Escrito por Rafael Mendoza-El Viejo. 19 de Marzo. Tomado de Contra Punto.
¿Cuál es entonces el liderazgo para el cambio? Un líder aporta soluciones, no conflictos
SAN SALVADOR
- El presidente Funes ha nombrado por fin al sustituto de la doctora Breni Cuenca en la conducción de la Secretaría de Cultura. Se trata del doctor Héctor Samour, prestigioso catedrático de la UCA, graduado en Filosofía con un doctorado en su especialidad. Oj Alá que la serenidad que distingue a las mentes moldeadas en esa disciplina le permitan al doctor Samour superar los escollos que pueden presentársele al encargarse de una Secretaría de Cultura de la Presidencia, precisamente por eso, por ser una de la Presidencia, pues puede ser que tarde o temprano deba “acatar” órdenes emanadas del superior del ramo o de la Primera Secretaría adscrita a éste y, si no… Experientia dixit.Una cosa es el pragmatismo como método filosófico y otra el que se requiere para enfrentare a una realidad como la cultural en un país. Por supuesto que combinadas ambas, pueden ser útiles a quien se adentre con su cartera bajo el brazo en los terrenos de “la verdad del cambio”. La llegada del doctor Samour, no obstante, trae un poco de confianza en que podrá poner ordenar el caos originado en algunos cuartos de la casa que ocupará, como es el caso de la Dirección de Publicaciones e Impresos, DPI. Aquí, la licenciada Daysi de Reynosa, Gerente Administrativa y Financiera de la dirección, ha intervenido de manera autoritaria (¿es ya un estilo de gobierno?) aduciendo que la DPI ha cambiado de nombre a Editorial para la Cultura y el Arte, arrogándose además autoridad para nombrar a un nuevo director, el señor Carlos Alfredo Serpas, pasando por encima del nombramiento legal que para ejercer ese cargo durante los últimos años ha respaldado a la licenciada Jasmin Campos, quien ha realizado una labor eficiente, dentro de las limitaciones económicas en que debió desarrollarla. Es necesario recordar que la DPI fue creada mediante un decreto, el Nº 11 de abril de 1955 (ver Diario Oficial Nº 167, tomo 67), el cual ha sido objeto de varias reformas.
Viendo la lentitud con que se trató la situación en SECULTURA por parte del Sr. Funes, quien es el principal responsable de ella puesto que se la arrogó como parte de su agenda, no podemos dejar de sentir un cierto sentimiento de pena por haber refutado las calificaciones que varios intelectuales organizados pronunciaron sobre la figura del gobernante al iniciar su gestión, con otras débiles acciones que distaban de las que exigía ese cambio tan esperado y del cual, según reza en vallas propagandísticas que aún se exhiben, Funes es el líder. Entre esas acciones podemos mencionar no haber enjuiciado ya a quienes en los 20 años de gobiernos precedentes malversaron fondos y/o no pagaron tributos; y similares acciones tomar contra quienes en el mismo período y hasta la fecha tampoco cancelaron al ISSS las cuotas que sí dedujeron de las planillas de sus empleados. Solo ahí hay para recaudar muchísimo más de lo que se necesitaría para emprender todos los proyectos que se necesitan en cultura, en educación y en salud.
¿Cuál es entonces el liderazgo para el cambio? Un líder aporta soluciones, no conflictos. Un líder demuestra carácter y da la cara, no esconde la razón de sus acciones (todavía no se aducen razones para la destitución de Cuenca). Un líder escucha a quienes le siguen (votantes), no les da la espalda. Un líder lidera todos los aspectos de la actividad de esa sociedad que le confía el liderazgo (que eso, en definitiva y básicamente, es cultura) y eso incluye la educación, la producción artística, el desarrollo cultural. Con la destitución de la doctora Cuenca el gobernante demostró, exacerbadamente, su auctoritas, no su potestas; y con esa decisión destitución abrupta, atropellada, desproporcionada, perdió dignitas. Esperamos que la recupere cumpliendo con las demás promesas de campaña. Juntas, esas tres condiciones, hacen al verdadero gobernante, no los votos. En cuanto al poder, este se demuestra haciendo que se imponga la ley y la justicia encima de los intereses de clase, de sectores, de partidos o, entiéndase claro, de etnias. Eso es democracia, no solo las elecciones libres.
Con todo, no desisto de confiar en que el señor Funes puede a su vez desistir del autoritarismo demostrado hasta hoy y de la autosuficiencia de que le acusan quienes le rodean, para optar por maneras de gobernar más sensatas, más oportunas, más eficientes y eficaces, que no es lo mismo. Estar rodeado solo de amigos aduladores, no es sensato. No escuchar a quienes tienen experiencia conduce a la pérdida de oportunidades de aplicar soluciones eficaces; y no saber aplicar éstas, es no ser eficiente, ni como persona ni como presidente. Ni siquiera como comunicador, que ha sido el oficio de “Mauricio”, como le llaman campechanamente hasta quienes no lo conocen, porque lo que comunica ahora al pueblo su gobierno no es tranquilidad y confianza sino todo lo contrario. Y esto es tan grave como lo que recientemente le señalaron en el país que acaba de visitar: no haber actuado judicialmente contra los corruptos que se aprovecharon de los millonarios préstamos recibidos durante los gobiernos precedentes. (Léase “ LA AYUDA INTERNACIONAL Y LA CORRUPCIÓN EN ELSALVADOR”, en The Wall Street Journal del lunes 8 de marzo de 2010).
Como escritor, preocupado por el campo que compete a mi gremio y al de los demás intelectuales y artistas de este país, me siento responsable de hacer ver al señor Funes que debe recapacitar y rectificar los graves errores cometidos y demostrar madurez resolviendo de una vez las graves y tan burdamente expuestas contradicciones en el campo de la Cultura, reconociendo la validez de algunos de los proyectos que bajo el liderazgo de la doctora Cuenca estaban por realizarse, así como los trabajos que bajo la nueva dirección de SECULTURA se proyecten. Algo más que sería un sello de calidad a esa actitud es que en vez de recibir los 300 buses al mes que enviarán Brasil y el amigo Lula, que sean 250. El valor de los otros restantes que los envíen en efectivo para contribuir al desarrollo de todos esos proyectos o los que convengan. No solo de smog debemos vivir los salvadoreños.
Quizas no pero es lo mejor que hay ahorita, lo mas viable, lo mas serio y honesto. Cual es la alternativa? Ceren? Cristiani? Lorenzana!!! Medardo!!!!... Sol?...
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