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2010/02/05

Co Latino-Productividad y justa distribución, bases de un nuevo pacto nacional

Escrito por Francisco Martínez. 05 de Febrero. Tomado de Diario Co Latino.

En 2009, el ritmo de la economía salvadoreña decreció en 2.5%, respecto a 2008, como resultado de la menor capacidad de consumo de la población, debido a los 40 mil trabajadores despedidos; a la baja de 10% de las remesas principalmente de  salvadoreños en Estados Unidos; y, a la reducción en 17% de las exportaciones (situación agravadas por el nivel de acoplamiento con la economía americana).
Los efectos de la multicrisis1 global se recarga sobre las espaldas de la población pobre, particularmente los sin trabajo o con trabajo precario, que para nuestro país sobrepasa la mitad de la Población Económicamente Activa. Hay 2 millones 800 mil personas viviendo en condición de pobreza (según datos 2008) de las que casi un millón no logran cubrir su necesidades alimentarias básicas.
La vulnerabilidad ambiental, social e institucional se evidenció nuevamente en la tormenta Ida, lo cual es preocupante dado que estos hechos serán cada vez más recurrentes debido a los impactos del Cambio Climático.
Con una población con creciente demanda hacia la respuesta de programas estatales. Un estado que presenta para 2009, un déficit fiscal del 5.5%; sin recursos propios para la inversión, las soluciones pasaran por buscar recursos en nuevos créditos externos. Las finanzas públicas son insostenibles, por lo que es urgente un pacto fiscal ciudadano que revierta la actual estructura fiscal regresiva hacia una estructura fiscal progresiva, que favorezca la inversión pública para evitar la precarización de la sociedad mediante la contribución de los ciudadanos según su capacidad. Debe edificarse una estructura fiscal sostenible, que prepare al país para la adaptación y los cambios en un nuevo modelo de desarrollo.
En ese contexto, es importante la realización del décimo ENADE por parte de la empresa privada, que aborda los temas de Empleo, Productividad y el Desarrollo, lo cual abre un importante debate sobre el modelo de desarrollo que debe implementarse en la post-crisis. Un debate que a nivel mundial ya está instalado, como eje central de las reuniones del G-8, y del G-20+2 entre otros importantes foros.
En ese marco el pasado 25 de enero, en Francia, en un foro sobre la situación en América Latina y el Caribe, auspiciado por la OCDE2 y el BID, Ángel Gurria, Secretario General de la OCDE, exponía que “los gobiernos deben promover una economía basada en el conocimiento, la innovación y el crecimiento verde… esto hará posible un crecimiento sólido y sostenible en el nivel de vida” además de referir que la región debe innovar más y mejor invirtiendo de manera más activa y decidida en una economía basada en el conocimiento, concluyendo que la productividad e innovación son la piedra de toque de una estrategia de crecimiento a largo plazo. Paradójicamente en América Latina, la productividad no ha aumentado significativamente en los últimos años.
En la región, el sector privado solo invierte el 0.5%, la mitad de un centavo, del PIB, excepto Brasil que invierte 1.5%, por debajo, aún, del 3% que invierten en Asia.
En el mismo foro, Luciano Coutinho, Presidente del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, BNDES, exponía que “la gran revolución es movilizar al sector privado a la innovación, es el gran reto para desarrollar una economía con capacidad autónoma de crecer”. En el foro se planteó la necesidad de ahorro doméstico público y privado más fuerte y mantener políticas de promoción de empleo y competitividad.
En nuestro caso el debate sobre el modelo de desarrollo para la recuperación de la crisis debe hacerse considerando la inviabilidad histórica del modelo excluyente centrado en la mayor ganancia sobre salarios bajos y trabajo en condiciones de precariedad, con baja inversión tecnológica, sin reinversión productiva, cuyo resultado ha sido una baja productividad. Es preciso, pasar de la gestión de usura en las empresas a una gestión empresarial con responsabilidad que asegure en el largo plazo, incrementos de productividad, competitividad y rentabilidad, con beneficios para toda la sociedad.
Llevar adelante este debate implica asumir la responsabilidad y complementariedad de los diferentes actores, esto no es responsabilidad del gobierno, es responsabilidad de todos, aunque si es preciso que el gobierno asuma el liderazgo en la búsqueda de crear los consensos básicos del nuevo pacto social para el desarrollo.
Es  momento de preguntarnos qué país queremos, diseñarlo con realismo y mucha visión de futuro, estableciendo las metas y los tiempos, a la vez que definamos lo que nos costará a todos y según nuestras capacidades pagar el financiamiento de ese país soñado.
El realismo que se requiere es particularmente, el de vernos en el espejo de la historia asumir las lecciones, aceptarnos todos con nuestras diferencias y asumir con prioridad el interés social por sobre lo individual. El futuro se debe construir sobre un nuevo paradigma, el de la inclusión y la sostenibilidad, en donde el desarrollo nacional se sustente en un modelo económico, social y ambiental sostenible.
El Desarrollo Sostenible, tiene a la gente como el centro de sus resultados y busca revertir los efectos del cambio climático, por lo que debe promover inversiones productivas que no se centren en los retornos de corto plazo, el Desarrollo se construye en el largo plazo.
Debemos hacer viable el país, eso implica un esfuerzo por crear condiciones internas que permitan desarrollo autónomo y capacidad de adaptación y maniobra frente a los impactos del Cambio Climático  y a los vaivenes de la economía global. Eso solo se logrará con inversión pública y privada en educación de calidad, en investigación y adaptación y desarrollo de tecnologías; con el fortalecimiento de la institucionalidad democrática; y, con la corresponsabilidad de los ciudadanos.
Por lo que al hablar de Productividad, debe tenerse en cuenta que no se trata solo de la optimización de los recursos, sino también de las condiciones que permiten productos y servicios de calidad, producidos respetando los derechos laborales y fortaleciendo el tejido productivo del país. En ese enfoque no se trata solo de incrementar el Capital, sino de multiplicar el Desarrollo Humano y preservar los Recursos Naturales. Además la productividad debe ser pactada, reglamentada, auditada y premiada.
La base para el Desarrollo Económico con sostenibilidad y promotor del Desarrollo Humano, es la Justa Distribución de la Riqueza.
El trabajo a promover, es Trabajo Verde y Decente3, es el que se sustenta en la sostenibilidad y el respeto a la Normas fundamentales de Trabajo4, eso está ligado al imprescindible tema del Desarrollo Nacional, desarrollo que debe asumir una estrategia justa de transición hacia la adaptabilidad al Cambio Climático que asegure el Trabajo Decente, la Justicia Social y la Protección Ambiental.
El concurso de Empresarios y Sindicatos, en una alianza estratégica, por Trabajo, Productividad y una Justa distribución del Ingreso, es clave. Para ello, se debe impulsar la negociación colectiva, por sectores y ramas de industria.
El debate sobre el modelo de desarrollo de post-crisis, implicará un Nuevo Pacto Nacional, que debe hacerse sobre los parámetros de la inclusión, la corresponsabilidad, la complementariedad y el bien social.
1 Se refiere a las crisis mundiales de las finanzas, de instituciones, de modelo de desarrollo, de empleo, de energías, de alimentos, del ambiente, y de valores humanos.
2 OCDE Fundada en 1961, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos agrupa a 31 países miembros comprometidos con la democracia y una economía de mercado, cuya finalidad es: Apoyar el desarrollo económico sostenible; Incrementar el empleo; Elevar los niveles de vida; Mantener la estabilidad financiera; Apoyar el desarrollo económico de otros países; }Contribuir al crecimiento del comercio mundial.
3 Es aquel trabajo que preserva, protege o restaura la calidad del medio ambiente, por ejemplo los trabajos en la generación de Energías Renovables; al mismo tiempo que crea Trabajo Decente, que cumple con las Normas Fundamentales de Trabajo, trabajo sostenible, económica, social y ambientalmente.
4 Las Normas Fundamentales de Trabajo son: Reconocimiento efectivo de la libertad sindical, la negociación colectiva y el derecho de huelga; Eliminación del trabajo forzoso u obligatorio; Abolición del trabajo infantil; Eliminación de toda discriminación en materia de empleo y ocupación.

*chicmart200@yahoo.es

Productividad y justa distribución, bases de un nuevo pacto nacional | 05 de Febrero de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

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