Perseguir, encarcelar y matar al que dice lo que piensa o critica, es el horror de las dictaduras y los regímenes bajo el control de fanáticos.
Editorial. 3 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.
La manera más eficaz de someter a los salvadoreños, amordazarlos e impedir que critiquen a funcionarios y figuras públicas, es perseguir a los periodistas y medios informativos. Cuando nadie da cuenta de los atropellos que se perpetran, de la corrupción que socava comunidades, de las bandas que asesinan y asaltan, del deficiente servicio que la gente recibe de alcaldías y ministerios, la situación va de mal en peor, pues es imposible corregir lo malo y lograr que destituyan a los sinvergüenzas e incapaces.
La despenalización de la labor periodística se logró a partir de dos realidades: la primera, que eliminar amenazas, coacciones y censuras forzadas sobre los informadores y los ciudadanos, retoma luchas que vienen desde que la civilización es civilización. Lo segundo, que la legislación previa se prestó para toda clase de chantajes sobre reporteros, articulistas y medios de difusión.
Casi desde que finalizó el ataque armado sobre el país, que en forma nominal reivindicaba el derecho a expresarse en libertad y sin miedo, inició una persecución contra periodistas y medios de comunicación masiva. Se dieron procesos contra reporteros, se admitieron en los tribunales demandas millonarias, se quiso obligar a los reporteros a revelar sus fuentes y se les llamaba continuamente a testificar acerca de los hechos sobre los cuales escribían. Que el redactor de un diario informara sobre el asesinato de una familia, era motivo para que los tribunales lo llamaran a atestiguar alrededor del suceso, exponiéndolo a coacciones y venganzas de los criminales.
A ello se sumó otro hecho gravísimo: imponer responsabilidad compartida a los medios por lo que otros escribían y denunciaban. Esa corresponsabilidad facultaba a los medios a censurar denuncias, críticas y declaraciones de la gente para no exponerse a multas y persecución, la peor clase de mordaza que existe en una sociedad que no ha caído en la dictadura.
Llegan primero porque la gente les avisa
Perseguir, encarcelar y matar al que dice lo que piensa o critica, es el horror de las dictaduras y los regímenes bajo el control de fanáticos. Peor todavía: se quiere castigar al que informa de lo que otros critican y denuncian. Aquí ya se dio el intento de encarcelar y arruinar a un editor por lo que otro escribió y firmó, lo que literalmente revive la práctica de los antiguos asirios y babilonios de matar al mensajero de las malas noticias.
Sócrates fue envenenado por lo que hablaba, Dante murió en el destierro por criticar a los Médicis, Miguel Servet fue quemado en la hoguera por oponerse al calvinismo. Hubo asimismo oportunidades a la libre expresión, la más notable de todas el pedestal de la estatua de Pasquino donde los romanos escribían, con carbón (los graffitti) mensajes desfavorables a los señores en el poder. Lo hubo en el Renacimiento en Roma pero no lo hay en La Habana del Siglo XXI.
Si caemos en lo que algunos pretenden, en nuestro pobre país terminarán aniquilando a los que critiquen el poder. Ya un jefe policial dijo que se investigaría a los reporteros que llegaran a la escena de un crimen antes que la policía, pese a que las patrullas llegan tarde por incapacidad y los reporteros temprano porque la gente no tiene temor de avisarles.
La prioridad no es detener la violencia y castigar a los criminales, sino censurar y coaccionar a los periodistas.
elsalvador.com :.: Para que nadie critique persiguen al periodista
EDH critica a la derecha, leanlo!! Es que son brutos!! O de quien escriben en este articulo?
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