Por Magda Flores/Cristina Amaya. Publicado en Contra Punto.
SAN SALVADOR – Un grupo de mujeres autodenominadas “Solidarias con Karina” buscan que se haga justicia en el caso de Karina del Carmen Clímaco, quien fue condenada en 2002 a 30 años de cárcel porque, según el fallo judicial, ella asesinó a su hija recién nacida.
El proceso judicial estuvo lleno de anomalías, por lo que el grupo Solidarias con Karina solicitaron este martes 5 de mayo una revisión del caso al Tribunal Tercero de Sentencia, de San Salvador.
Karina fue acusada, juzgada y sentenciadas a 30 años en el 2002. En un inicio, ella fue acusada de aborto, pero la tipificación de su caso cambio rápidamente ha homicidio agravado debido a que mediante una autopsia se determinó que la niña ya tenía el tiempo suficiente para vivir.
Vacíos legales y forenses
Esa autopsia, principal prueba por la cual la condenaron, determinó que la niña habría respirado y que fue estrangulada. Sin embargo, no hay ninguna prueba directa que determine que ella fue la asesina de su propia hija.
Además, expertos forenses internacionales como, Mariano N. Cantex , director del Centro Interdisciplinario de Investigaciones Forenses (CIDIF), de Argentina, en un análisis al caso, detalla que el tema de si la bebé respiró o no, así como el de los moretones encontrados en su cuerpo, representa dificultades en el mundo de la obstetricia forense.
“La certeza no se tiene jamás”, opinó el galeno, agregando que este tipo de pruebas genera controversias en el mundo de la obstetricia forense.
La autopsia realizada por un forense salvadoreño determinó que la niña había respirado y había sido asesinada; para llegar a ésta conclusión realizó la prueba de docimasias hidrostáticas, la cual determina que si los pulmones flotan la bebé había respirado-.
Sin embargo, expertos forenses como Bernard Knight, en su libro Forensic Pathology, cuestiona el valor de esta prueba. “A lo sumo podría tomarse como un indicador sugerente pero jamás una prueba en sí definitiva en una corte criminal”.
Hay experiencias de bebés que nunca respiraron y sus pulmones flotan y recién nacidos que respiraron que sus pulmones se hunden, detalla en su libro. Pero Karina fue condenada porque esta prueba demostró que la niña respiró, y que por lo tanto fue asfixiada.
Cantex sostiene también que los moretones en el cuello de la niña de ninguna manera se constituyen como indicadores inequívocos de una asfixia, y que esta puede ocurrir en muchos estados que no necesariamente implican asfixias.
Por éstos huecos forenses y legales –Karina tuvo cuatro abogados defensores que actuaron de forma ineficiente –la organización de mujeres interpuso la petición para la revisión del caso de Karina, ya que ella no contó con una defensa adecuada y la condenaron con pruebas acusatorias inconsistentes y cuestionables técnicamente y legalmente, opinan expertos. En ocho días se espera la respuesta a la solicitud, si procede o no la revisión.
“Esperamos que la justicia salvadoreña sea suficientemente madura y equitativa para que revise este caso con frialdad, con objetividad, con humanismo y le devuelva la libertad”, destacó el abogado de Karina, Víctor Hugo Mata, quien además añadió que injusticias como ésta se cometen por la falta de investigación de la Fiscalía, y porque muchos jueces y tribunales se dejan guiar por esa visión frágil y superficial de investigación.
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