de algún sector de trabajadores de la Corte, si no también del de los empleados de los Tribunales, quienes han ingresado no por méritos propios, (que alguno de ellos es natural que los tienen), si no por familiaridades, o por otras razones que lindan realmente con el nepotismo, con la inmoralidad, con la corrupción.
Pero, independientemente, del evento de la anunciada “suspensión de labores por la reivindicación monetaria de los trabajadores, han sucedido u ocurrido dos cuestiones graves y serias que quedan por señalar: el desprecio a la ciudadanía que sufrió los embates de la delincuencia al haber perdido a un pariente quien no pudo ser asistido en su autopsia y, segundo, ¿quienes eligen y porque proliferan tantos “sindicatos” en el área judicial?
Creo que este es momento de revisar el “surgimiento espontáneo” de los mismos y ponerle paro a ello, pues si sabemos que las funciones de estos, entre otras, deben ser el de velar por el cumplimiento de las leyes laborales y denunciar los atropellos a estas; el de proteger el derecho de los trabajadores; defenderlos en los procesos legales, etc, no es razonable que existan varios y que todos hayan convergidos en accionar en un paro de labores.
Y si bien es cierto que esto tristemente ha sido costumbre y ya se hizo ley en nuestro medio, estimo que este el momento de ponerle freno a tanto “sindicato” surgido no por fines de justa protección a los trabajadores, si no que, hay que decirlo, por puras ambiciones personales ¡Qué lamentable!
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