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2010/02/02

EDH-¿Derecho de respuesta? No cuando son opiniones

Como dijo Harry Truman, si a un funcionario le molesta el calor, que salga de la cocina.

Editorial. 02 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.

A las pocas semanas de iniciar la "revolución" castrista, el régimen autorizó a los reporteros y editores de cualquier medio agregar sus propios comentarios, insultos o regaños en notas al pie de escritos que ellos consideraran, por sí y ante sí, ofensivos o alejados de la nueva y esplendorosa realidad política. La práctica duró muy poco, pues el régimen impuso primero la censura y luego procedió a confiscar medios. Los periodistas, revolucionarios o no, terminaron todos en la calle.
En El Salvador esa función de agregar comentarios se efectúa, en parte, con "el derecho de respuesta" usado en la época de Duarte y que se intenta revivir ahora.

Vamos a fijar nuestra posición al respecto, la que coincide plenamente con la práctica en los países donde existe y se respeta la libertad de expresión.

Lo primero, que las diferencias de opinión no obligan a conceder espacios o tiempos. Un periódico puede, para ampliar o enriquecer la discusión de un tema de interés general, dar cabida a opiniones contrarias, pero lo hace si estas se fundamentan en argumentos lógicos y contribuyen a esclarecer un asunto y no insultan ni denigran.

Lo segundo, que no hay compromiso con personas o grupos no mencionados en una información o programa. De lo contrario si se habla de un partido o sector, los diez mil o medio millón de personas involucradas podrían exigir espacios.

Tercero, cuando una respuesta contiene frases ofensivas o insultantes para el medio, sus responsables o para quien fuera, no se publica. Nadie va a autoinsultarse.

Cuarto, el derecho de respuesta no se extiende a divagaciones sobre temas no tratados en un programa o información. La crítica al servicio de agua en una población no justifica hablar sobre el interés que tiene un funcionario sobre el rescate ecológico.

Quinto, en los medios de difusión se hace un esfuerzo y se procede ex officio a rectificar errores o datos que mal o en forma inadecuada presentan un hecho o realidad. Se rectifica no sólo por la propia ética profesional, sino para preservar la buena imagen de un medio de difusión.

Cualquier necio se cree dueño de espacios ajenos

Los medios de difusión se reservan el derecho de criticar, señalar fallas, exponer malos procederes, denunciar o acuerpar la labor de entidades y funcionarios públicos, sin necesariamente dar espacio a sus explicaciones. Un mal funcionario es un mal funcionario; un error o atropello es eso y no vamos a perder tiempo con quienes no cumplen con las tareas y competencias que las leyes les asignan.

Como dijo Harry Truman, si a un funcionario le molesta el calor, que salga de la cocina.

Sexto, que en el pasado los medios de difusión fueron inundados de "respuestas", todas cortadas con el mismo patrón. En una época en las redacciones se recibían cientos de cartas todas idénticas, protestando por esto o aquello. Lo que se busca es quebrar al medio, caer de "okupas" (como los que invaden terrenos o viviendas) en espacios privados que cuestan dinero y mucho esfuerzo. Se requerirían las horas de un mes entero para que una estación de televisión pudiera satisfacer a los necios que se creen involucrados.

Agregamos que algo que se publicó o transmitió en otro medio, cumplió con el prurito de respuesta y allí termina el asunto. El tiempo de los lectores vale más que eso.

elsalvador.com :.: ¿Derecho de respuesta? No cuando son opiniones

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