“Urge resolver la economía. Necesitamos inversión y para ello confianza. La distancia de Funes del proyecto socialista y la recuperación de ARENA, alejando el panorama de la derecha dividida en la elección, pueden ser los desencadenantes.”
Escrito por Rafael Castellanos. 16 de Marzo. Tomado de La Prensa Grafica.
El país enfrenta incertidumbre política, violencia, presencia del narcotráfico y crimen organizado y la economía cayendo. Sobre cómo reactivar la economía se habla poco, porque los otros nos asfixian más, pero hay que dedicarle un esfuerzo muy grande, si no, la situación se complica más.
El gobierno está consiguiendo préstamos, Brasil para compra de buses, las multilaterales para propósitos más reactivadores de la economía y ayuda social. Eso es bueno, sin embargo debe estudiarse cuidadosamente qué préstamos tomar, que sean realmente para lo que se necesita, en las condiciones adecuadas, cuidando no deteriorar la estabilidad macroeconómica, que ha venido descomponiéndose con la crisis.
La medida general sobre deuda es el índice de endeudamiento sobre el PIB. Esto depende de la capacidad de pago del país. Si tiene cómo generar muchos ingresos, el índice puede ser mayor manteniendo sanidad financiera.
La Unión Europea estableció en Mastrich, que el endeudamiento máximo para sus países sería del 60% sobre el PIB, establecido para los países menos productivos. Estados Unidos debe más de 167% sobre su PIB, uno de los más altos, pero su capacidad de crecimiento y generación de riqueza es la más alta del mundo.
En países como el nuestro, la recomendación de sanidad indica el 40-45% en condiciones normales. En una crisis como la actual, es necesario endeudarse un poco más, siempre que se utilicen los fondos para aliviar la condición de los más pobres, inyectarlos en actividades productivas, generadoras de empleo, como la agricultura, la construcción, o en infraestructura que genere desarrollo, riqueza, acceso o en el tema crucial de la seguridad.
Pero es importante no enfocarse únicamente en ese índice de endeudamiento, sino en cómo reducir el gasto público y cómo se generarán ingresos para pagar los créditos.
La reducción del gasto público es difícil, los beneficiados siempre se oponen, ya sean subsidios injustificados, gastos innecesarios en oficinas gubernamentales, subsidios a transportistas, etc., le causan problemas al gobierno. Un programa de transparencia que devele los gastos del gobierno es su mejor aliado para arreglar eso, quienes se resisten, al estar expuestos y auditados por el público, tienen menos capacidad de causar problemas.
Igual o más importante es ver las fuentes de pago. Los préstamos se pagan con impuestos y cómo recaudar más debe estudiarse cuidadosamente para no causar el efecto contrario. Se recaudan más impuestos cuando hay más producción, cuando crece más el PIB, cuando hay más exportaciones, sube el consumo interno, hay más inversión interna y externa.
Se habla de un pacto fiscal, aumentar la recaudación, pasar del 13-14% sobre el PIB a 17% en tres años. Se busca que paguen los que no pagan, aumentar tasas de impuestos eficientes, quizá algunos nuevos, con cabeza fría, no con el hígado. Terminar con evasión, elusión y contrabando. Para ser eficiente, debe acompañarse de reducir el gasto gubernamental, transparencia y un compromiso para facilitar la productividad y la inversión.
Esto es el punto crucial en este momento. La inversión está congelada. Mucho se debe a la incertidumbre de ir hacia el proyecto socialista del Frente. Pasará tiempo para despejar esa incógnita, sin embargo, por primera vez en algún tiempo se dan grandes hechos que dan esa esperanza.
Uno, la distancia pública que el presidente Funes ha tomado de ese proyecto, reforzada con las reuniones con Lula y Obama. Segundo, la división causada en ARENA, que se veía muy mal, se visualizaba un panorama como Nicaragua en que la división de la derecha causada por Alemán (aquí Saca) dio la victoria a Ortega (aquí al FMLN).
La impresión es que ARENA se ha reagrupado y recuperado control sobre las bases en el interior; el rechazo constante a los divisionistas da esa apariencia. Las elecciones de 2012 son de carácter local, organización territorial, alcaldes que jalan diputados, no es una elección de medios. Aparentemente, ARENA tendrá nuevamente cerca de los diputados que le dio la población y le fueron arrebatados ilegítimamente.
Con esa pequeña pero importante luz al final del túnel, la confianza puede reinstalarse y la inversión y el consumo iniciar a desencadenarse.
El gobierno debe hacer un importante esfuerzo en su aparato burocrático. Por ahora los trámites no se desarrollan fluidos ni amigablemente. Es necesario volver eficiente la tramitología, que ahora no es fácil ni amigable, en fomentar la inversión en vez de detenerla. Parece fácil y debiera serlo, pero para eso se necesita una cruzada interna, liderada desde lo más alto del gobierno, algo como un Comisionado de eficiencia gubernamental.
Por allí va la salida a la crisis económica.
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