El Presidente anunció que durante su gobierno no habría otorgamiento de cargos por compadrazgo; sin embargo, al ver algunos de los nombramientos en el Ejecutivo, su promesa parece lejos de la realidad
Escrito por León Eduardo López. Domingo 6 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.
En su primer día de gestión, en el discurso de toma de posesión, el Presidente Mauricio Funes ofreció un gobierno sin privilegios, que "coloca el talento, la dedicación y el esfuerzo como las únicas causas de promoción y crecimiento"; en sus palabras, dijo que pondría fin a los compadrazgos y estimularía la "meritocracia".
Al conocer algunos de los nombramientos en su gabinete, sin embargo, sus palabras quedaron en entredicho. La "revolución ética" que propuso no se cumplió al pie de la letra y los nombres de allegados a su partido y de "amigos" del Presidente salieron a luz en diferentes instituciones estatales.
Las críticas no tardaron en llegar. En un editorial de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA), firmado por su rector José María Tojeira, se menciona que el gabinete llegó "con una dosis de improvisación relativamente alta", para añadir que "es cierto que a algunos ministerios llegaron los titulares y sus colaboradores más inmediatos sin experiencia de trabajo en equipo y, a veces, con poca experiencia de gestión".
Pero los señalamientos también han llegado desde la propia casa. El diputado Roberto Lorenzana, ex gerente de campaña de Funes, criticó el nombramiento del presidente de Cel, Nicolás Salume, al decir en una entrevista que "por ética, no lo hubiera puesto. Porque no voy a poner a un pariente de uno de mis principales financistas en un cargo". El padre de Salume hizo un préstamo a Funes para financiar parte de su campaña electoral.
La oposición también tiene cosas que decir en este asunto. El presidente de ARENA, Alfredo Cristiani, dijo en el balance de los primeros meses de gobierno que la meritocracia ofrecida "se volvió partidocracia".
El jefe de la bancada legislativa tricolor, Donato Vaquerano, en un informe leído con ocasión de los 100 días de gestión efemelenista, calificó de "inmoral" los cambios en las oficinas del Ejecutivo, y culpó a los nuevos titulares de "dar empleo a parientes y activistas del FMLN".
Algunos analistas como Miguel Lacayo han dicho que uno de los problemas en la formación del gabinete era la falta de personas idóneas para algunos cargos, además del conflicto que se generaba entre el partido y el grupo "Amigos de Mauricio" (allegados a Funes durante la campaña) por manejar puestos clave. "La promesa del presidente no se cumplió, ya que el gabinete se conformó tomando en cuenta la 'partidocracia' o por 'amigocracia'", dijo el ex ministro de economía.
Para algunos de los consultados, el problema no está en sí en los nombramientos, pues muchas de las personas que ocupan esos cargos son vistos como profesionales capaces en sus áreas aunque otros son criticados por ocupar "cuotas de poder" o "favores electorales", aunque en algunos casos también se reconocen ciertas credenciales.
En el primer grupo están nombres como el de Alexander Segovia (secretario técnico de la Presidencia), Franzi "Hato" Hasbún (secretario de asuntos estratégicos), María Isabel Rodríguez (ministra de Salud), Héctor Dada Hirezi (ministro de Economía) o Carlos Cáceres (ministro de Hacienda). En algunos casos se cuestiona que no estén en las carteras o en puestos en los que mejor podrían aportar.
Pero la sombra de las cuotas de poder camina a la par de otros nombres. Violeta Menjívar (viceministra de Salud), Humberto Centeno (ministro de Gobernación), Ernesto Zelayandía (viceministro de Gobernación) y Nelson García (viceministro de Transporte) son algunos de los funcionarios que, según los consultados, están ocupando espacios partidarios en el Ejecutivo. Otros, como Miguel Menéndez (presidente del Centro Internacional de Ferias y Convenciones), Jaime Rodríguez (presidente del INDES) y algunos gobernadores evidencian la porción del reparto para el grupo "Amigos de Mauricio".
Un tercer segmento lo ocupan los aliados de campaña, quienes lo apoyaron política o financieramente, y entre quienes están Juan Pablo Durán (presidente de la Lotería Nacional de Beneficencia), Óscar Kattán (director del Seguro Social), Tomás Chévez (presidente del Fondo Social para la Vivienda) y Nicolás Salume (presidente de Cel).
En declaraciones publicadas por el periódico digital El Faro en junio anterior, Zelayandía dijo que "todos los que estamos en el gabinete nos involucramos en la campaña, colaboramos financieramente. Yo colaboré financieramente... todo mundo tuvo una participación de una u otra forma".
Con este gabinete no está fuera de la realidad pensar que la meritocracia que propugnó el mandatario no fue del todo cierta.
Críticas
"Aquí las personas serán reconocidas por su talento y su honestidad, no por sus conexiones o por su apellido", dijo Funes en la toma de posesión. Su partido, sin embargo, parece haberle ganado el pulso cuando coló a varios de sus dirigentes más radicales en diversas funciones dentro del Ejecutivo.
El "gobierno que no permite privilegios" quedó en segundo plano. Uno de más férreos críticos de los nombramientos, el analista Paolo Lüers, escribió en este medio el 7 de junio anterior: "Ceder a este grupo ("el sector más ortodoxo del FMLN") el control sobre Gobernación, Inteligencia del Estado y Educación es, para graficarlo de alguna manera, el precio que paga Funes para poder controlar -junto con el sector más renovador del FMLN, con el CD de Héctor Dada y con sus Amigos- las políticas macroeconómicas del país".
Para Lüers, la meritocracia no se ha llevado como filosofía lo que no significa que todos los funcionarios hayan llegado sin tener credenciales para el cargo que ocupan, aunque estos son "más bien la excepción".
Lacayo también critica que muchos de los despidos de empleados de administraciones anteriores se hicieron sin tomar en cuenta la "capacidad histórica adquirida", y aunque aceptó que entre los despedidos podría haber simpatizantes de ARENA, si sus capacidades laborales justificaban su cargo, lo lógico era que continuaran ejerciéndolo.
Cristiani también se sumó a este señalamiento al decir que "es realmente insensible de parte del FMLN en este momento, cuando hay tal problema de desempleo, despedir a gente solo por colores políticos", para añadir que "ellos están sacando a la gente con capacidad".
Lacayo dijo que el Presidente Funes debe estar "vigilante del desempeño real de sus funcionarios y al cabo del primer año de gestión, o antes, pueda hacer los cambios que crea convenientes".
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