Escrito por María A. de López Andreu. Viernes 16 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
Pude escuchar a un grupo de alcaldes, de municipios pequeños, describiendo con entusiasmo cómo celebrarían las fiestas patrias. Uno de ellos (por su seguridad física, omito identificarlo) comentó que, cada vez que iniciaban un acto cívico en la escuela de su localidad, activistas y personeros del FMLN se dedicaban a hostigar a la población, poniendo música de protesta, a todo volumen, con parlantes de gran potencia, estorbando así esas conmemoraciones.
Una profesora de otro municipio del interior, mostraba horrorizada una tarea que le asignaron para los alumnos de noveno grado; debían realizar investigaciones y escribir ensayos sobre Ernesto "Ché" Guevara, como también sobre el "Movimiento 26 de Julio", de Cuba; sobre el sandinismo, sobre Fidel Castro. Dirán que son personajes o movimientos históricos y, como tales, deben ser estudiados. Pero, ¿en lugar de nuestros próceres? ¡Horror!
¿Cómo y qué se está enseñando a nuestros jóvenes? ¿Es que el "hombre nuevo" --que pretende construir nuestro vicepresidente y ministro de Educación-- se construirá sobre semejantes referentes? ¿Será similar al "hombre nuevo" que promueven las FARC? ¿Por qué no investigar sobre José Matías Delgado, Manuel José Arce y el Libertador de los Esclavos, José Simeón Cañas?
También durante el mes de septiembre, el mencionado ministro de Educación, quien debería ser un intachable ejemplo para todo el estudiantado, tuvo la genial idea de olvidar su actual doble investidura como funcionario público y, mostrando su atávica naturaleza, guerrillera y anti sistema, lanzó una violenta arenga a sus correligionarios, incluyendo ri- dículos desplantes a los Estados Unidos, para que "apriendan", a la vez que daba su total apoyo al desprestigiado "Mel" Zelaya.
Esta última gracejada no ha pasado inadvertida y los medios de comunicación le han dado mucha cobertura, en especial, porque pone en peligro nuestras relaciones con nuestros dos socios principales: los Estados Unidos y Honduras. Y, si eso es grave en cualquier época, lo es mucho más en la actual crisis económica mundial.
Aquí cabe señalar que, como personas responsables, debemos preocuparnos en resolver la crisis económica. Y la resolveremos. Tomará tiempo, pero el mundo y nosotros recuperaremos la estabilidad y, con ella, iniciaremos, de nuevo, el crecimiento tan necesario para darle bienestar a todos los salvadoreños.
Sin embargo, lo que más debe preocuparnos (y ocuparnos) es qué están haciendo con la mente de nuestros niños. ¿En qué manos está su educación? ¿Qué derrotero les están trazando? Porque el envenenar sus mentes --inculcándoles odio de clases, arrancándoles el amor patrio-- causará un daño, no recuperable y totalmente irreversible, a nuestro país.
Sinceramente, no comprendo cómo los padres de familia nos hemos quedado tan apáticos ante este gigantesco peligro. Algunos creerán que, por tener a sus hijos en colegios privados, no se darán casos como los que aquí he narrado; quizá tengan razón, pero ese no es el punto. La cuestión es que niños salvadoreños están siendo adoctrinados en ideologías perversas, y son ellos quienes dirigirán mañana nuestro país, desde altos cargos, públicos y privados; desde cátedras y púlpitos. Para ese entonces, ¿qué suerte correrá la minoría que, actualmente, no está siendo envenenada?
Sí, preocupémonos por la economía, pero lo primero y principal, es defender algo mucho más valioso: las mentes y corazones sanos de nuestros niños. En eso debemos poner nuestro mayor y total esfuerzo. ¡Salvemos a El Salvador!
Lo que lke preocupa son sus huesos...los cipotes ...la monoria que no esta siendo envenenada? No le preocupan los cipotes de la calle. Segun ella mejor que no tengna educacion simepre y cuando no les afecten a ellos. MMMMhhhh retrograda la manera de pensar. Habla de un desastre a partir de que el nuevo gobierno llego. Sera tan tonta o tan cinica que nos quiere hacer creer que todo funcionaba de maravilla antes del la epoca Funes? Ridiculos estos derechistas salvadoreños.... no se les puede ni dedicar tiempo para discutirles pues las ideas son vacias sin fondo ni altura.
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