Escrito por Ricardo Chacón.14 de Marzo. Tomado de El Diario de Hoy.
El jueves pasado, al final de la tarde, varios muchachos protagonizaron un espeluznante hecho, que dramatiza el alto índice de violencia que priva en nuestro país: un par de jóvenes, sin mayores motivos mataron a cuchilladas a otro joven. El asesinato fue registrado por un fotoperiodista de La Prensa Gráfica.
Este crimen, que cualquiera podría minimizar porque forma parte de los 12 ó 13 crímenes que ocurren a diario en el país, la mayoría de los cuales queda impune, sin embargo, el hecho de que fuese dado a conocer ampliamente ha generado todo tipo de reacciones.
Probablemente este crimen, provocado por la rabia desbordada de un joven que escuchó gritos altisonantes de un miembro de otro centro educativo, hubiese pasado inadvertido, pero no. La publicación estremeció la conciencia ciudadana porque capta no sólo el momento del homicidio, sino también cuando el asesino sale huyendo con el arma en una mano, mientras que en la otra lleva la camisa que le arrebató a su víctima, como si fuese "un trofeo" ganado después de un arduo combate.
El joven asesino fue capturado por la policía, junto con su novia que también participó en la agresión; la víctima, el joven de 17 años, estudiante de bachillerato en Turismo, que aspiraba a ser cocinero, es llorado por su familia que lo ha perdido para siempre.
De inmediato han surgido las voces de algunos funcionarios que se la llevan de "expertos" y que tratan de justificar el crimen, aduciendo que se trata de la violencia de una sociedad que obliga a estos muchachos a actuar de esta manera… no sé si esta sea la razón que explique este hecho, mucho menos quiero entrar en polémica de un viejo tema de discusión, que sacó a luz una funcionaria de educación al señalar que el fotoperiodista debería haber "evitado el crimen, no fotografiarlo".
¡Qué fácil es lavarse las manos! Qué difícil es asumir la responsabilidad¡ y darnos cuenta de que este crimen, al igual que los otros doce o trece que ocurren diariamente son parte de nuestra realidad que como sociedad, como país, como parte de instituciones fundamentales como lo son los medios de comunicación, debemos enfrentar sin eufemismos.
En este sentido, parte de nuestra función como medios informativos, como periodistas, nuestra labor es informar, informar de la mejor manera; el viejo dilema, entrometernos en los acontecimientos y posiblemente salvar una vida con el riesgo de perder la propia, o consignar los hechos objetivamente. En principio yo me sumo a lo segundo, de lo contrario, no podríamos informar cotidianamente.
¿Quiere decir que si puedo evitar un asesinato, debo abstenerme de ello sólo por tomar una fotografía o hacer una nota informativa?, No sé, no sé qué haría, de lo que sí estoy seguro es que mi labor como periodista es informar sobre hechos que pueden convertirse en noticia de interés público y que alerte a la sociedad.
De igual manera soy partidario de que los derechos se enfrentan, tienen que ser contrastados con otros derechos y debe primar el bien común, el mayor bien común; en este sentido uno de los criterios que se suelen plantear al hacer información (los principios éticos el periodista), hace surgir la interrogante: ¿Publicar o no la información y la fotografía de un menor cometiendo un espantoso asesinato?
Según el Artículo 5, inciso b de la Ley del Menor Infractor, se prohibe "la publicación de la identidad" de un menor infractor, sin embargo no hacerlo, es ir en contra de un derecho mayor en este caso, informar y alertar a la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.