Escrito por Manuel García. 04 de Febrero.Tomado de Salvadoreños en el Mundo.
La propuesta de eliminar la tarifa fija de telefonía a través de un decreto legislativo es a simple vista una irresponsable política pública. Es una mala política porque existen otras maneras más eficientes de ayudar a los usuarios a tener acceso a la telefonía fija sin marginar al sector privado.
La Superintendecia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) fija las tarifas de una línea telefónica en El Salvador. Recientemente, SIGET anunció un aumento de $4.90 en la tarifa de telefonía fija, de $9.42 a $14.32 por mes. Obviamente, esta subida de precio es desbordante e injustificable, y no se les puede pedir a las familias pobres que paguen un 46% más por un servicio que ya tienen dificultades en pagarlo.
Existen más de 1, 100,000 líneas fijas en El Salvador. Las familias salvadoreñas pagan al año más de 189 millones de dólares para tener una línea telefónica en su casa. Este dinero ingresa directamente a las arcas de las operadoras telefónicas, y indirectamente a las arcas del Estado en forma de impuesto. Para una familia pobre salvadoreña, pagar $14.32 al mes para mantener una línea telefónica fija en casa representa un lujo. La propuesta legislativa eliminará este cobro.
Sin embargo, eliminar la tarifa fija es asumir que las empresas telefónicas no tienen gastos para mantener las líneas fijas. Esto pone en riesgo el mantenimiento y modernización de las líneas fijas. Inclusive, se pone en riesgo que muchas familias salvadoreñas no puedan acceder a una línea en el futuro. Visto desde el punto de vista de negocio, es insensato esperar que las empresas telefónicas inviertan dinero en mantener, modernizar y expandir el servicio de líneas telefónicas si no pueden recuperar su dinero.
Es cierto que tener acceso a una línea telefónica en El Salvador es relativamente caro. Por ejemplo, en Honduras se cobran $2.10, en Costa Rica $3.57 y en Nicaragua $5.90. Sin embargo, el usuario no debería comparar precios de otros países, sino la calidad del servicio que reciben. Si el servicio es mediocre, entonces, pagar $9.42 al mes ya es injustificable. Pero, la red de telefonía fija en El Salvador tiene una alta calidad, y esto se debe a que se ha invertido mucho dinero para mantenerla y modernizarla.
La mejor manera de ayudar a las familias tener acceso a líneas telefónicas de calidad es siendo selectivo en las ayudas. Por ejemplo, la propuesta de eliminar la tarifa fija de línea telefónica beneficiará de igual manera a Roberto Poma, uno de los hombres más ricos de El Salvador, como a la madre más pobre de El Salvador. Obviamente, hay más pobres que ricos en El Salvador. Sin embargo, la madre más pobre de El Salvador no tendrá dinero ni para comprarse un teléfono, mucho menos darse de alta para tener una línea telefónica.
El Gobierno tiene una obligación de mantener un clima favorable para la inversión extranjera a la vez que ofrece oportunidades a las familias de tener acceso a una línea telefónica. Reducir o eliminar la tarifa a las familias más pobres, no debería ser un obstáculo o amenaza a las empresa privadas. En Estados Unidos, por ejemplo, familias pobres reciben descuentos en su tarifa de línea fija si reúnen los requisitos que dicta la ley para recibir beneficios públicos. Tener un sistema que identifique aquellas familias que no pueden pagar la cuota de telefonía fija, ayudaría al Gobierno a racionalizar la ayuda para favorecer a colectivos sin marginar a la empresa privada que ha apostado por El Salvador.
Desgraciadamente, muchos políticos en El Salvador están más interesados en dar una apariencia cómo que están haciendo algo, en lugar de proponer propuestas inteligentes que ayuden al país a salir adelante. Si una familia pobre no puede pagar su línea telefónica, entonces, debería existir una manera, legal y justa, para que esa familia puede seguir disfrutando de un servicio que es importante para el desarrollo del país. Cancelar cualquier aumento de la telefonía fija debería ser una prioridad para los diputados, además de buscar mecanismos para focalizar las ayudas a las familias más pobres de El Salvador.
Un teléfono representa una ventana al mundo, pero pretender que eliminando la tarifa fija haremos la ventana más grande, es engañar al pueblo salvadoreño. Obviamente, muchos todavía creen que la mejor solución es expulsar a las operadoras telefónicas y traer de nuevo a ANTEL. Si siguen por ese camino de asustar a los inversores internacionales, pronto El Salvador se verá sin ninguna gota de inversión extranjera. Entonces, le volveremos a pedir a un funcionario de ANTEL que nos comunique con el mundo.
Salvadoreños en el Mundo: Propuestas Inteligentes y Sensatas
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