EDH-Cae Portillo en Guatemala acusado de corrupción

Las sociedades no colapsan mientras en ellas se encuentren "justos", siguiendo la definición bíblica que explica por qué llovió fuego sobre Sodoma.

Editorial. 04 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.

Don Alfonso Portillo, ex presidente de Guatemala, fue capturado y enfrenta un proceso criminal acusado de embolsarse sesenta millones de dólares, cifra modestísima frente a lo que las grandes figuras públicas de Nicaragua han empaquetado o lo que en México solían levantar los mandatarios en la época del PRI. Respecto a México, hace unos años salió a luz lo que el jefe policial del Distrito Federal (jefe policial, no presidente) ahorró mientras servía al pueblo: ¡Quinientos millones de dólares!
Dios tarda pero no olvida.

El caso se expuso en el libro "Lo negro del Negro Durazo", que movió a muchos mexicanos a preguntarse: "¿Por qué sólo lo encarcelaron a él?"

Portillo cayó por una inexorable realidad: que el dinero deja huellas y es dificilísimo esconder el gasto suntuoso, además de que el lavado es un delito grave, pues siempre está ligado a la corrupción, al narcotráfico y a bandas criminales. Entre los múltiples canales de los que echó mano Portillo para esconder su botín, varios pasaban por bancos internacionales lo que llevó a la interrogante inescapable: ¿Cuál es el origen del dinero?

De nada le valen a Portillo las solvencias y finiquitos que obtuvo mientras duró su mandato.

A Portillo no le respetan un principio revolucionario santificado con el tiempo: que lo robado, robado queda. El gordo Alemán a duras penas ha podido mantener sus fincas en parte para no sentar un precedente que pueda afectar a los sandinistas que pasaron a la gran vida gracias a "la piñata". Por obra de "la piñata" es que don Daniel, presidente de algunos nicaragüenses, vive como un rajá en la mansión que fue de su actual vicepresidente, residencia tan grande que dentro tiene un parque de béisbol.

Mirémonos en el espejo del norte de México

Que Portillo, Alemán, Ortega, Hugo, Rafael, Evo y otros de su calaña sean grandes potentados es execrable, pero más todavía que para robar corrompan a otros, haciendo que la podredumbre vaya de arriba a abajo involucrando a ministros, jueces, comunicadores, funcionarios y hasta individuos importantes de sectores claves.

En los Ochenta, como ejemplo de una práctica que en El Salvador se superó con las privatizaciones, para obtener préstamos de la banca en manos del gobierno era menester pagar, tras bambalinas, de un diez a un quince por ciento a los diligentes funcionarios que los tramitaban. Licitaciones importantes, permisos para exportar e importar, la compra de divisas, todo pasaba por los corruptos.

Muchos han llegado a creer, asqueados de lo que ven en otros países, que todos tienen su precio, lo cual no es verdad. Las sociedades no colapsan mientras en ellas se encuentren "justos", siguiendo la definición bíblica que explica por qué llovió fuego sobre Sodoma. Que en Argentina los Kirchner tengan poder para comprar diputados no significa que allá todos estén a la venta.

En los tiempos actuales las tentaciones y los riesgos para los pueblos se han multiplicado, no sólo por el dinero que dispensa Chávez a los que quiere domesticar, sino también por lo que mueve el narcotráfico. En ninguna parte el horror es más visible que en el norte de México y en el corredor de trasbordo de la droga; lo que sucede con Portillo y pasa en Guatemala es el espejo macabro en el cual muchos pueden ver su futuro si no se echa marcha atrás.

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