21 de Marzo.Tomado de La Página
Miles de jóvenes, adultos y religiosos participaron en distintas actividades y peregrinaciones hacia la Catedral Metropolitana, de San Salvador, para rogar por la beatificación de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, conocido como "San Romero de América" y para recordar su muerte.
En la catedral se realizó la misa que fue presidida por el obispo auxiliar de Guatemala, Gustavo Rodolfo Mendoza, ya que el cardenal Rodolfo Quezada Toruño no pudo por quebrantos de salud.
El cardenal Quezada, hizo votos por la pronta beatificación del arzobispo Óscar Arnulfo Romero y que sea declarado "mártir de El Salvador", y recordó que su asesinato hace 30 años, como el del obispo Juan Gerardi en 1988, constituyen un paso a "vida verdadera".
"Como creyentes en la vida eterna pedimos por su eterno descanso e imploramos a Dios que vaya adelante el proceso de beatificación, para que un día en virtud de la infalibilidad del Papa se le declare oficialmente mártir de El Salvador", dijo el obispo Mendoza, al leer la homilía de Quezada Toruño.
En la plaza Barrios, frente a catedral miles de feligreses portaban pancartas alusivas a Romero. Pobladores de todas partes del país llegaron para visitar la tumba del religioso y para participar en los actos religiosos y culturales.
“Yo no había nacido cuando lo mataron, pero a través de mis padres y con lo que he leído, sé que fue un hombre entregado a las causas de Dios, un ejemplo a seguir”, dijo Óscar Barrera, de 28 años procedente de San Antonio Los Ranchos, Chalatenango.
Hilda del Carmen Ascencio, de 49 años y originaria de Tapalhuaca, La Paz, recordó que monseñor ocupó el púlpito para denunciar las injusticias y pedir justicia para su pueblo, lo que fue el detonante para que lo mataran.
“Un grupo de jóvenes venimos desde Cojutepeque a conmemorar una muerte que santificó a este gran líder espiritual, gran santo”, dijo Manuel Funes, mientras portaba una pancarta en la que se leía “San Romero de América”.
Patricia Fuentes, de 19 años, de Candelaria de la Frontera, Santa Ana, señaló que la juventud espera que pronto Romero sea santificado porque “es la inspiración de los hombres de buena fe”.
Romero, cuya causa de santificación es estudiada por el Vaticano, fue conocido como la "voz de los sin voz" por su constante denuncia de las atrocidades cometidas por militares en contra de los civiles.
El arzobispo fue asesinado el 24 de marzo de 1980 de un balazo en el pecho en momentos en que oficiaba una misa en una capilla de un hospital para enfermos de cáncer en San Salvador.
Una comisión de la verdad que investigó los crímenes de la guerra civil consideró que existía "plena evidencia" de que el asesinato de Romero fue ordenado por el ya fallecido Roberto d'Aubuisson, fundador de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), partido que gobernó el país entre 1989 y junio de 2009.
La Ley de Amnistía aprobada un año después de los Acuerdos de Paz que en 1992 pusieron fin a la guerra civil en El Salvador dejó en la impunidad ese crimen.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomendó al Gobierno salvadoreño que realice una investigación, con el fin de identificar, juzgar y sancionar a todos los autores materiales e intelectuales.
También ordenó al Estado que repare todas las consecuencias de las violaciones cometidas, incluyendo el pago de una justa indemnización, y que adecúe su legislación interna a la Convención Americana para dejar sin efecto la amnistía.
En noviembre pasado, el Gobierno del presidente Mauricio Funes, reconoció públicamente la responsabilidad del Estado en el caso de Romero y prometió cumplir "de buena fe y en la medida de sus posibilidades" las recomendaciones de la CIDH.
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