Vergüenza ajena

Escrito por Sandra de Barraza. Viernes, 15 mayo 2009Publicado en LA PRENSA GRÁFICA.

Estados Unidos da lección. A todos los candidatos a secretarías de Estado y otros cargos importantes se les investiga para asegurar que cumplen con la legalidad del país. Si incumplen se les veta. ¿Y acá?

El primer deber ciudadano es cumplir con la ley. En una sociedad democrática nadie puede aducir desconocimiento de las normas ni de las leyes. Tampoco nadie puede limitar la participación en el ejercicio del derecho al voto para cargos de elección popular. Y en democracia una vez quedan unos y la siguiente los otros, todo depende de su desempeño y los resultados de su trabajo.

Hace unos días recibí una llamada del alcalde de mi municipio. No es usual recibir llamadas de funcionarios públicos cuando están sentándose en la silla gubernamental. Se inicia aprendiendo de lo que se trata el negocio. El alcalde de mi municipio va por su cuarto periodo. Ha acumulado experiencia y tiene mi reconocimiento y aprobación por su gestión. Resolvió problemas y aspiraciones básicas de mi entorno inmediato: hay recolección de basura día a día y reconozco que necesita tiempo, energía y recursos para batallar contra la práctica generalizada de hacer de las aceras y calles municipales depósitos públicos de basura para que “otro las retire”.

Tengo 15 años de vivir en Santa Tecla y he visto y vivido avances. Tenemos parques en el centro de la ciudad, hay bancas y la gente tiene donde sentarse a disfrutar del calor y del paisaje; El Cafetalón se reconvirtió en un espacio deportivo; después del terremoto el palacio municipal recuperó su carácter y está al servicio de expresiones artísticas de pintura, canto, cine, música y otras; hubo reubicación de población para la construcción del fallido bulevar Diego de Holguín coordinada con el MOP y sin problemas; la Escuela Superior de Ingeniería, anterior Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA/FEPADE), la Escuela Alberto Masferrer y otras tienen apoyo municipal; se han construido parques; se construyó un mercado y obras de mitigación ambiental; los trámites personales en la alcaldía son ágiles y hay programas de jóvenes. No estoy enterada de lo que a diario hace el gobierno municipal, pero cuento lo que me importa. A futuro, espero que la alcaldía logre impregnar en los ciudadanos identidad y orgullo tecleño. Este municipio tiene muchos recursos educativos, su identidad está en la ciencia, la tecnología y la cultura. Y para esto se necesitan espacios públicos sanos, seguros y ornamentados. Pero... nada de lo que cualquier ciudadano desee y espere de su gobierno municipal se puede hacer sin pagar los impuestos y tasas municipales.

El alcalde de mi municipio me llamó para contarme que los residentes de mi colonia tenemos una deuda municipal por cuatrocientos treinta y tres mil seiscientos catorce dólares con cincuenta y siete centavos ($433,614.57) en concepto de tasas por servicios municipales y accesorios. Solicitó colaboración de la Junta Directiva de la Asociación de Vecinos. En promedio cada inmueble debe ¡$1,084 a la alcaldía municipal! Inmediatamente cualquiera se pregunta: ¿Dónde está la responsabilidad fiscal con el gobierno municipal? ¿Quién habla de solidaridad? ¿Quién desea estabilidad social y política? ¿De qué democracia hablamos? Y... porque es de “otro” partido político ¿tengo derecho de incumplir con las responsabilidades fiscales municipales? En la colonia somos 400 familias, seguramente todas con jefes de hogar profesionales o empresarios, con un nivel de educación superior a la media nacional y con ingresos superiores al promedio nacional. Y con todo esto, la cultura del no pago es patrimonio generalizado. ¿Cuánto se deja de hacer porque no se paga?

A los gobiernos municipales se les quitó el recurso para recaudar sus impuestos y tasas cuando dejaron “libertad de decisión” para cancelarlos en la cuenta de energía eléctrica. ¿Qué apoyo puede y debe dar el gobierno central para que los municipios puedan financiar obras de desarrollo? ¿Cómo evitar demandas por incrementos en el FODES? El alcalde de San Salvador, a menos de un mes de su ingreso, ya dio declaraciones sobre las finanzas municipales y también hizo un llamado a que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones fiscales. Allí seguramente también se aplica la lógica de “como es de otro partido” no pago. Y con esta lógica en San Salvador y en Santa Tecla ¿cómo podemos esperar gobiernos eficaces y equitativos? ¿Cómo podemos esperar construir un municipio y un país de orgullo?

Estados Unidos da lección. A todos los candidatos a secretarías de Estado y otros cargos importantes se les investiga para asegurar que cumplen con la legalidad del país. Si incumplen se les veta. ¿Y acá? ¿Qué hacer para fomentar una cultura de legalidad y responsabilidad fiscal con el gobierno municipal y el gobierno central? Talvez la crisis justifique que a todos nos obliguen a todos a cumplir con la ley. ¡Ojalá!