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2009/05/04

Incidentes y señales que habría que evitar

Escrito por GN3?? .Lunes, 04 mayo 2009. Publicado en La Prensa Grafica

La llegada de un gobierno de izquierda no debe ser considerada por nadie una autorización para el desorden, de ningún tipo que éste sea.

Estamos en un momento muy especial de la transición democrática del país, y lo más importante es mantener los sanos controles de la situación, para que ésta vaya desenvolviéndose de una manera satisfactoria, de modo que las dificultades de diversa índole que enfrentamos como sociedad no se compliquen más por hechos que se salgan de los márgenes de la racionalidad y de la seguridad. En ese sentido, algunos sucesos ocurridos el pasado primero de mayo deben llevar a una reflexión correctiva en las distintas fuerzas políticas.

La violencia de cualquier naturaleza y origen debe ser erradicada del ambiente. Por eso, son condenables tanto los incidentes protagonizados por manifestantes dentro de la Asamblea Legislativa por la elección de la nueva presidencia de la misma como los disturbios en las marchas de celebración del Día del Trabajo, que produjeron detenciones por daños a la propiedad. La llegada de un gobierno de izquierda no debe ser considerada por nadie una autorización para el desorden, de ningún tipo que este sea.

Por otra parte, aunque la aritmética legislativa tiene su lógica y cuando la suma de votos lo posibilita las decisiones se concretan, la elección del nuevo Presidente de la Asamblea tuvo la marca de lo rutinario en vez de representar un ejercicio de creatividad acorde con las circunstancias en que ahora se mueve el proceso nacional. Lo ideal hubiera sido que todas las fuerzas políticas representadas hubieran dado una muestra de entendimiento constructivo y novedoso, en vez de hacer una especie de acto “de amigos”, que tampoco lo son de la manera que están demandando las realidades del momento que vivimos.

Hay que cuidar cada gesto

Como se sabe por experiencia, cuando las condiciones son difíciles, de cualquier manera que lo sean, la prudencia y la contención son indispensables para que no haya desbordamientos contraproducentes. En el país, nos hallamos en un momento especialmente complejo, tanto por la naturaleza de la alternancia política que está en marcha como por los efectos de la crisis global que nos afecta, unida a nuestras propias debilidades y carencias internas. Todo esto sumado pone de por sí gran presión sobre los distintos liderazgos nacionales, que por lo mismo deben ser más responsables que nunca.

Esta responsabilidad trae consigo el imperativo de mesura, sin el cual todo tiende a salirse de las manos. Para el caso, uno de los riesgos de la nueva Administración es el de caer en la gesticulación ideológica para mantener contentos a sus adherentes más exaltados. El punto exige una política muy fina y eficaz, que no cree conflictos de ninguna índole a la vez que haga posible que la evolución nacional se mantenga sana.

En otra línea, la nueva oposición debería ser lo menos emocional posible, de tal manera que sus acciones y reacciones contribuyan efectivamente al orden dentro del proceso. La realidad, pues, trae, en las condiciones actuales, tareas decisivas para todos. Lo que no se admite son exaltaciones inútiles ni atrincheramientos estériles. Tenemos que estar muy atentos a cada palabra, a cada gesto y a cada decisión, para ir contribuyendo de manera constructiva a que las cosas se orienten por la ruta y en el modo adecuados.

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