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2010/08/24

LPG-¡Cuánta hipocresía!

 No estoy de acuerdo con el aborto, en ninguna de sus formas, pero la hipocresía con que se aborda el tema me causa tanta repulsión como el pensar que se puede terminar con la vida de un ser humano.

Escrito por Nacho Castillo.25 de Agosto. Tomado de La Prensa Gráfica. 

Tampoco entiendo las razones que llevaron a la directora del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), Julia Evelyn Martínez, a firmar el Consenso de Brasilia, por el cual se comprometió a revisar en el país las leyes que penan el aborto. Si con ello Martínez pretende que se vuelva a discutir el aborto terapéutico, debe ser muy clara. En este tema, tan polémico, no debe haber intenciones escondidas. Menos cuando, seguramente, el objetivo de la directora del ISDEMU es tener un debate más amplio sobre el tema, pues está claro que la composición legislativa no producirá ningún cambio.

Ahora, vamos a la hipocresía, que causa tanto daño como el mismo aborto. ¿Cuántos están presos por inducir abortos en el país? La ley dice que quienes practiquen el aborto o lo induzcan tendrán penas de cárcel de dos a cuatro años. La mencionada ley está vigente desde la década del noventa. En nuestras cárceles no hay más de cinco personas condenadas por ese delito. ¿En todo este tiempo no se han producido más abortos en el país? Por supuesto que sí, y decenas al día. Entonces, ¿los antiabortistas se satisfacen plenamente con que exista una ley, aunque la realidad diga otra cosa? Esto se llama hipocresía.

Pero no solo eso. ¿Qué dicen “los perseguidores del pecado” por la existencia dramática de tanto niño en nuestro país que pulula por las calles a cualquier hora porque sus padres irresponsables, en su mayoría borrachos, los mandan a pedir limosna? Si hablamos de niños y de la vida misma, pues entonces hagámoslo en toda su dimensión, no con el descaro de luchar desesperadamente por la existencia de una ley que prohíba el aborto, pero nos olvidamos de la vida que se produjo gracias a esa misma ley.

En nuestro país tenemos mucho que hacer por los niños. Necesitamos rescatar a miles de niños de las calles, condenados a una adultez de miedo. Tenemos que hacer y aplicar leyes que castiguen la paternidad irresponsable. Tenemos que hacer conciencia de que los niños no se traen al mundo para que sufran, que no se procrean para tener una posesión, una propiedad productiva.

Nuestra sociedad salvadoreña tiene grandes pecados en relación a la niñez. Las estadísticas nos indican que el abuso es una constante. Existe el abuso laboral, sexual, por maltrato y también por no satisfacer las necesidades básicas del menor. No somos capaces de ver el sufrimiento de miles de niños que no tienen alimento para llevarse a sus bocas y que cuando nos piden ayuda, los miramos con desdén.

Hay que estar contra el aborto, pero también hay que estar a favor de la niñez. Estoy muy de acuerdo con el presidente Funes, que desautorizó lo actuado por el ISDEMU en relación a revisar la ley contra el aborto. Pero el Gobierno tiene la obligación de hacer mucho más de lo poco que se ha hecho hasta ahora por la niñez desvalida.

¿Y los hipócritas? Se irán al infierno.

¡Cuánta hipocresía!

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