Escrito por Ricardo Esmahan (resmahan@hotmail.com ). 02 de Marzo. Tomado de El Diario de Hoy.
El presidente Uribe acaba de demostrar en la Cumbre del Grupo de Río que tiene bien fajados los pantalones al decirle al presidente Chávez, en su cara: "Sea varón y quédese a discutir de frente". La expresión coloquial del mandatario recuerda mi vida en un colegio de varones. Allí las peleas entre muchachos comenzaban, precisamente, con una frase similar, pero a lo salvadoreño.
Quien inicia una pelea, acompañada de pecho erguido y brazos en posición defensiva, son el detonante de las riñas más acaloradas en calles, colegios o parques. La expresión del mandatario colombiano fue dura, es tanto como haberle dicho a su homólogo "bolivariano" que le falta hombría.
Y remató su expresión con la frase: "¡A veces usted insulta en la distancia, pero cuando estamos cara a cara no hablamos!". Fue claro al decirle al coronel, nada más y nada menos, que está acostumbrado a hablar de la gente a sus espaldas por falta valor.
De cualquier modo, lo sucedido en Cancún sin duda dejó otra vez mal parado al presidente Chávez. Primero fue el rey de España, quien le dijo en Chile: "¿Por qué no te callas?" Ahora Uribe le cuestiona su integridad y lo ridiculiza delante de sus similares del Grupo de Río, dejándolo sin palabras. ¿Quién seguirá en la lista? ¿Podemos esperar más frases célebres como las expresadas por Juan Carlos I y Álvaro Uribe?
Siendo ecuánimes, y tomando en cuenta la imagen iracunda que proyecta Chávez, sí existe una probabilidad alta que vuelva a ocurrir. Las locuciones lapidarias del monarca español y del jefe de Estado colombiano, recogen el sentir de millones de personas hastiadas de la fraseología imprudente y ofensiva de un mandatario como es Hugo Chávez.
En un foro en el que esperamos mucha diplomacia para el buen entendimiento de las naciones, ambos mandatarios tiraron por la borda el diálogo de altura en aras de aparecer en las primeras páginas de los medios de comunicación internacionales, e incluso, opacar los alcances y objetivos de este tipo de cumbre. Sólo les interesó que su "rating" suba y que los ciudadanos de ambos países se agrupen a su alrededor.
Pero Chávez y Uribe coinciden en algo: en que para lograr sus propósitos poco o nada les importa la integración o los esfuerzos para lograr alguna posibilidad de que se restablezcan las relaciones entre sus pueblos. Más bien diseñan otros escenarios, que los hagan ver como los más osados en el ámbito internacional.
¿Por qué, a pesar del llamado de varios presidentes, se utilizaron estos métodos tan alejados de la diplomacia? Muy sencillo: porque ambos lo necesitan para paliar problemas internos todavía no resueltos y que al parecer, a ambos se les salen de sus manos.
En el marco de la Cumbre del Grupo de Río un tema de fondo es el hecho de que algunos países de América Latina y el Caribe se ven decididos a crear una arquitectura institucional, que vuelva irrelevante la existente de la OEA, que excluya a Estados Unidos y Canadá. Es un secreto a voces que la intencionalidad es justamente el reemplazo o, al menos, la marginación de la OEA. Es decir una más cerca del Alba y más lejos de Estados Unidos. En México, Chávez no tuvo pelos en la lengua para afirmar que "la OEA no sirve para nada".
El que la OEA se termine o deje de perder su influencia no es más que un sueño, similar a la ilusión de quienes predijeron hace dos años que en una integración del sur del hemisferio el dólar iba a ser reemplazado en el 2010 por el tal "amero".
Volviendo al tema de varones, ahora sólo falta que el presidente Chávez prohíba el uso de la palabra "varón" en Venezuela.
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