“La visita del presidente de Brasil tiene mucho significado, abre la posibilidad de inversiones brasileñas aprovechando el TLC, nos apadrina en el proyecto geopolítico de países democráticos, deja sabios consejos y fortalece a Funes.”
Escrito por Rafael Castellanos.02 de Marzo. Tomado de La Prensa Grafica.No todos los días nos visita oficialmente el presidente de la gran potencia emergente del continente, con quien no tenemos relaciones estrechas históricamente. Su visita tiene mucho significado, diplomático, político y económico. Las motivaciones más evidentes detrás de tan importante gesto son, primero, su cercanía con el presidente Funes y su esposa Vanda con quien tiene amistad personal, sin eso no hubiera sucedido.
La segunda, menos obvia para la mayoría, es apadrinarnos en seguir el proyecto que el presidente Funes declara como su referente, la tendencia política moderada abanderada por el eje Brasil-EUA, en el que se alinean países con un proyecto democrático, contrarrestando al eje Caracas-La Habana, que tiene el autoritarismo como factor común. Si bien este último es mucho menor y tan efímero como la permanencia de Chávez en el poder, es tan agresivo en su reclutamiento de países, que causa problemas a muchos y El Salvador está en primera línea. La tercera es que El Salvador, aun con su minúsculo tamaño, es conveniente para los intereses de Brasil por su privilegiada ubicación geográfica y el TLC con Estados Unidos, lo que empresarios brasileños pueden aprovechar para acceder a ese mercado con nuestras ventajas arancelarias, a partir de inversiones en El Salvador. Ganar-ganar.
La visita se marcará oficialmente por cinco anuncios formales, la apertura de una línea de crédito de $500 millones para compra de buses brasileños, probablemente ampliada a otros rubros. Un memorándum de entendimiento contemplando apoyo para la construcción de una planta de etanol, no queda claro si para hacer más de lo que se hace actualmente, hidratar y exportar etanol a Estados Unidos o a partir de caña de azúcar sembrada y molida en un ingenio en Usulután. Un memorándum de entendimiento más sobre asistencia técnica para el desarrollo social, seguridad alimentaria y combate a la pobreza. Dos acuerdos adicionales, uno para fortalecer el sistema nacional de la sangre y hemoderivados y un último para la seguridad presidencial (curioso, ¿no?).
Aunque no se conoce el detalle de lo firmado, todo es bienvenido, debemos esforzarnos porque se concreten eficientemente las intenciones, en la cooperación internacional, es fundamental lo que se hace de este lado para lograr materializar las buenas intenciones.
La visita del presidente de Brasil deja otras cosas buenas, tanto o más importantes, la declaración de que El Salvador es importante para Brasil, en política internacional, las declaraciones cuentan, un presidente no deja ir algo al aire sin una intencionalidad. Dijo además que El Salvador es un polo de desarrollo. ¿Queremos?
Muy importante el acompañamiento de empresarios brasileños que vinieron a explorar la posibilidad de invertir en el país, aprovechando nuestra ubicación geográfica y el TLC con Estados Unidos. Ese es el potencial mayor que tenemos con inversionistas de todo el mundo. Concretar estas primeras inversiones atraerá a otros. La inversión es lo que más necesitamos, como todos, para crecer y generar más empleos.
Un gran legado político de su visita fueron los consejos públicos que dio al presidente Funes, que más bien parecen ser dirigidos a la nación, en base a su experiencia ejemplar, un líder obrero, comunista en sus orígenes, trató de ser presidente de Brasil tres oportunidades y ganó hasta la cuarta. Llegando al poder, enfrentó la realidad de forma madura y pragmática, continuando la tendencia de políticas económicas liberales y apertura al mundo, pues Brasil fue una economía cerrada hasta hace poco, iniciadas por su antecesor Fernando Henrique Cardozo, complementando con políticas sociales efectivas. Sus consejos no son los de cualquiera.
Le aconsejó al presidente Funes ser paciente, esperar críticas y ataques de la misma izquierda impaciente porque se den cambios difíciles inmediatamente, “compañeros que creen que las cosas se resuelven con un grito, un discurso, una manifestación, pues ellos van a darse cuenta de que toma tiempo hacer las cosas”. Le recomendó escuchar a sus críticos, no solo los elogios, pues solo así podría sacar decisiones correctas para ser un gran presidente.
Recomendó trabajar fuerte en hacer crecer la economía e igualmente fuerte en redistribuir ese crecimiento con políticas adecuadas, como hizo Brasil, abrir el crédito a los pobres.
Le recomendó con énfasis guiarse por la vía democrática y que no pierda la paciencia ante los ataques, que reaccione con más democracia, ejercitándola a plenitud. Para cerrar su discurso, compartió una reflexión profunda, elogiando el proceso de paz y el goce de libertades existente, “la libertad que vosotros habéis conquistado tiene un valor inmenso, no hay dinero en todo el mundo que lo compre”, dijo el mandatario.
La visita del presidente Lula abre grandes oportunidades, aprovechémoslas.
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