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2011/02/16

RAICES - La ley de transparencia saldrá empañada-Periodismo Alternativo desde El Salvador

 Carlos Abrego.16 de Febrero. Tomado Raices. 

Se dieron cuenta muy tarde, demasiado tarde. Anduvieron de lenguones, prometiendo a diestra y siniestra que iban a transparentar toda la gestión del Estado y ahora ya no saben cómo salirse del apuro. El presidente pide tiempo, un añito para encontrar como salirle al paso, tal vez tiempo para encontrar la trampa. Sigfrido Reyes, según se rumorea, compró traje en los Campos Elíseos, pero ahora anda metido en camisa de once varas. Sacó las cobijas al aire y denunció abuso y medio en los salarios de los empleados y una plétora de “asesores”. Ahora quiere echarle un paño encima al escándalo, porque dice que ha prometido una “gestión armoniosa”.

El nuevo presidente de la Asamblea se queja de que nadie le pregunta por las leyes que están pendientes, que sólo lo interrogan sobre los sobresueldos y otros despilfarros que se dan en la Asamblea. Afirma que “Yo, como he prometido llevar una gestión armoniosa (con las fracciones), no quiero empezar a revelar cosas que comprometerían a varios de sus diputados y diputadas (de ARENA) en gestiones (...), cómo se han beneficiado de la Asamblea, yo eso lo voy a dejar atrás, yo estoy enfocado en una agenda positiva de futuro”, comentó el presidente legislativo. Esto nos reporta el diario El Mundo.

En realidad la cosa es muy sencilla, hablando claro y pelado se trata de una declaración de amistad y lealtad hacia los que se aprovecharon del dinero del pueblo, a los diputados de la derecha. Porque además de la complicidad que esto encierra, la declaración de Sigfrido Reyes contiene el grito de gloria: ¡nos llegó el turno! ¡Ahora nos toca a nosotros!

Pero esta desfachatez, este cinismo se da a la semana de haber denunciado el robo en la Asamblea y al mismo tiempo están como apurados por promulgar la Ley de Transparencia. Por último ya sabemos para qué va servir la nueva ley. Antes sospechábamos el desfalco, pero no sabíamos el monto. Ahora vamos a saber a ciencia cierta de que hay desfalco y el monto. Pero esto no dará lugar a juicios, a que se persiga a los ladrones, pues esto puede traer una desarmónica gestión legislativa. ¡Aquí robamos todos por parejo! ¡Y circulen, no hay nada que ver!

Por ahí aparecen algunos comentaristas en los blogues que preguntan “cómo se siente ser de Arena?”. Esta gente piensa que levantar la voz ante estas conductas de sinvergüenzas, es hacerle el juego a la derecha. Pero realmente no se trata de un juego. Sigfrido Reyes afirma que prefiere dejar atrás la denuncia con nombre y apellido de los que han robado, en aras de sus buenas relaciones con los diputados de Arena. ¿Quién le hace el juego y le presta servicios a la derecha?

Para denunciar y tomar medidas a fin de que este desfalco acabe, se necesita honestidad, integridad y valentía. Pero nuestro nuevo presidente de la Asamblea tiene la misma mano que el presidente de la República, que aseguraba que la suya, su mano, no iba a temblar y que castigaría a los corruptos. Luego Mauricio Funes se nos enfermó, tiene olvidos constantes y le ha entrado una tembladera en las manos, que para qué les cuento. Hace una semana cuando felicitó a Reyes tal vez lo contagió... El caso es que Reyes no quiere hablar de los carros, de las múltiples prebendas de los diputados, esas cosas, para nuestro revolucionario, son nimiedades, él prefiere “una agenda positiva del futuro”. ¿De qué futuro positivo podemos hablar, si se cimienta en tanta corrupción y tanta podredumbre?

¿Es con este tipo de actos, con estas declaraciones que el nuevo presidente de la Asamblea quiere redorar el prestigio de la representación nacional? En realidad les importa un comino lo que pueda pensar la gente. Pues tienen seguridad de que los electores, llegado el día del voto, no van a tener otra opción que votar por ellos. La ley que votaron con Arena para impedir las candidaturas individuales los mantiene tranquilos. Luego ya votarán la reforma constitucional para preservar sus privilegios de casta politiquera. El desgaste la democracia representativa los tiene sin cuidado. En El Salvador la gente sigue yendo a las urnas, aquí no pasa como en la gran democracia del Norte, donde apenas acuden unos 20% de los posibles votantes. Si el modelo puede tener esa afluencia electoral, en nuestro país aún estamos lejos de ese desapego. Es esta clase política, son estos partidos actuales, los que están sembrando en el país el desinterés por la cosa pública, es a ellos, a quienes les interesa que la gente no se meta en nada. “Votá y callate”, es la divisa.

Nuestro pueblo necesita otro partido, con otro tipo de gente, con otra visión de mundo, con otra estrategia, con otros principios. Se necesita un partido revolucionario, que se apoye en los trabajadores, que sea realmente su vocero, el organizador de sus luchas, el que las promueva. Un partido que eleve el nivel de conciencia de los trabajadores, que eduque, que se proponga una real transformación social. Su necesidad es manifiesta. Pero el nuevo partido no va a salir solo, ni será la creación de un grupo. Obligatoriamente todo debe ser distinto, todo, hasta la manera de surgir, de funcionar. Hasta en esto se urge una total renovación.

RAICES - Periodismo Alternativo desde El Salvador

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