¿Cuánto Estado? y ¿cuánto Mercado?

Escrito por Jorge Pleitez .Domingo, 03 mayo 2009. Publicado en La Prensa Grafica.

Con la llegada del FMLN al Ejecutivo seguramente se iniciará en nuestro país un nuevo estilo en el manejo de las políticas públicas. El debate sobre Estado y mercado ha sido tradicionalmente un tema de polarización política; sectores, tanto de izquierda como de derecha, han idealizado el rol del Estado y del mercado, teniendo como resultado una permanente polarización, desconociendo que ambos por naturaleza son imperfectos.

El trasfondo de esta polarización radica en dos conceptos básicos: eficacia y equidad. De acuerdo con la teoría económica, la eficacia vinculada tradicionalmente al mercado es el principio que ordena las alternativas económicas según su mayor rentabilidad y sus menores costos. Por su parte, la equidad relacionada con el Estado ordena las alternativas económicas en función de su distribución.

Se considera que el mercado conduce a la adopción de decisiones más eficaces pero menos equitativas, mientras que el Estado adopta decisiones más equitativas pero menos eficaces. Además, se suele asociar al mercado a la libertad en la adopción de decisiones y al Estado a la imposición. Sin embargo, hay ciertos mercados que son extremadamente coactivos como es el caso de los monopolios y oligopolios. En este caso, el Estado debe de utilizar su poder para regular y establecer reglas claras y no para favorecer a ciertos grupos de poder.

Es importante tener presente que los conceptos de eficacia y equidad por sí solos no tienen ninguna viabilidad, al menos, así lo demuestra la experiencia salvadoreña de los años ochenta, en donde la intervención del Estado no resolvió los problemas fundamentales del país. La misma experiencia se ha vivido en las últimas dos décadas, en donde el “libre mercado” no ha resuelto los problemas de los sectores vulnerables, favoreciendo a grupos de poder que han utilizado al Estado para sus propios intereses.

Sectores, de izquierda y derecha, deben comprender que el falso dilema entre Estado y mercado que aún existe en algunas mentes es en gran medida un debate ideológico que pertenece al pasado. El reto ya no debe ser la disyuntiva entre más o menos Estado y mercado, sino cómo hacer para que estos funcionen bien y cada vez mejor.

Un Estado fuerte requiere de un mercado dinámico que genere los ingresos que el país necesita para su desarrollo. El rol del Estado en el desarrollo económico y social es clave, esta es quizás la principal lección del desarrollo de los “tigres asiáticos”. Estos países, que hace cuatro o cinco décadas eran económicamente similares al nuestro, salieron del empobrecimiento implementando políticas de fortalecimiento de la productividad y la competitividad; medidas que requirieron del fortalecimiento del Estado y el compromiso de empresarios y ciudadanos.

Por su parte, un mercado transparente y eficiente necesita de un Estado con leyes justas y claras, de un capital humano altamente capacitado y más importante aún, de un empresariado con valores que promuevan la equidad.

La gran discusión que debe iniciar el nuevo Gobierno consiste en la definición del rol que le corresponderá al Estado y al mercado para garantizar certidumbre y estabilidad económica y social. Una vez definido el papel del Estado y el mercado, surge una nueva discusión, ¿cuáles serán los motores de crecimiento para el nuevo modelo de desarrollo?, ¿será este hacia adentro o hacia afuera? La debilidad del actual modelo es que además de ser excluyente se sustenta sobre bases excesivamente frágiles, como las remesas familiares, el comercio y los servicios financieros.