Lunes, 11 de Mayo de 2009. Por Rodrigo Baires Quezada. Publicado en El Faro,
Mauricio Funes rompió el silencio que mantenía alrededor de la situación económica nacional bajo la cual asumirá la presidencia el próximo 1 de junio. El jueves pasado, el presidente electo reconoció que recibirá un gobierno en números rojos, sumido en una recesión económica y con casi 62 mil familias má que el año pasado bajo la línea de pobreza.
“El cuadro es preocupante y nos confirma nuestra percepción de que la situación económica y social se ha deteriorado dramáticamente durante los últimos meses. Hoy puedo confirmar que vamos a recibir (el 1 de junio) una economía en recesión”, dijo Funes en conferencia de prensa tras una reunión de dos días con representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El panorama económico que el presidente electo dibujó escuetamente ya había sido detallado apenas unas hora antes por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) en su Informe Trimestral de Coyuntura. La mañana del jueves, durante la presentación a la prensa del estudio, el director del Departamento de Estudios Económicos y Sociales de la fundación, Roberto Rivera Campos, reveló que incluso sin recurrir a los escenarios más pesimistas, el país sufrirá durante lo que queda de año un estancamiento de la economía (O% de crecimiento), y enfrentará un déficit en sus finanzas que alcanzará al 4.7% del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del año, aumentaría al 5.3% del PIB en 2010 y podrìa bajar a un 4.1% en 2011.
A finales de enero, el banco internacional J. P. Morgan Chase & Co. ya trazó las expectativas de crecimiento de El Salvador en 2009 a la baja, y pronosticò que serìa del -0.5%. Otros, como la calificadora internacional de riesgo Fitch Ratings anticipaban un estancamiento o crecimiento negativo del PIB para 2009. Ante ello, Fusades prevé que el nuevo Ejecutivo necesitará reorientar, con el permiso de la Asamblea Legislativa, cerca de 950 millones de dólares en préstamos ya obtenidos para lograr completar el presupuesto de este año, y no tendrá más remedio que adquirir nuevos créditos para hacer frente a los gastos públicos durante los próximos dos años.
Al respecto, Funes fue claro y reconoció que, bajo las condiciones actuales, “es ineludible renegociar los préstamos”. Las condiciones actuales a las que se refería el presidente electo era el recibir “una economía en recesión, unas finanzas públicas maltrechas debido a la existencia de un déficit fiscal mayor que el proyectado y la existencia de una brecha fiscal sin financiar de alrededor de 500 millones de dólares, unos millones más, unos millones menos”.
Desde finales de 2008, aún con datos estadísticos incompletos y un gobierno central asegurando que la crisis afectaría poco o nada al país, diferentes analistas advertìan que la economía nacional mostraba una tendencia a la desaceleración. Según el informe de Fusades, esta tendencia ya era un hecho al cierre del cuarto trimestre de 2008, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) creció tan solo un 1.79% frente al empuje del 4.94% que había registrado en los mismos meses de 2007.
En un ambiente marcadamente electoral, que según los analistas agravó la situación, el año cerró con un crecimiento del 2.5% del PIB, un déficit del 3.1% en las cuentas del Sector Público no Financiero (SPNF), cerca de nueve mil empleos formales menos según los datos de cotizantes del ISSS, y un cierre de los flujos de crédito bancario hacia las empresas privadas.
Un trimestre difícil
El primer trimestre de 2009 no rompiò con esta dinámica de desaceleración. A menos exportaciones, menor inversión y menor producción privada, menos empleos, menos consumo y menos ingresos tributarios para el Estado a través de los dos impuestos que más liquidez le generan: IVA e impuesto sobre la renta.
Según Fusades, a falta de datos oficiales del Volumen de la Actividad Económica (IVAE), los indicadores de su Encuesta de Dinámica Empresarial muestran la desaceleración económica. A modo de referencia, el estudio cita una reducción de los márgenes de utilidad cercana al 40% y una mora de clientes que ya alcanza el 20%. “La desaceleración comenzó a traducirse en una menor demanda de bienes salvadoreños, la maquila cayó $ 87.7 millones durante enero de marzo 2009”, reza el estudio.
“El otro gran canal de transmisión de esta crisis económica con un gran impacto social es la pérdida de empleo”, cita el informe de Fusades. Debido a la negativa del Ejecutivo a proporcionar datos precisos de la tasa de desempleo, el único acercamiento posible a la dimensión del fenómeno –mientras la crisis en Estados Unidos o Europa se mide a diario en las tablas de empleo- es el número de cotizantes registrados en el Seguro Social. Entre enero y febrero, el ISSS reportó una caìda de 16 mil personas en sus registros de cotizantes, una cifra a la que se deberían sumar datos de trabajadores por cuenta propia y del sector informal.
El impacto de la reducción de empleo sería mayor en la medida en que corresponda a trabajadores de hogares pobres. Según Funes, las estimaciones que le presentaron los organismos financieros internacionales muestran que la pobreza en el país está aumentando y que en la actual situaciòn “incluso se podría retroceder a los niveles de pobreza registrados ocho o diez años atrás”.
Un rasgo más de la difícil situación económica del país sería una disminución de liquidez en las arcas del Estado. En 2008 el país obtuvo el 76% de sus ingresos totales a través del impuesto sobre la renta y el IVA. Un total de 2 mil 464.8 millones de dólares, según los pocos datos preliminares que el BCR ha hecho públicos. En 2009, entre enero y febrero, el ministerio de Hacienda recaudó 479.9 millones de dólares, 52.4 millones menos (una reducción de 9.84%) con respecto al mismo período del año anterior. La principal baja se registró en la recaudación de IVA, que cayó en estos dos meses un 21% con respecto a 2008.
En septiembre pasado, cuando la Asamblea Legislativa recibió del Ministerio de Hacienda el proyecto de presupuesto para 2009, el documento planteaba un escenario bastante optimista en cuanto a sus metas de recaudación tributaria. Aun cuando se preveía una baja en los montos de IVA derivados de la importación de petróleo desde junio de 2008 (por la caída de los precios internacionales), Hacienda estimó que la recaudación proyectada alcanzaría un crecimiento del 7.8% (3,331.6 millones de dólares). Ahora las proyecciones de Fusades estiman que, incluso en un escenario optimista, habrá “un déficit de 242 millones de dólares entre la recaudación efectiva y la presupuestada”.
Además, el Estado elevó sus gastos. Según el informe presentado por Fusades, mientras se reportaba una reducción del 8.9% en los ingresos totales de los primeros dos meses del año con respecto a 2008, los gastos totales aumentaron un 14.7% “dando lugar a un déficit de 176 millones de dólares”.
Medidas inmediatas
¿Qué depara 2009 para la economía pública? Según Rivera Campos la economía salvadoreña no crecerá este año y los gastos del estado superarán en al menos 974 millones de dólares a sus propios ingresos.
Las proyecciones de Fusades apuntan a que la administración Funes estará obligada a reorientar y a renegociar los préstamos internacionales que el país obtuvo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) en los últimos seis meses para financiar el gasto de sus primeros seis meses de gobierno y balancear el presupuesto 2009. ¿No hay otras soluciones? Solo hacer más eficiente la recolección tributaria, mediante la disminución de la elusión y evasión; o un poco probable aumento de la carga tributaria, una medida que cuenta en inicio con la negativa de la empresa privada y que podrìa tener efectos negativos en la actual situación de crisis económica.
La carga fiscal de El Salvador es en estos momentos de un 13.5% del PIB y varias instituciones internacionales, como la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL), son de la idea que el país tendría que hacer un esfuerzo por elevarla. “El sector privado tiene que estar de acuerdo que esta carga tributaria es insuficiente. CEPAL ha hablado mucho de un pacto fiscal: Se necesitan Estados fortalecidos para que puedan gastar en la disminución de la desigualdad… Se necesita tener el consenso del sector privado y el compromiso de que quien más gana, quien más tiene, paga más”, dijo Jorge Mattar, director de la subregional de CEPAL en México, a El Faro tras presentar el estudio “Enfrentando la crisis”, un análisis de la evolución económica de la región centroamericana en 2008 y sus perspectivas para 2009.
Sin embargo, aun con la anuencia de la empresa privada para una segunda reforma fiscal que deberìa pasar porun proceso de consulta y negociación previa, Fusades ve un solo camino para financiar los gastos públicos: renegociación de los préstamos que posee el país y la necesidad de adquirir nuevos empréstitos para solventar un déficit de 843 millones de dólares entre 2010 y 2011. “Para 2009 se podría tener lo que se necesita, si se renegocian los préstamos”, repitió Antonio Cabrales, presidente de Fusades, el jueves pasado. Para Cabrales, la solución está en reorientar el préstamo de 400 millones de dólares otorgado por el BID para dar liquidez al sistema financiero y mitigar la contracciòn del crèdito; y renegociar la utilización de 650 millones de dólares que BM y BID han garantizado al país para que enfrente el vencimiento de la fecha de pago de los Eurobonos 2011 entregados hace dos años.
Según Fusades, la reorientación del primer préstamo es posible después de que aumentó la liquidez de la banca radicada en el país. El segundo, los 650 millones para los Eurobonos, necesitaría de una negociación interna entre los partidos políticos en la Asamblea Legislativa. Según Rivera Campos, este acuerdo no necesitaría un aval de la banca multilateral que brinda los fondos.
De hacerlo, la propuesta de Fusades desglosa el uso, este año, de 500 millones de dólares del BID; 200 millones más del Banco Mundial; y la renegociación de 215 millones adicionales. A estos 915 millones se sumarían los 60 millones ya reservados para proyectos en ejecución, lo que dejarían al Estado con un fondo de 975 millones de dólares para hacer frente a los gastos de 2009. “Esto nos deja prácticamente equilibrado este año, en términos de necesidades de financiamiento”, dijo Rivera Campos.
Aun asì, todavía quedaría un déficit esperado de 342 millones de dólares para 2010; y otro de 501 millones para 2011, que requerirían la contratación de nuevos préstamos o, según se haya recuperado el mercado internacional de valores, la colocación de nuevos eurobonos. “De lo que sí podemos estar seguros, es de que en este escenario 2009 se podría financiar adecuadamente si se hacen las negociaciones pertinentes”, repitió Rivera Campos.
Mauricio Funes, aún sin hablar de destinos específicos, reconoció que los supuestos bajo los que se negociaron los préstamos contraídos “ya no existen” y que esto obligaba a “renegociar con el FMI una nueva meta del fondo precautorio.” “Y habrá que discutir si negociamos un redireccionamiento de los fondos del BID”, dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.