El sueño salvadoreño

De la canción “Pueblo Blanco”, de Joan Manuel Serrat (1971), es el siguiente fragmento: “Escapad gente tierna, que esta tierra está enferma, y no esperéis mañana lo que no te dio ayer, que no hay nada que hacer”.

Escrito por Carlos A. Rosales. Viernes 23 de Octubre. Tomado de La Prensa Grafica.

Misael Carranza (nombre ficticio), de 23 años, partió hacia EUA el 22 de septiembre pasado. A eso de las 5 de la tarde, un coyote conocido de la familia pasó a recogerlo a su vivienda en San Martín. Fue una tarde triste y amarga para el joven emigrante y toda su parentela. Sus lágrimas, y las de su familia, complicaron enormemente la despedida.

Como Misael, muchos salvadoreños abandonan sus hogares todos los días en busca de las oportunidades que aquí no encuentran. Cinco jóvenes más compartieron con Misael la cama del pick up que esa tarde partió en su odisea hacia el norte. Con suerte, en unas semanas, Misael llegará a la tierra prometida: una casa en un suburbio de Chicago, donde lo esperan varios familiares lejanos.

Desde esa nueva etapa de vida, Misael ha prometido a su madre y hermanos que mandará parte de sus ingresos para ayudar a su familia aquí a mantenerse económicamente a flote. A pesar de la dolorosa despedida, sus familiares ya esperan con ansias la llegada de los recursos.

La diáspora salvadoreña no cede. Los salvadoreños en Estados Unidos constituyen la cuarta comunidad más grande de origen hispano. Basados en una encuesta de la Oficina del Censo Estadounidense de 2007, el Pew Research Center, en Washington, DC, presentó recientemente un perfil del inmigrante salvadoreño que ofrece las principales características de los cuscatlecos allá.

Según los datos, 1.5 millones de hispanos de origen salvadoreño residían en EUA en 2007. Esto representa el 3.2% de la población hispana, comparado con los 29.2 millones de mexicanos, o 64.3%. Cuatro de cada 10 salvadoreños (38.5%) vive en California, y uno de cada siete (13.9%) reside en Texas.

El 56% de los inmigrantes salvadoreños arribaron durante o después de 1990. Solo tres de cada 10 salvadoreños (28.8%) son ciudadanos americanos. El 66.1%, o dos tercios de los hispanos que se definen como salvadoreños, nacieron fuera de ese país, comparado con 39.8% del total de hispanos, y 12.6% del total de estadounidenses.

Menos de la mitad, o 43.8% de los salvadoreños, dice hablar inglés bien. El 56.2% de los salvadoreños mayores de cinco años dicen no hablarlo bien, comparado con 38% del total de hispanos. Menos de la mitad (45.1%) de los salvadoreño-americanos están casados, comparado con 47.3% de todos los grupos hispanos.

Los salvadoreños en Estados Unidos tienen menores niveles educativos que el resto de hispanos. El 53% de salvadoreños mayores de 25 años no completó bachillerato, comparado con 39.4% del total de hispanos. El ingreso promedio de salvadoreños mayores de 16 años fue de $20,238, en 2007, comparado con $21,048 del resto de hispanos.

El 14.6% de los salvadoreños vivía en pobreza en 2007, encima del promedio estadounidense (11.9%), pero por debajo del resto de hispanos (19.5%). La edad promedio de los salvadoreños es 29 años, menor que el promedio de la población estadounidense (36) y mayor que el promedio hispano (27).

Durante los años setenta y ochenta, cientos de miles de salvadoreños abandonaron su país debido a la guerra civil y a la crisis económica generada por el conflicto. Desde entonces, la diáspora salvadoreña ha estado avivada por los desastres naturales y por los ciclos de violencia social y crisis económica que han golpeado al país.

Según el censo de 2007, más salvadoreños han abandonado su país después del conflicto armado que antes de él. Cientos de miles de jóvenes como Misael Carranza han emigrado en busca de su sueño. Parece ser que el sueño salvadoreño es irse para Estados Unidos.