Revisando mi biblioteca encontré el libro “The Culture of Education” del eminente psicólogo cognitivista Jerome Bruner, publicado por Harvard University Press en 1998. Bruner –tras los pasos de Lev Vygotski– desarrolló la teoría del aprendizaje por descubrimiento, en donde se conjugan el dinamismo de la acción y la construcción (enactiva –la acción–, icónica –pensamiento– y simbólica –lenguaje).
Escrito por Óscar Picardo Joao. 17 de Febrero. Tomado de La Prensa Grafica.La obra de Bruner, conformada por nueve ensayos de psicología cultural aplicada a la educación, pretende dar sentido al fenómeno pedagógico, y a la vez plantea ciertas interrogantes que las podemos proyectar a nuestra escuela salvadoreña: ¿Cómo se construyen las realidades y/o significados de los niños y jóvenes en nuestros ambientes escolares?, ¿co-existen en nuestras aulas un pensamiento lógico-científico y otro artístico-cultural?, ¿la educación artística es un adorno o estorbo curricular?, ¿educamos para la identidad o para pasar materias?, ¿poseen nuestros docentes una buena teoría explicativa y aplicable de cómo aprenden los niños?
Bruner describe los cuatro modelos dominantes de pedagogía contemporánea: 1.-La imitación y transmisión de conocimientos; 2.-el aprendizaje por exposición didáctica; 3.-el desarrollo del intercambio intersubjetivo; y 4.-la gestión de los “objetivos” del conocimiento. La pedagogía contemporánea se está moviendo cada vez más a la opinión de que el niño debe ser consciente de sus propios procesos de pensamiento (los modelos 3 y 4) y que los conocimientos y el logro de la acumulación de conocimientos (modelos 1 y 2) no son suficientes. “Lo que se necesita”, señala Bruner, “es que las cuatro perspectivas se funden en alguna unidad congruente, reconocidos como partes de un núcleo común, que se debe construir en la reflexión curricular o pedagógica que deben realizar los maestros”. Y nos preguntamos ¿sucede esto en nuestras escuelas?
En la obra de Bruner aparece la controversia sobre el rendimiento académico de las escuelas; si uno interpreta que los malos resultados de nuestro sistema o escuela se deben principalmente a fallas en la evaluación de profesores y estudiantes, o a los débiles esfuerzos de reforma educativa estamos equivocados; Bruner al respecto apunta: “Pero la difícil situación de las escuelas se basa en un conjunto diferente de problemas más graves, que trascienden inclusive la limitada visión de ser competitivos en el mercado”. “Lo que necesitamos es un movimiento de reforma escolar, con una mejor idea de hacia dónde vamos, con profundas convicciones acerca de qué clase de personas queremos ser”.
Nuestro criticado y desconocido documento “Fundamentos Curriculares de la Educación Nacional” (1997) define el tipo de ciudadano (a) salvadoreño (a) que pretende formar nuestro sistema educativo; presenta las fuentes filosóficas, epistemológicas, psicológicas, sociológicas y biológicas; establece ocho principios fundamentales: Integralidad, Protagonismo, Experiencia, Actividad y Trabajo, Flexibilidad, Relevancia y Pertinencia, Interdisciplinariedad, Integración y Participación, Compromiso Social, y Gradualidad, Continuidad y Articulación; todo esto apoyado en la operacionalización de la teoría curricular, en la organización curricular y en los ocho ejes transversales. Y una vez más nos preguntamos: ¿se discuten o utilizan estas herramientas en la escuela?, ¿cuál es la principal preocupación de nuestros (as) directores (as): asuntos pedagógicos-didácticos o logísticos-burocráticos?
El reto de nuestra cultura educativa será recuperar los escenarios pedagógicos perdidos que han sido sustituidos por la rutina de enseñar de modo mecánico; necesitamos una nueva generación de docentes, asesores, supervisores, directores o jefes con capacidad científica-pedagógica, que tengan conciencia de la delicada labor que cumplen: colaborar en la formación de la conciencia y de la ciudadanía. La sociedad violenta del presente seguramente pasó en algún momento por una escuela ineficaz... No estamos frente a un problema unilateral de inseguridad de posguerra... este es el ciudadano que formamos, ¿tiene algo que decir la escuela?
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