Poner más empeño en el tema seguridad

Jueves, 07 mayo 2009. Publicado en La Prensa Grafica.

La clave está en salir de la improvisación de momento para pasar a la planificación ordenada, con lo cual podría programarse y ser verificable la efectividad en el tiempo.

En estos días están saliendo a la luz dramáticas informaciones sobre vínculos entre estructuras y jefes policiales y el crimen organizado, especialmente el narcotráfico. El hecho no es nuevo, y merece una atención institucional mucho más eficaz que la que se ha tenido hasta la fecha. En todas partes, los entes encargados de la lucha contra el crimen son blancos de la infiltración criminal, y por ello hay que estar siempre en guardia para preservar la plena efectividad de los mecanismos de autodefensa del sistema.

La Policía Nacional Civil es desde luego una de las entidades más vulnerables, y ya en 2000 fue necesario emprender una depuración que no fuera la función rutinaria dentro de la institución. Es sabido, por larga experiencia, que si todo se deja a los mecanismos internos puede acabar imponiéndose lo que se llama el “espíritu de cuerpo”, que tiende a convertirse en tendencia encubridora. No hay duda de que una de las áreas que hay que empoderar verdaderamente es la de la Inspectoría, que ha venido reduciéndose a dependencia sujeta a las líneas de mando principal.

Hay que decir, para corresponder a la realidad de los hechos, que la PNC salvadoreña, que es la institución más determinante surgida del proceso de paz, ha venido haciendo esfuerzos para asegurar su modernización conforme a los requerimientos de la realidad nacional e internacional. Y precisamente por eso hay que poner aún más empeño en su limpieza interna constante. Esto es básico no sólo para la buena marcha del proceso nacional sino también para la salud del sistema en general. La Policía tiene que mantenerse dentro de su esquema original, sin cerrojos ni veladuras de ninguna índole.

Salir de la improvisación

El tema seguridad, especialmente en lo que se refiere a la Seguridad Pública y la lucha contra el delito, se presta para manejos políticos coyunturales. El juego de las estadísticas puede ser utilizado en esa línea. Desafortunadamente, en este punto específico, no se ha logrado a lo largo de todos estos años configurar un verdadero y confiable mecanismo de Estadística Criminal, que debería ser independiente de los órganos gubernamentales encargados de la Seguridad, para evitar contaminaciones interesadas.

Pero, en términos más generales, un tratamiento de veras efectivo del tema de la seguridad ciudadana y pública está reclamando la conjunción de dos componentes que hasta la fecha han sido notoriamente deficitarios en el sistema: una interacción institucional funcional, que abarque el accionar de todos los entes que inciden en esta temática, como la PNC, la Fiscalía General y el Órgano Judicial; y las estructuración y puesta en práctica de un plan integral de seguridad, que aglutine tanto a la institucionalidad como a la sociedad en un esfuerzo conjunto y permanente.

La clave está en salir de la improvisación de momento para pasar a la planificación ordenada, con lo cual podría programarse y ser verificable la efectividad en el tiempo. Como parte de la necesaria evolución de las políticas y las prácticas dentro del aparato estatal, las temáticas estructurales, y ésta es evidentemente una de ellas, no pueden seguir siendo tratadas a ritmo de ocasión y a golpe de ocurrencia.