Silencios

Escrito por Héctor Silva Ávalos.Domingo, 03 mayo 2009. Publicado en La Prensa Grafica.

Han pasado 49 días desde que Mauricio Funes resultó electo presidente para el periodo 2009-2014. Faltan 29 para que asuma su rol. En el ínterin la izquierda y la derecha se acomodan para ejercer sus nuevos roles, de gobierno una y de oposición la otra. Vivimos, ahora, una transición histórica, marcada por una gran expectativa, pero también por silencios que empiezan ya a ser incómodos.

El primer acto de Funes fue un discurso de aceptación en el que sus adversarios políticos –ARENA, empresarios– reconocieron sensatez y una invitación al diálogo. Después de eso, el presidente electo tuvo algunas intervenciones públicas en los medios de comunicación. En un amplio cuestionario que contestó para LA PRENSA GRÁFICA hizo algunas declaraciones de intenciones, como la apuesta por un gabinete sin demasiados tintes partidarios –“uno con sesgo partidario iría rumbo al fracaso”, decía–, la necesidad de priorizar el escaso recurso público para programas sociales o la intención de dar un norte pragmático a sus relaciones internacionales. Después de eso, pocas declaraciones públicas. Muy pocas. Poquísimas.

El segundo acto del presidente electo fue un prolongado “affaire” con el presidente Antonio Saca en la logística de la transición. Fotos en Casa Presidencial. Un fructífero tour político que le valió al país, en Trinidad y Tobago, el aplauso unánime por la madurez que implica la presencia simultánea, en un foro continental, de mandatarios que representan a partidos políticos otrora rivales de guerra. Más allá de ese reconocimiento –válido y bueno para El Salvador–, la paz de la transición ordenada vendida por el dueto Saca-Funes encontró esta semana su primer desencuentro en el tema de las finanzas públicas que el primero heredará al segundo. Fue Funes quien abrió el debate cuando dijo que le habían cifrado en cerca de $500 millones el déficit; luego Saca dijo que no era déficit, sino un “no ingreso” que rondaba los $300 millones. El FMI, como reportó LA PRENSA GRÁFICA, lo cifra en 2.2% del PIB, o sea $400 millones, con tendencia a subir. Después de que los medios de comunicación expusiésemos las cifras, los equipos de la transición ordenada prefirieron guardar silencio. El país no sabe, aún, cuál es el estado real de las arcas estatales. El silencio, aquí, debería ser roto por el gobierno de Funes muy pronto, y las palabras deberían explicar además cómo administrará el nuevo presidente el déficit para reorientar sus promesas sociales. La campaña pasó, hoy toca gobernar desde la realidad.

El tercer capítulo, en el caso de Funes, ocurrió el 1.º de mayo, cuando el nuevo presidente aprovechó para lanzar señales a clientes políticos del FMLN que ya habían empezado a pedir cuentas al ex periodista. El llamado movimiento social –una parte del cual irrumpió en flagrante ilegalidad a la plenaria del viernes– empezó a exigir al ex periodista, quien no ha perdido oportunidad para mostrarse al país y al mundo como un izquierdista moderado. En la plaza pública, Funes ofreció mantener sus compromisos de campaña y no gobernar con la derecha. ¿Cómo lo hará? Silencio.

En el caso de la derecha ha habido una sorda seguidilla de acusaciones que ha impedido a ARENA ordenar su propia transición. El silencio, aquí, se vio roto por la decisión de que Alfredo Cristiani dirija al partido hacia la oposición. ¿Cómo? ¿Con quiénes? ¿Con qué facturas? Silencio también.