¿Tiene futuro ARENA?

Escrito por Marvin Galeas. Miércoles 28 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.

Sí. Y pienso que si hacen bien las cosas no sólo tiene futuro, sino uno muy bueno. No creo que sea una idea feliz pensar, a estas alturas del campeonato, en hacer otro partido político, como gran referente de la derecha, entendiendo por derecha la creencia en la economía de mercado, la democracia representativa, el respeto al Estado de Derecho.
ARENA, con todo lo que pasa, es el partido más grande de la oposición. Y lo seguirá siendo aunque sigan sus problemas. Ciertamente necesita una renovación, pero más que eso de lo que está urgido es de una reafirmación ideológica y de principios.

La renovación es necesaria pero en la forma, en tanto que la reafirmación es de fondo. Por lo que los tres primeros gobiernos hicieron, ARENA sería por definición un partido liberal en el sentido clásico del concepto. Con sus matices y diferencias de estilo, esos tres primeros gobiernos areneros compartían una visión de país fundamentada en el respeto a la democracia representativa, el respeto a los contratos y la apertura económica.

El presidente Elías Antonio Saca, marcó un punto de inflexión en la forma de actuar y gobernar en ARENA. Primero mantuvo al mismo tiempo la presidencia del país y del partido, en tanto el énfasis de gobierno estuvo puesto en lo social, sobre todo en el discurso.

En no pocas ocasiones discutiendo con funcionarios del gobierno anterior, estos me insistieron en la vieja idea de arrebatar banderas a la izquierda, es decir impulsar políticas públicas de corte izquierdista. En mi opinión cuando un partido con ideología liberal-conservadora, o de derecha en general juega con eso de arrebatar banderas a la izquierda va directo al fracaso. En la historia de América Latina abundan los ejemplos.

Esa fue la idea que tuvo la Democracia Cristiana cuando gobernó Duarte: arrebatar banderas a la izquierda impulsando las tristemente recordadas reformas estructurales, las cuales hicieron un enorme daño al país. Al final la Democracia Cristiana, ni dejó sin banderas a la izquierda y además perdió las elecciones de 1989.

Lo mismo pasó en los últimos cinco años. ARENA perdió su esencia liberal y se sumió en una confusión entre lo que es la ideología, la publicidad y las políticas públicas. Impulsando medidas basadas en lo social, es probable que el presidente logre popularidad como Duarte y Saca, pero el partido que los sostiene pierde identidad, las bases y los dirigentes se confunden y al final viene el naufragio.

Algunos asesores solían afirmar durante la pasada campaña, que el candidato de ARENA debería de aparecer alejado de "los ricos", porque de lo contrario perdería las elecciones. Mientras tanto el candidato del FMLN, "el partido de los proletarios", sacaba decenas de anuncios donde aparecía en amena charla con millonarios como el señor Gutiérrez de Guatemala y se jactaba de sus reuniones con Carlos Slim, el hombre más rico del mundo. Toda una ironía.

Le va mejor a la izquierda cuando gobierna con las banderas de la derecha, como lo demuestran los gobiernos de Lagos y la señora Bachelet en Chile o el de Lula en Brasil. Cuando los partidos liberales o de derecha comienzan a hablar mucho de lo social y de medidas populistas, se convierten en movimientos avergonzados de su ideología, hasta cierto punto acomplejados y sin identidad. Al final del período el electorado le pasa la factura.

Por otra parte ARENA debe recuperar su preferencia de hacer política estratégica por encima de la politiquería. A veces pareciera que esta última es necesaria para un gobernante, pero no debe ser el eje de su forma de gobernar. Por ejemplo: el presidente Calderón Sol hizo política estratégica cuando se modernizó el Estado con la venta de ANTEL y la reforma del sistema de pensiones, entre otras muchas cosas, pero hizo politiquería con el "Pacto de San Andrés". El clásico trinquetazo.

El presidente Cristiani hizo política estratégica negociando la paz. El presidente Flores hizo política estratégica negociando tratados de libre comercio, dolarizando la economía y transformando el Ministerio de Obras Públicas.

En síntesis ARENA puede y debe renovar su estilo, modernizarse. Pero lo más urgente, para ganar las próximas contiendas electorales, es reafirmarse como partido que cree en la economía de mercado, en la democracia representativa, en el respeto a los contratos. En la libertad y trabaje en el progreso de cada persona. Un partido verdaderamente republicano que recupere la mística y por ende la ética… y la alegría.