Escrito por Luis Armando González. 04 de Febrero. Tomado de Contra Punto.
Villalobos dejó de brillar pronto entre los sectores de la derecha que, aparentemente, habían sido deslumbrados
SAN SALVADOR - Ni modo. Joaquín Villalobos es una figura pública a la cual es inevitable, por lo menos de vez en cuando, dedicarle alguna atención. Una serie de acontecimientos y procesos importantes del pasado y del presente se asocian a su nombre, que obviar su papel y sus compromisos es cerrarse a entender esos acontecimientos de una manera más cabal.
No es –que no se nos malentienda— ni el principal héroe ni el principal villano de la historia salvadoreña reciente; caracterizarlo como una u otra cosa, sería situarlo muy por encima de lo que en realidad fue (y es): un ex comandante guerrillero que lideró a una las organizaciones político-militares que integraron el FMLN en la época de la guerra; que luego abjuró de sus compromisos ideológicos y políticos; que en la postguerra se acercó, con relativo éxito, a la derecha empresarial y política; que se alejó del país para labrarse en el extranjero un prestigio –asentado sobre su trayectoria militar (en muchos sentidos inflada artificiosamente)— como analista político de academia; y –una vez que se labró la imagen de gran negociador y conciliador—, perfilarse como especialista en resolución de conflictos. El último rubro en el que ha incursionado es en el de la asesoría a gobiernos en el combate de narcotráfico y narcoterrorismo
No le ha ido mal, después de todo. Y es que, convencido como está de quien dice ser, ha logrado convencer a otros de sus virtudes morales, intelectuales, políticas, de investigación criminológica y de conocimiento de las redes de narcotráfico. Por ejemplo, logró convencer a propios y extraños de que desde un principio él y su organización –el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)— fueron socialdemócratas, no marxistas-leninistas (ni socialistas ni comunistas).
Tanto repitió esa afirmación –no sólo él, por supuesto, sino también quienes lo tenían por caudillo— que terminó por creérsela y por hacérsela creer a los demás. Por supuesto que los documentos doctrinarios y las prácticas del ERP en los años setenta –salvaguardados por una dirigencia dura, dogmática y no ajena a la ortodoxia que entre otras cosas fue la que decidió el asesinato de Roque Dalton— dicen todo lo contrario.
Pero casi nadie se tomó la molestia de revisar esos documentos, así que Joaquín Villalobos pudo salirse con la suya: logró convencer a quienes se dejaron de que había sido un socialdemócrata de toda la vida. No que en algún momento había renunciado, como ha sucedido con miles de personas alrededor del mundo, al marxismo-leninismo (y maoísmo en el caso del ERP), sino que nunca había profesado tal ideología política. O sea, estábamos (y estamos) ante una persona con unas credenciales democráticas genuinas, ocultas –bien ocultas— tras el autoritarismo, el militarismo y el dogmatismo de los que hizo gala la organización de Villalobos en los años setenta y buena parte de los años ochenta.
A la par de esta autoafirmación socialdemócrata, Villalobos se autopromocionó como el gran estratega militar de la izquierda armada. Otros comandantes guerrilleros y estrategas militares quedaron –en esa visión— a la zaga de él en osadía, creatividad, valentía y ferocidad. Fue visto y así es visto por mucha gente –sobre todo en el extranjero— como el líder militar indiscutido. Mientras que otros líderes militares de la izquierda –ya en la postguerra— eran prudentes acerca de su pasado militar, Villalobos hizo se ese pasado su principal tarjeta de presentación.
Se movió al filo del precipicio político: por un lado, no era fácilmente conciliable su vocación socialdemócrata de siempre con la fiereza militar que él mismo se atribuía, ayudado por un coro de publicistas en ciernes que lo idolatraban a más no poder. Sin embargo, jugó con ambas cartas. Por otro lado, su fiereza militar (y la de su organización) había dejado heridas profundas en los sectores de la élite de derecha que no estaban dispuestos a olvidar las afrentas padecidas a manos de Villalobos y los suyos.
La proclamación de las gestas militares del ERP –debidas al genio de Villalobos— no ayudaba mucho a los afanes del ex comandante “Atilio” por conquistar un lugar en los espacios de poder controlados por la derecha. Su oferta a la derecha era algo así como: “soy un gran estratega militar que conoce los secretos del FMLN, pero soy un demócrata convencido; es decir, soy uno de los suyos que se desvió del camino y que les hizo daño. Ahora puedo reparar el daño que les hice, si ustedes me aceptan como uno de los suyos”.
Algunos miembros de la derecha le tomaron la palabra a Villalobos, pero no por un convencimiento firme, sino por pragmatismo político: catapultando a Villalobos agudizaban el fraccionamiento del FMLN y se aseguraban el respaldo de un sector de izquierda –la izquierda “socialdemócrata” cobijada bajo el mando de “Joaquín”, como gustaban llamarle sus seguidores— para sacar adelante iniciativas que iban orientadas a potenciar el proceso de neoliberalización de la economía salvadoreña: el Pacto de San Andrés (1994) fue el resultado de este matrimonio de conveniencia entre el entonces Partido Demócrata (PD) de Villalobos y ARENA.
La estrella de Villalobos dejó de brillar pronto entre los sectores de la derecha que, aparentemente, habían sido deslumbrados con su trayectoria y capacidades. Cuando vio cerrado el “nicho de mercado” que se había labrado, se marchó al extranjero y ubicado en calidad de estudiante en Inglaterra comenzó a labrarse otro: el de especialista en análisis político y en resolución de conflictos.
Vislumbró que en ese nuevo “nicho de mercado” iba a ser su feudo indiscutido, pero proliferaron en el país –como hongos— los analistas políticos y Villalobos no pasó de ser uno más de los muchos que comentaban sobre la situación política nacional. No tuvo la suerte que esperaba. Buscó brillar en el extranjero y cayó en la cuenta de que su trayectoria guerrillera y sus estudios académicos –sumados al presumible desconocimiento de la historia salvadoreña en Europa y Estados Unidos— le ofrecían una oportunidad de oro para destacar como el ex guerrillero que ahora ayudaba a otros a resolver sus problemas.
Este nuevo “nicho de mercado” le duró poco, porque los espacios de asesoría en resolución de conflictos estaban ocupados por gente más competente. No le quedó más remedio que explorar nuevas posibilidades para vender su trayectoria de guerrillero aguerrido, socialdemócrata y académico de altos quilates.
Es su último “nicho de mercado”: el de experto conocedor de las redes de narcotráfico. Lo ha conquistado ni más ni menos que en México, donde abundan investigadores y expertos de primera en esa y otras materias. Sin embargo, hasta ahí ha llegado Villalobos, dando muestras de ser –más que un académico, investigador o analista riguroso— un hábil explorador de las oportunidades que se abren a personas como él en un mundo ansioso de “expertos”, “especialistas” y “conocedores” en lo que sea y de lo que sea.
En realidad, como dice don Alberto Rivas Bonilla de Nerón, “no es para dejar maravillado a nadie. Casi no podemos decir que vaya más allá de un trote largo”. Lo demás es cosa de la imaginación y de la mitología.
“porque si hemos de dar a las palabras su alcance justo y preciso, estaremos obligados a confesar que la rapidez que Nerón puede desarrollar, no es como para dejar maravillado a nadie. Casi no podemos decir que vaya más allá de un trote largo.
Pero como no es cosa de negar sus fueros a la imaginación, decimos y repetimos que Nerón corre como un saeta, como una centella, como un relámpago”.
Alberto Rivas Bonilla, Andanzas y malandanzas, 1936.
Segun lo que he podido captar de algunos muy buenos amigos que fueron miembros del ERP, esa organizacion no era ni marxista, ni leninista y muchisimo menos socialdemocrata. Los relatos apuntan a que mas bien era un grupo de entusiastas, con cierta conciencia social, con ganas de hacer algo para cambiar la situacion nacional de entonces hacia algo mejor, eran personas dispuestas a todo, a dar la vida pero no tenian ni pizca ideologia de base o principios morales mas que los que hay en un equipo de futbol, no les daban esas herramientas de pensamiento y conducta, ni tampoco la exigian. Igual de lejos estaba ese grupo de ser socialdemocrata como de ser marxista-leninista. Era algo asi como un ejercito( y cualquier cosa pero menos un partido politico) particular,de Villalobos; donde él tiraba linea estrategica y sus subalternos inmediatos( sin discutirla) se tiraban al trabajo y no al retozo. A la tropa la mantenian fiel con la validez y justeza de la lucha, ese caudal de razones era inmenso. Todo eso los hacia efectivos y por ende les diferenciaba de las demas organizaciones guerrilleras. En el ERP no exigian credenciales ideologicas ni politicas,ni de conducta; si se era efectivo,fiel a "la linea" y esa efectividad era de uso para los objetivos que Villalobos trazaba, cualquiera(obns cualquiera!) podia, sino escalar( eso debe haber tomado mas tiempo), pero si gozar de privilegios (como no exponerse a peligros propios de la guerra o como el tomar actidudes inmorales hacia los subalternos sin riesgo de reprimendas o correcciones)que los de a pie no podian ni soñar y mucho menos exigir.
ResponderEliminarMe pregunto sino fueron los gringos( podran ser tan sofisticados en su trabajo de contra inteligencia?) los que intencionalmente lo identificaron como el mas optimo lider guerrillero para descomponer al frente atravez de alzarlo y promoverlo como el "mas brillante" y audaz lider de la guerrilla salvadoreña, a sabiendas de la falta de ideologia y sobra de voluntad en esa organizacion y mas especifico en Villalobos.Podrai haber sido asi o no?
ResponderEliminarValido el angulo de analisis de como ver a villalobos y su posicion en la historia reciente y en el momento actual salvadoreño. No hay que quedarse en quejas por su diametral cambio de bando. La verdad es que el ERP puso su tremenda gota durante el levantamiento armado de los años 80. Quien sabe que rumbo hubiese tomado el cconflicto sin el ERP. No me imagino otro final mas favorable para la izquierda sin el ERP. Al cesar lo que es del cesar y al ERP lo que es del ERP. Se las jugaron y en muchos aspectos mas que los demas. Esa diferencia hay que hacerla en todo analisis sobre este tema: deben hacer una clara diferencia entre la dirigencia del ERP y los combatientes de esa organizacion. Son dos cosas muy diferentes. Los ultimos no tuvieron nada que ver en el giro de villalobos y la falta de iniciativa de sus mas cercanos socios. Se comete una injusticia sin sentido meter a todos en el mismo costal.
ResponderEliminarEl ERP no era un partido de ningun tipo. Fue una organizacion militar que pudo desarrollarse gracias a la voluntad de sus integrantes de hacer algo por el pais y la triste realidad de represion que se vivia en esos momentos. Una brillante capacidad organizativa de sus dirigentes y un toque de desprecio por sus propios miembros de menor rango, les convirtieron en un ejercito guerrillero efectivo y agresivo que le causo tremendos daños al aparato represivo de los gobiernos de esos años. Yo no creo que villalobos haya cada paso que ha ido tomando de antemano. Simplemente es un buen analista( al menos medido con la medida salvadoreña, no se como se ubicara en el extranjero) y ha sabido aprovechar las posibilidades que se le presentan para sobrevivir. Por ahora es mas responsable discutir de otros temas mas urgentes y no de este sr. Pero hayq eu aceptar que historias de tricion a principios y a la memoria de nuestros heroes excita nuestros animos y de alguna extraña manera provoca sentimientos que necesitamos expresar. Pero repito, por ahora es mas relevante discutir otros temas y no este. La patria sangra y quizas de muerte, de colapso. Hay que atenderle.
ResponderEliminarComentario al primer comentario: en los análisis históricosaquí no las opiniones,sino las fuentes. Y las fuentes documentales-doctrinarias del ERP indican que se definía como una organizaciòn marxista-leninista. Tambièn aspiraba a ser un partido: el Partido de la Revoluciòn Salvadoreña (PRS, como tambièn lo revelan sus documentos fundacionales. Esto no era exclusivo del ERP-PRS en la misma lìnea estaban las FPL, la RN-FARN y, el PRTC. Del partido comuista no se tiene que decir más porque en efecto era un partido marxista-leninista. ¡¡¡Tenemos tanto que aprender!!!!
ResponderEliminarEn los análisis históricos cuentan las fuentes no las opiniones (sobre todo de gente que estuvo involucrada en los hechos). Y las fuentes documetales doctrinarias del ERP indican que se definía como una organizaciòn marxista-leninista. Tambièn querìa ser un partido: el Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS).
ResponderEliminarEl papel aguanta con lo que sea dicen y los que participaron no necesariamente tienen la vision/interpretacion mas imparcial,objetiva y certera de su entorno real. En ese sentido es paja que lo que cuenta mas son las fuentes. Las fuentes abonan informacion sin labrar, el analisis labra el diamante. Pueden haber analisis con diferentes angulos y ser validos. Asi que no pretendan desautorizar comentarios con niñerias de ese tipo. Abonen al analisis, argumenten, saquen conclusiones que solo asi nos enriquecemos.
ResponderEliminarVillalobos brilla intelectualmente como ningun otro salvadoreño en las ultimas decadas. Si no fuese asi no hubiese podido tomar la batuta del frente, sobrevivir de la manera en que lo hace en los ambientes donde se mueve. La desgracia para todos es que no tiene medula espinal. Es eso lo que tanto arde: que la persona con mas capacidad para entender y tirar camino nuevo para nuestro camino se fue y no solo eso sino que para a servirle a los gringos!! No tiene principios, nunca los tuvo y nunca los tendra.
ResponderEliminarSi pensamos asi: Villalobos quizo empujar al frente en el 92 hacia la misma direccion en que el postular a Funes para la presidencia ha lanzado al frente. Es valido pensar asi? Otra cosa: eso fue posible solo con Shafick fuera de juego. Podria la conclusion ser que Villalobos andaba unos 15-18 años antes de la realidad y Shafick toda una eternidad. Los planes de Villalobos no cuajaban para el momemto partiendo de que la guerra recien habia terminado y entonces era poco realista darle la mano , abrazerle y trabajar juntos. Ni el grueso del frente ni la derecha estaban a la altura requerida para una paso de ese tipo. Eso fue bien ingenuo de parte del volteado pero no quiere decir que la direccion que el señalaba era la equivocada. Villalobos pensaba demasiado adelante y no espero a nadie, en consecuencia se quedo solo para siempre y ademas mal recordado. Podria haber sido asi?
ResponderEliminarParece que la mayorìa de quienes opinan en esta página simpatizan con Villalobos, al punto de no querer ver sus limitaciones y de no querer entender lo importante que era para organizaciones con el ERP contar una identidad ideològica determinadsa. No hay nada que hablar, cuando se antemano, se cree la versión que él (junto con gente como los hermanos Galeas) se ha labrado de su trayectoria e imagen. Hasta nunca...
ResponderEliminarAclaración: Exhortamos a nuestros seguidores a enriquecer la discusión política publicando en nuestro sitio sus ideas y opiniones, independientemente del matíz político expresado en comentarios anteriores. El objetivo de fondo de nuestro sitio: comentar nuestra democracia( asi como se nos presenta) y no una especifica, sino la que es. Reunimos la diaria actividad política de los medios de comunicación salvadoreños para comentarla, sin importar los orígenes políticos de sus autores o del que comenta. Comentando la Democracia(CLD) no es responsable de las ideas aqui expresadas por nuestros lectores. Comentando la Democracia(CLD) no responde a intereses políticos específicos. Nos debemos a El Salvador. El único criterio que CLD implementa para publicar/no publicar un comentario es la amenaza o la ofensa. CLD jamás dejará de publicar un comentario por el ángulo o el ánimo analitico desde el que este escrito. Lamentamos si una persona se rehusa a comentar en nuestro sitio por impresiones que determinado momentáneo flujo de comentarios provoque. La reacción que buscamos es la contraria: diferencias en puntos de vista son motivo de profundización en en análisis y la discusión y no a la retirada o al insulto.
ResponderEliminarEs que somos brutos!! Si alguien percibe que el pensamiento dominante en un sitio web es de cierto tinte y diferente al nuestro, pues entonces hay que atraer a los que piensan diferente, para acallar a los que "no tienen razon". Simple!!!
ResponderEliminarBayuncos!!! Una critica de ese tipo seria valida si el sitio este se se niega a publicar comentarios con un tono politico definido y de determinada direccion. Eso no sucede, al menos a mi nunca me ha sucedido. Desarrollen sus ideas!! Lancenlas!!
ResponderEliminarAclaración( 2a de 3): Exhortamos a nuestros seguidores a enriquecer la discusión publicando en nuestro sitio sus ideas y opiniones, independientemente del matíz político expresado en comentarios anteriores. El objetivo de fondo de nuestro sitio es: comentar nuestra democracia( asi como se nos presenta) y no una especifica, sino la que es. Reunimos la diaria actividad política de los medios de comunicación salvadoreños para comentarla, sin importar los orígenes políticos de sus autores o del que comenta. Comentando la Democracia(CLD) no es responsable de las ideas aqui expresadas por nuestros lectores. Comentando la Democracia(CLD) no responde a intereses políticos específicos. Nos debemos a El Salvador. El único criterio que CLD implementa para publicar/no publicar un comentario es el contenido de la amenaza o la ofensa. CLD jamás dejará de publicar un comentario por el ángulo o el ánimo analitico desde el que se comente. Lamentamos sinceramente si una persona se rehusa a comentar en nuestro sitio por impresiones que determinado momentáneo flujo de comentarios provoque. La reacción que buscamos es la contraria: diferencias en puntos de vista son motivo de profundización en el análisis y la discusión y no a la retirada o al insulto.
ResponderEliminarComparto el rechazo total y eterno a tristes y desgraciadas historias como la de villalobos. Pienso que es importante ventilar estos casos para entender los mecanismos detras de estos a todas luces bochornosos casos de nuestra historia actual. Pero no dejo de pensar en por que la discusion salvadoreña termina aqui y de esta manera. No damos para mas? Se reduce todo a "ganar" la discusion?a "aguevar" al otro? Por favor iluminenme!!
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