La estampida

Cuando uno de los voceros de los “doce” dijo que en adelante votarían de manera independiente, es decir, sin plegarse al COENA, instintivamente me hice la pregunta: ¿será posible tanta belleza? Por fin, me dije a mí mismo, al menos unos diputados van a cumplir al mandato constitucional (art. 125).

Escrito por Juan Héctor Vidal. Lunes 19 de Octubre. Tomado de La Prensa Grafica.

Más tardé en discernir sobre el significado de esa decisión, que caer en la cuenta de que todo era parte de un complicado entramado que se ha venido construyendo desde hace mucho tiempo, bajo las supuestas maniobras del ex presidente Saca y sus más cercanos colaboradores, antes y después del 15 de marzo.

Las declaraciones brindadas a LA PRENSA GRÁFICA por el ex canciller de la república (2-10-09) confirman lo que marcó el inicio de un proceso que dio al traste con las aspiraciones de ARENA de un quinto mandato, pero que no terminó allí. La versión “más benévola” era que la imposición del candidato a presidente obedecía a que el círculo de don Tony tenía “algo que tapar”. La más sórdida era que querían mantener el “control y privilegios” Eventualmente también circuló el rumor de que todo se debía a la intención del señor Saca de mantenerse arropado dentro del partido para lanzarse nuevamente como candidato en las elecciones de 2014.

En cuestiones de intrigas de palacio no habíamos sido ningunos aprendices, pero en los últimos tiempos nos hemos convertido en verdaderos maestros, al punto que los cortesanos y los consejeros de la edad media –que hacían hasta lo indecible para que reyes y príncipes alcanzaran la divinidad– no pasarían aquí de analfabetas políticos. Lo que estamos presenciando podría ir más allá de toda imaginación.

El problema se torna más complicado, de ser ciertas las versiones de que detrás de la estampida hay cosas mucho más delicadas que podrían eventualmente complicarle más la tarea a la presente administración. Y aunque no fuera así, no hay que menospreciar la capacidad de invención que tiene Juan Pueblo, con una caja de resonancia tal que hasta el chisme más vulgar puede convertirse en un descrédito de insospechadas consecuencias. Un gobierno que tiene flancos por todos lados, que van desde la ofensiva gestada en el mundillo de la intelectualidad herética, pasando por una crisis económica y de seguridad pavorosas, hasta el descarrilamiento de su vicepresidente y compañía, debe dormir con los ojos abiertos.

Lo que puede haber llevado a los “doce” a desafiar a las autoridades del COENA no debería verse entonces como un gesto de niños caprichosos. Si ese fuera el caso con un par de nalgadas volverían al redil. Cuántos dulces habría que darles después, es otra historia. Pero en este punto también es válido preguntarse: ¿Estarán ellos realmente preocupados por el futuro del partido? Esto lo duda mucha gente por las personas que se dice están detrás del movimiento, independientemente de que el partido necesita una cirugía mayor.

Pero suponiendo que los insubordinados están genuinamente comprometidos con reposicionar al partido después del 15/3 –siempre bajo la hipótesis de que son parte de una estrategia del “saquismo”– su causa puede convertirse en una caída estrepitosa. Lanzarse sin paracaídas significaría que no han aprendido la lección. ARENA perdió las elecciones porque el presidente Saca se aferró a la idea de que podía hacer lo que le viniera en gana sin la venia de los poderes fácticos. Error garrafal en un país que apenas comienza a entender el significado de la democracia.

Tampoco un retorno a la unidad, asumiendo que ello fuera posible, le garantiza al partido la absolución de sus pecados. Obviamente al país no le conviene una derecha blandengue y disminuida ni una contestataria y atrincherada, que solo busca salvaguardar los tesoros acumulados durante veinte años. En todo caso, su credibilidad ya está por los suelos. ¿Y el FMLN?: feliz como nunca.