El nuevo presidente de la ANEP dicta que su gestión será apoyar al gobierno del presidente Funes en una relación de mutuo respeto.
Escrito por Ciro Granados.Viernes 30 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
Ni ser piedra en el zapato del gobierno de Mauricio Funes como tampoco darle un cheque en blanco. Carlos Enrique Araujo Eserski, el nuevo presidente de la cúpula empresarial salvadoreña, define así el estilo que imprimirá a su gestión.
Este empresario, que tiene un cuarto de siglo de bregar en las gremiales de hombres de negocios, lo resume en una frase: "Tenemos que ayudar a nuestro gobierno en una relación de mutuo respeto y con agenda propia".
Cuando el presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) habla de ayudar al Ejecutivo se refiere a conciliar posturas, dialogar y aportar ideas y conceptos.
Por eso es que uno de sus primeros retos será negociar una reforma fiscal que acaba de ser llevada al "horno social" y que hasta ahora sus únicos defensores son quienes la prepararon.
"Tenemos que ser respetuosos pero también darnos a respetar", dice Araujo, antes de sostener que en este momento económico el país necesita paciencia y tiempo para analizar el paquete de reformas económicas.
"A veces la medicina puede resultar más dañina que la enfermedad. Estamos conscientes de que el gobierno necesita cumplir con sus obligaciones, pero es responsabilidad nuestra ser cautelosos al señalarle que estas políticas deben ser evaluadas; lo importante es que las decisiones no dañen a nuestra economía", añade.
En tono conciliador, Araujo apunta que la empresa privada no se niega a pagar impuestos, y que salir adelante es una tarea de todos, del gobierno, empresarios, sindicatos y salvadoreños productivos.
Reitera que se debe ser precavido en esto de las reformas.
—Como gente que entiende de finanzas, nuestra obligación es hacerle ver al gobierno que esta reforma, con lo poco que conocemos de ella, tendría efectos que nos harían salir muy lento de la recesión.
—¿Y está dispuesto a negociar con el gobierno y los partidos?
—No veo por qué no. Indiferente de cualquier partido en el poder, la empresa privada debe ser proactiva; no podemos ser excluyentes. Tenemos que aceptar que todos somos parte de esta sociedad y aunque cada cual crea en los suyo hay que buscar el bien común, que es el país.
Apoyar al gobierno, sin embargo, tampoco implica regalar un cheque en blanco.
"Debemos tener agenda propia y una estrategia, compartir ideas e inquietudes, pero también buscar el balance... y buscar asociación con ellos", indica antes de señalar que parte de su labor implicará establecer alianzas con sindicatos y fundaciones.
Y de regreso al tema de la reforma fiscal, que ha recibido palos por todos lados, Araujo dice que se debe ser realista, que no se puede abstraer el país del mundo que también sufre la crisis... y que en otras naciones en vez de incrementar impuestos se han inyectado fondos a la economía.
"Esos países están conscientes de que solo por medio de una economía reactivada van a poder pagar los costos de sus proyectos sociales", subraya.
Otro de los aspectos que extraña en el amplio paquete de la reforma fiscal presentada es la claridad. Y recuerda que son cientos de páginas cuando "hay que reconocer que la sencillez tiene más facilidades para llegar a sus objetivos".
Una de las críticas que ha sufrido la ANEP de algunos sectores conservadores es que no tuvo la suficiente energía en sus posturas con los gobiernos anteriores. El novel presidente de la entidad asegura que si en los años ochenta hubo más confrontación empresarios-gobierno fue porque estaban en juego principios básicos de libertad económica.
La cosa cambió, asevera, con la llegada de los nuevos gobernantes y que los empresarios pudieron dedicarse a lo suyo, a producir y generar riqueza.
Ahora que la situación ha cambiado y que por primera vez llega el FMLN al poder Ejecutivo, en el papel de la ANEP se vislumbra un margen más estrecho de vigilancia sobre la cosa pública.
—¿Qué van a hacer para fortalecer la democracia en El Salvador, otro de los puntos asumidos por los empresarios?
Araujo responde que igual que los partidos y otras instituciones, la empresa privada juega un papel crucial para generar ese balance indispensable.
—Vamos a jugar el rol que nos pertenece, pero esto no es solución de uno. Una golondrina no hace verano y la democracia se construye entre todos. Lo que pasa es que a veces nos confundimos y creemos que la libertad siempre ha estado ahí y va a seguir así para siempre. No, es responsabilidad de todos velar por ella, construirla y demandar de los partidos políticos el respeto hacia ella.
En este punto, el tema político no se puede eludir.
—¿Hasta dónde debe llegar la frontera de la acción empresarial para que inicie la gestión del gobierno en el desarrollo del país?
El presidente de la gremial resume en una sola palabra el sitio donde deben encontrarse ambos protagonistas. "Diálogo".
Y amplía que ese diálogo debe darse con respeto entre ambas partes, para generar una concertación de un ideal central: el país.
Tejer esta red de acuerdos, en tales condiciones, supone también el esfuerzo de la oposición política: los pesos y contrapesos de las democracias sanas.
Para esta oposición, Carlos Enrique Araujo también tiene un mensaje: "Ellos deben recordar quién los eligió. Y el que los eligió es el salvadoreño trabajador, el que se levanta temprano para ir a buscar el sustento de su familia. Solo hay un barco en el que todos estamos, y tenemos que respetar de dónde venimos y hacia dónde vamos".
Una gestión más cercana
Con toda la carga que genera su puesto, Araujo ha definido varias prioridades en el corto plazo para su administración.
Acercarse a los agremiados será parte de su agenda.
"He ofrecido tener una participación muy activa con las gremiales, más que todo con las pequeñas —comenta—; visitarlas con mucha frecuencia pero no en la ANEP, sino en sus oficinas".
El fondo de tal estrategia se ancla en la necesidad de mantener estable la nave, en un momento de fuertes impactos en el mundo de los negocios.
"Los empresarios tenemos que estar unidos hoy más que nunca, y este es un llamado de nuestro país: tenemos que estar unidos para ayudarle a nuestro gobierno a salir adelante... tenemos que trabajar juntos para el desarrollo social y económico", apunta.
Araujo sostuvo que en el directorio de la ANEP se harán algunos cambios para mantener la experiencia de quienes han conducido a la gremial estos años.
Otro de sus esfuerzos será conseguir eslabones que acerquen las necesidades de las empresas con las demandas sindicales.
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