Nadie confiaba en él, sólo los poderosos hilos del orden institucional de la época y el Papá en la lujosa e impune ciudad del Vaticano. Las organizaciones sociales le enviaban cartas preguntándole de qué lado estaba, si del lado de los ricos o del lado de los pobres; sus credenciales del Opus Dei lo delataban.
Escrito por Nora Méndez. 05 de Febrero. Tomado de Simpatizantes del FMLN.
Eran tiempo trágicos, de asesinatos diarios, como ahora; de masacres horrendas, como ahora; de fustigamiento a la libertad de expresión, como ahora; de voracidad empresarial, como ahora.
Qué posición adoptaría la Iglesia ante la represión contra el pueblo, los abusos de los militares, los salarios bajos e indignos. La Iglesia se encargaría de ocultarlos o los denunciaría? esa era la duda, el recelo que ocasionaba la llegada de Monseñor Romero a la posición de Obispo, siendo un conservador opuesto a las resoluciones de Medellín en 1968, once años atrás.
Monseñor Romero no dio discursos inaugurales, no prometió, no pidió nada a cambio; la conversión de Romero fue silenciosa, en medio de los gritos de dolor de todo un pueblo. La conversión de Romero fue íntima, sin cámaras ni aplausos. La conversión de Romero fue verdadera, se puso en los pies del descalzo mordido por la serpiente, se fue a recorrer los caminos anegados de sangre, levantó su palabra contra los guerreristas, contra los asesinos del pueblo y le bajó tono para consolar a los pobres.
Así dan cuenta las escrituras humildes de los labios de campesinas, obreros, estudiantes. Así quedó escrito el día de su muerte, cuando una bala quiso quitarle la vida y lo resucitó entre la gente.
Esta es palabra de Dios.
Te adoramos señor, óyenos.
San Romero es nuestro santo! Basta y sobra con el! Debemos inspirarnos en el. San Romero basta para curar mucho nuestro pais y encontrar el camino. Si tan solo los indicados lo entendiesen!!
ResponderEliminarYo no se si sera palabra de Dios o de quien. Lo que si se es que este hombre surgio del sufrimiento de los humildes salvadoreños. Por lo tanto es nuestro santisimo, el que para todo guanaco de buena voluntad esta cerquita, pero bien cerquita de Dios. Son estos terrenales los que dan esperanza, los que brillan en medio de tanta injusticia, son la luz a seguir con urgencia y mas en estos dias.
ResponderEliminar