En los catorce años que estuvieron Ortega y los sandinistas en el poder, Nicaragua pasó de ser un país con futuro a convertirse en la nación más pobre del Istmo Centroamericano.
Editorial.. Martes 27 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
No hay nación que quiera que se repita en su suelo el caso de Nicaragua, que ha caído en la ruina a causa del pacto entre dos corruptos, Daniel Ortega, célebre por hundir al país en la más abyecta pobreza y Arnoldo Alemán, que para escapar de la cárcel dividió a la derecha e hizo posible la aprobación del decreto que permitirá la indefinida elección de Ortega y con ello la instauración de una dictadura comunista.
En los catorce años que estuvieron Ortega y los sandinistas en el poder, Nicaragua pasó de ser un país con futuro a convertirse en la nación más pobre del Istmo Centroamericano, peor que Belice, mucho más abajo que Honduras. Managua, otrora una amable ciudad con su medida de encanto, es en la actualidad un gigantesco lote en abandono lleno de covachas.
Alemán, en todo caso, no ha hecho sino cumplir el sagrado principio de los despotismos y regímenes autoritarios hispanoamericanos: lo robado, robado queda. Desde Perón hasta los revolucionarios presidentes mexicanos del viejo PRI, se respetaba el derecho de cada mandatario saliente de quedarse con el botín que había amasado, incluidos figurones como Carlos Andrés de Venezuela. Pero he aquí que un buen día un país --Venezuela con Pérez Jimenez-- dispuso procesar, condenar y encarcelar al gran ladrón, lo que inclusive causó que un mexicano, Salinas de Gortari, se exiliara de por vida en la verde Irlanda.
Dineros mal habidos sostienen el desorden
La impunidad se está terminando y como en el Festín de Baltasar, uno de los episodios bíblicos más emblemáticos, la mano que escribe sobre el muro "mane tacel phares" anuncia el próximo rendimiento de cuentas. Los corruptos irán cayendo uno tras otro, como sucedió en Costa Rica, en Perú y México. Hace un par de días, en Costa Rica, apresaron al ex presidente Calderón; en Taiwan fueron condenados a cadena perpetua el ex presidente Chen Siu Bian y su esposa, por robar apenas dos millones de dólares, cifra risible en comparación con los saqueos de cien, doscientos y quinientos millones que se dan en los trópicos. La diferencia, irónicamente, es que Taiwan es un país muy rico en el que una ratería no hace mella, pero en Hispanoamérica saqueos de esas dimensiones no sólo desmoralizan a la población al contemplar cómo, en forma impune, son saqueadas las arcas públicas, sino que también causan grave daño a su desarrollo. La pobreza en nuestro Hemisferio es consecuencia tanto del populismo como de la corrupción incontrolada.
Alemán dividió el movimiento liberal nicaragüense, con arraigo desde hace más de un siglo, para entregar una parte de la fracción parlamentaria liberal a Ortega, con lo que se pudo aprobar una enmienda a la ley para que tal individuo pudiera ser electo presidente con apenas una tercera parte de los votos. El acuerdo era muy simple: Alemán iba a salir de la cárcel y conservar el botín amasado durante los años de su presidencia, a cambio de apoyar las propuestas legislativas de los sandinistas.
La fracción del Partido Liberal controlada por Alemán se sostiene con los dineros robados; hay complemento a los sueldos de los diputados, ayudas familiares, bonos frecuentes, viajes al exterior, granjerías. Fue tan descomunal el saqueo de Alemán y sus secuaces --pasaron de clase media baja a opulentos-- que pueden, durante años, seguir manipulando la política nicaragüense…
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