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2011/02/15

EDH-Sentido común: Principal déficit de la economía

 Alejandro Alle.15 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.

Quienes escribimos sobre temas económicos solemos cometer dos tipos de errores: uno es permitir que el árbol nos impida ver el bosque, cosa que ocurre cuando nos enfrascamos en estériles discusiones sobre los movimientos de corto plazo de determinadas variables.

Olvidamos que lo relevante de esas variables son sus tendencias de largo plazo. Y solemos menospreciar la influencia que la seguridad jurídica y la madurez política tienen sobre tales tendencias.

El otro error es no refutar con suficiente energía los discursos provenientes de ciertos organismos internacionales que, bajo el amparo de su supuesta autoridad..., emiten juicios sospechosamente convenientes para quienes alientan una creciente invasión estatal sobre los derechos de los ciudadanos.

Olvidamos, también, que esa falta de energía en las refutaciones termina pavimentando el camino de servidumbre. Menospreciando, asimismo, las alertas que hiciera Hayek en su libro de 1944, traducido, precisamente, como "Camino de servidumbre".

Cabe en consecuencia reflexionar sobre las muy atinadas observaciones económicas que, con notable sentido común, acaban de efectuar dos analistas que habitualmente no escriben sobre temas económicos.

Haciendo referencia al "coro de loros", ese que repite hasta el hartazgo un supuesto mal uso que la gente estaría haciendo de las remesas recibidas de sus hermanos lejanos..., Paolo Lüers hizo la muy oportuna pregunta retórica: "¿y en qué diablos quieren que se gasten las remesas?".

Por más que al PNUD le resulte emocionante opinar sobre el dinero ajeno, y pontificar sobre lo que deberían hacer quienes reciben remesas, ese dinero no es "del país". Es de quienes lo reciben. Punto.

Es de la señora migueleña a quien su hermano le envía dinero para que compre una mesa, ropa para los chicos, o una nueva bomba de agua.

No es cierto que "todo sea gasto, y nada inversión", como suelen indicar algunos (no necesariamente de izquierda...), ya que si bien es posible que la señora migueleña "se consuma" todo el dinero que le llega, no es menos cierto que al carpintero migueleño las remesas le generaron trabajo. ¿Y qué es eso, si no un impulso a la inversión?

Es como si fuera una exportación de ese carpintero (con la ventaja que su cliente está aquí..., por lo cual no tuvo que preocuparse del flete a los Estados Unidos). Si cierta miopía intelectual no les impidiera verlo, los citados organismos entenderían que parte de las remesas debieran realmente computarse como exportaciones. Y quizás hasta las aplaudirían.

Más aún, incluso si la señora migueleña "se gastara todo el dinero que recibe en comprar cosas importadas", lo cual es altamente improbable, lo concreto es que recibir remesas permite que ella y sus hijos vivan mejor que si no las recibieran. ¿Y qué es eso, si no un impulso al bienestar?

Eso sí, los sabiondos de los organismos internacionales acusarán a la señora de ser una "consumista", sólo porque quiere vivir mejor. Hombres necios que acusáis... (desde una 4x4 y sin pagar impuestos, claro).

Por su parte, Salvador Samayoa refutó también con el mejor argumento, el del sentido común, una afirmación frecuentemente escuchada sobre la baja carga tributaria latinoamericana, cuando se la compara con la de ciertos países desarrollados.

La realidad es que en Europa los contribuyentes pagan más impuestos, pero el Estado se los devuelve bajo la forma de bienes y servicios de calidad, evitándoles ser víctimas de la "doble imposición": tener que pagar impuestos..., y también tener que pagar (quienes pueden...) salud privada, seguridad privada, educación privada. La lista sigue.

Entre los servicios que brinda el Estado en los países desarrollados hay uno que nunca falta: la imprescindible paz social. No puede decirse lo mismo en nuestros barrios latinos.

Es justo decir que siempre hubo notables excepciones a la habitual falta de sentido común que tienen ciertos análisis económicos. Se destaca, por supuesto, el recordado Manuel Ayau, fundador de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, cuya columna en La Prensa Libre se titulaba, precisamente, "Sentido común".

Hasta la próxima.

*Ingeniero. Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires). Columnista de El Diario de Hoy. alejandro_alle@yahoo.com

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