Escrito por Otto Alejandro Romero Orellana. 03 de Marzo. Tomado de El Diario de Hoy.
La seguridad es una necesidad básica del hombre. Después de ella viene cualquier otra necesidad. Grandes pensadores como Abraham Maslow, Richard Millet y otros, le dan su lugar en sus teorías o planteamientos académicos, desde la administración hasta la estrategia; sin embargo, a pesar de ser una necesidad fundamental del hombre, los planificadores en nuestro país, cuando elaboran su plan de desarrollo empresarial y principalmente el plan de desarrollo nacional, dan la seguridad por algo que ya existe, o la ven sólo como una cuestión superficial de seguridad pública o delincuencial.
Esto lo hemos visto en casi todos los planes de gobierno y en documentos de organismos dedicados al estudio y planificación del desarrollo; muchos de los cuales cuando se les consulta, lo dicen con mucha claridad … que es "algo que no manejan" y por lo cual no lo toman en cuenta.
Seguridad y desarrollo son dos caras de la misma moneda y sus cambios y efectos son directamente proporcionales; si un país promueve su desarrollo fortalece su seguridad, y si un país fortalece su seguridad, promueve su desarrollo.
En los últimos meses y principalmente en las últimas semanas, hemos escuchado con agrado a personeros de la Cámara de Comercio, ANEP y otras entidades nacionales, darle la importancia que requiere al tema de la seguridad, porque los asesinatos y las extorsiones ya agobian a sus agremiados, aunque seguimos sin ver una propuesta ordenada y sistemática de seguridad, que incluya objetivos, líneas y acciones estratégicas y sus respectivos recursos a emplear.
Desarrollemos una cultura de seguridad
Debemos recordar que en términos de seguridad, los conflictos son fenómenos sociales cíclicos que viven con el hombre, y se dan a medida que dos entes o países contraponen sus intereses por el derecho que ambos creen tener sobre un bien escaso. Un conflicto social mal finalizado, donde no se elimina la amenaza ni se alcanzan los objetivos que motivaron dicho conflicto, puede ser la génesis del siguiente conflicto social.
Los gobiernos, sector privado y sociedad en general deben desarrollar una cultura de seguridad, que les permita identificar la amenaza y enfrentarla con éxito y con el instrumento adecuado, en función del orden político, económico y social del país.
En diciembre de 2009, al impartir una conferencia en el prestigioso Centro Hemisférico de Estudios de Defensa en Washington, D.C., sobre "Gestión de defensa", una de las interrogantes que evidencia que todos nuestros pueblos de la región tenemos los mismos problemas de seguridad fue: ¿Cómo debe enfrentarse una delincuencia que sobrepasa la capacidad normal de la policía? ¿Con soldados o con policías?
En un enfoque científico de la seguridad, respondimos que cada amenaza tiene su instrumento para hacerle frente y como lo he expresado con anterioridad, lo normal es que un policía utilice una pistola como arma de equipo, porque cuando la sociedad y/o el Gobierno mismo perciben que dado el nivel de amenaza delincuencial, la policía debe utilizar fusiles, aeronaves o embarcaciones navales, para combatirla, entonces tenemos un indicador claro e indiscutible que lo que necesitamos son soldados y no policías, ya que hemos pasado los niveles normales de una amenaza a la seguridad pública y debemos darle tratamiento de seguridad nacional, tarea que seguramente requerirá muchos años de esfuerzo en El Salvador, siendo necesario comenzar ahora.
Es importantísimo que la Fuerza Armada tenga su reserva
Debemos tener en cuenta que mantener muchos policías con armamento de guerra está fuera de lo normal y es un esfuerzo de largo plazo que seguramente será oneroso para la sociedad. Un soldado cuesta menos que un policía, ya que es parte del proceso permanente de formación de reservas del sistema de la Defensa Nacional, en el cual un soldado se "reengancha" por 12 meses solamente y se sustituye con más reservistas nuevos, por eso es importantísimo que la Fuerza Armada nunca deje de hacer reservas.
En cambio, el policía estará 30 años en servicio, porque es un profesional que vive de eso, y exigirá por lo tanto que tengamos previsión social y empleo para él dentro de 30 años, cuando la amenaza ya no exista y ya no tenga las condiciones físicas para una tarea de policía de calle; además de lo inconveniente que es para nuestra sociedad acostumbrarse a ver policías con fusiles, ya que eso crea cultura de seguridad y distorsión de las funciones de cada institución de seguridad. La Fuerza Armada no debe hacer funciones de Seguridad Pública y tampoco la PNC debe hacer funciones de Defensa Nacional.
Las instituciones deben ser empleadas para el objetivo que fueron creadas
Las instituciones deben organizarse, dimensionarse y ser empleadas para el objetivo que fueron creadas; el sistema de seguridad debe hacer uso ordenado de su estructura o instrumentos (PNC, Fuerza Armada, CAM, seguridad local), para cada amenaza y cada momento coyuntural, pero debe sistematizarlo en el largo plazo, para no crear problemas en política de personal principalmente, que en el futuro no tendrán solución y serán una carga presupuestaria insostenible para el Estado.
La cultura de seguridad es un imperativo de la política de seguridad, no se puede establecer una política de seguridad "X" si el país cuenta con una cultura de seguridad "Y". La política de seguridad de un Estado es producto de la cultura de seguridad del mismo, ambas son "X" o "Y". Desde mi punto de vista, si queremos establecer una política de seguridad para el pueblo salvadoreño, ésta debe cumplir con tres requisitos fundamentales:
1º Debe obedecer a nuestro marco constitucional y a las demás leyes, reglamentos, ordenanzas, etc., que constituyen la base doctrinaria de seguridad de nuestro país.
2º La política de seguridad debe nutrirse con un marco teórico académico, crítico constructivo que la cuestione y revise constantemente, a efecto de sistematizarla y llevarla a los niveles de eficiencia y eficacia, que se necesitan en una sociedad como la de El Salvador del Siglo XXI.
3º Finalmente, la política de seguridad debe apegarse al marco situacional actual, recogiendo el sentir y pensar de la sociedad salvadoreña, principalmente de los sectores que evidentemente más sufren los efectos y el flagelo de la delincuencia, es decir debe servir para resolver los problemas sociales de El Salvador en el corto plazo, pero manteniendo una visión de mediano y largo plazo, o sea, que no debe ser una política teórica y/o apaga incendios de corto plazo solamente, sino que debe ser capaz de dar alivio inmediato a la sociedad, pero no causar un impacto con la solución que termine siendo un problema más grande aun en el termino del mediano plazo (5 años) o en el largo plazo (15 años), porque entonces seríamos la generación que "sólo pasó el agua", no resolvió los problemas de forma sistemática, sino que sólo los evadimos enmascarándolos políticamente y se los heredamos a nuestros hijos o nietos.
Es cuestión de no ser irresponsables y no esperar que a largo plazo ellos paguen las consecuencias de lo mal que lo estamos haciendo hoy nosotros.
elsalvador.com :.: Cultura de seguridad y política de seguridad
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