Faltará solo una validación más después de la actual para dar el paso hacia la licitación que permita comercializar los bonos del bosque cafetalero nacional.
Escrito por Lourdes Quintanilla.15 de Febrero. Tomado de La Prensa Gráfica.
Economia
La venta de bonos de café para ayudar a los productores a saldar sus deudas con los fideicomisos está por cumplir otro paso más en el proceso de la emisión.
Óscar Servando, gerente de la Banca de Desarrollo del Banco
Multisectorial de Inversiones (BMI), explicó que en estos momentos la empresa Enor analiza los terrenos de quienes se acogerán a la venta. “Toma una muestra representativa de todos los que se han acogido a los beneficios”, comentó Servando. La meta es verificar que en efecto cumplen las exigencias de ser una forestación apta para el mercado al que se dirigirán los bonos, llamado mercado secundario o voluntario.
La respuesta de Enor sobre las muestras estará lista en el corto plazo, pero Servando estima que todo saldrá con una respuesta positiva, es decir, que todas las muestras sean aprobadas. “Creo que ha ayudado que todos estos años han estado invirtiendo en las fincas”, observó el funcionario.
Son en total 2,136 productores de café los que buscan beneficiarse con la venta de los bonos para que puedan tener ingresos que les ayuden a aliviar la deuda adquirida con Ficafé ($135.8 millones) y Finsagro ($3.3 millones), pero solo por esta actividad.
Los pendientes
Después solo falta la verificación final del trabajo de Enor, que estará a cargo de una empresa que todavía se está buscando. Este sí será el último paso antes que el Gobierno pueda comenzar a preparar el proceso de licitación para seleccionar a la empresa que se encargará de promocionar los bonos en el mercado voluntario. Este es el espacio seleccionado para que los inversionistas extranjeros pongan los recursos en este bosque.
“En unos cuatro meses podríamos haber completado ese proceso, siempre que la licitación no nos aparezca desierta”, comentó el gerente del banco.
Debido a que El Salvador no se unió al Protocolo de Kyoto, estos bonos, aunque vinculados a la preservación del medio ambiente, no pueden entrar en los mercados diseñados para esto.
En el caso de la comercialización, ya existe una empresa europea que mostró interés en la compra. También Eco Securities tiene un brazo comercial, que desde el inicio se consideró como la mejor opción para ayudar con la venta.
Ojo al precio
Servando también advirtió que los fuertes precios en el mercado internacional del aromático podrían llevar a cambiar en el volumen de venta. “Influye en el número de toneladas que podríamos vender”, explicó el especialista del BMI, refiriéndose a la cantidad de dióxido de carbono a disposición del inversionista.
Cuando se creó la metodología para todo este proceso, el precio por quintal de café estaba abajo de $100. En estos meses, que se han estado llevando a cabo otras etapas, el mercado internacional está pagando más de $200 por quintal, costos que no se observaban en décadas. Incluso el café salvadoreño reportó precios promedio de hasta $233 en el café gourmet.
“Con una deforestación evitada, si el precio está bajo, el dar un incentivo vía bonos de carbono va a permitir que los cafetaleros no deforesten sus fincas; pero como el precio está alto, eso pudiera en un momento disminuir el número de toneladas”, detalló.
A cargo del FIDECAM
La última palabra en este tema estará en manos del comité de administración del Fideicomiso Café Ambiente (FIDECAM). Está conformado por el Consejo Salvadoreño del Café, tres ministerios y cuatro gremiales, de las más representativas para los productores cafetaleros. Aquí se aprobará o no el precio al que se realizará la venta, después de haber conocido las ofertas.
El BMI ha sido, en primer lugar, el facilitador de todo el mecanismo que se ha seguido desde 2007, cuando comenzó a planificarse sobre los bonos.
Hubo varias validaciones
Por ser una metodología nueva, fue necesario pasar varias pruebas.
En 2006, la deuda superaba la capacidad de los caficultores para recuperarse y lograr pagar las deudas de Ficafé y de Finsagro. Se propuso obtener fondos a través de los servicios ambientales.
Sin ser miembros del Protocolo de Kyoto, fue necesario crear una metodología única para calificar, vender y beneficiar al sector vía bonos en el mercado internacional, pero secundario.
SGS, empresa suiza, aprobó esta metodología en junio del año pasado. Meses después entró el proceso de certificación con muestras del bosque, vía ENOR, que pronto dará su respuesta.
Con esto faltarán al menos dos pasos más para que se pueda notificar a los caficultores cómo se organizará la venta de los bonos.
$1.4
millones generarían los bonos ambientales vendidos.
158,495
hectáreas se registran de bosque cafetalero en el país, dato oficial. .
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