Es muy difícil dejar de pensar en la imagen del estudiante asesinado a puñaladas por otro joven, a plena luz del día. Más difícil aún es dejar de pensar en el desconsuelo de la madre del fallecido y del inmenso dolor que significa perder un hijo. Esas escenas representan muchísimo para nuestro país. Reflejan el drama que actualmente vivimos.
Escrito por Gabriel Trillos.14 de Marzo. Tomado de La Prensa Grafica.
Es una escena que se repite de muchas formas y en muchas calles, y que terminan en muchas muertes. Esa escena, esta muerte, es por supuesto la falta de efectividad en la seguridad, pero también, y de fondo, la falta de valores con la que está creciendo una porción de la nueva generación. Cómo es posible que ahora Carlos Francisco Garay, ese estudiante del INFRAMEN de la rama de hotelería y turismo que soñaba con ser chef y a todo mundo sonreía, esté muerto por una camiseta, y cómo es posible que Jhonatan Alexander Durán, otro adolescente de 17 años, pueda matar por una camiseta.
Muchos de nuestros jóvenes están desarrollando actitudes que desembocan en situaciones inmanejables y muy lamentables. Por supuesto la pérdida de una vida no tiene nivel de reparación ni de comparación. Sin embargo, veamos en otro caso, la situación vivida en la Universidad de El Salvador, en donde un grupo de supuestos jóvenes, de supuestos bachilleres, se encapuchan, cierran el portón de una de las instituciones más importantes de la educación de este país, y punto. Miles de estudiantes llevan más de una semana sin asistir a clases, nadie puede trabajar, nadie puede producir, y según dice el mismo rector de la universidad, $150 mil perdidos cada día, o sea que las pérdidas suman ya más de un millón de dólares por una situación que no ha podido manejar la misma universidad y de la cual las autoridades de justicia como el Ministerio de Seguridad y la Fiscalía no se responsabilizan.
Unos profesores del oriente del país nos compartieron la situación por la que están pasando en muchas escuelas en esa región del país. Los estudiantes que han sido reclutados por las maras se presentan al salón de clases, pero solamente llegan a dejar su par de cuadernos o la mochila que utilizan, luego se retiran del plantel a realizar actividades de la pandilla. Retornan como si nada a la hora de salida. Mantienen amenazados a los demás estudiantes y a los maestros, a quienes les exigen que les den notas y que no los reporten, e incluso los directores de estas instituciones no puede hacer nada, pues las amenazas a muerte son el pan de cada día y sienten que nadie hace nada por ellos, y en realidad, ¿nadie puede hacer nada por esos profesores que prácticamente permanecen rehenes de estos pandilleros?
La batalla por la recuperación de valores es fundamental, los planes de prevención son urgentes, las actividades para evitar que más jóvenes caigan en las redes de las pandillas son inaplazables, sin duda, pero son de vital importancia firmes planes operativos de seguridad. Es clave que el presidente ordene la recuperación de esos barrios y colonias que están bajo control de las pandillas. Es fundamental que el presidente recupere el control de las cárceles. Es importante que la presencia policial y militar sea incrementada en todos esos municipios que tiene identificados como los de mayores índices delincuenciales, es importante erradicar la impunidad, es fundamental enviar un mensaje claro, pero no solo de palabras y de reuniones con diferentes sectores, en el combate a todas las formas de la delincuencia. El presidente dijo en una ocasión que no podía pensar en medidas excepcionales porque se mandaba un mal mensaje a la comunidad internacional, pero creo que es mucho peor el mensaje para la comunidad internacional el incremento de la delincuencia y el hecho de que no se toman las medidas necesarias y efectivas para resolver el problema de la inseguridad.
Las iglesias, las universidades, los partidos politicos , instituciones de orientacion social son los entes mas indicados para arrancar con esfuerzos sociales que encaminen a las comunicades en prgramas de deportes, estudio , cursos practicos de diferentes profesiones, asistencia medica, en fin hay un sinnumero de cosas que hacer. Asi como esta ES nadie deberia de estar de hocio. los problmeas son tan grandes y de tanta extension que todos debemos enrolarnos en este esfuerzo. La izquierda sigue perdiendo esta oportunidad de mostrar liderazgo y un autentico y profundo interes por el bienestar de los salvadoreños con menos recursos. De cualquier manera es ese el camino a seguir. Somos nosotros mismos los que nos debemos reinventar nuestra sociedad y creando un sin fin de actividades a nivel comunitario es como podemos redifigir este desastre social salvadoreño. Observese que ya no se mata solo por sobrevivir sino por codigos y reglas totalemente ajenas a la vida en paz y prospera que cualquier ser humano añora y lucha por conseguir. La cosa esta mal.. muy mal.
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