El contrapeso más efectivo a la corrupción, las malversaciones, el mal trato a la gente, a políticas nocivas, es la denuncia pública y el debate de los problemas de las comunidades y del país
26 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy.
Nadie es dueño de toda la verdad, por lo que es con los aportes en ideas y experiencias de muchos que se construyen los países. La discusión, la crítica, los respaldos y el rechazo a procederes y a lo que se hace o se deja de hacer, es fundamental para sentar los rumbos de una nación; al no haber debate y al perseguirse la crítica, los pueblos quedan a la deriva y a merced de los que detentan el poder.
Muy pocos, fuera de las comadronas de cada barrio, se meten en la vida privada de otros, salvo cuando su conducta y sus inclinaciones se conviertan en una amenaza para el resto. El hombre que viola a sus hijos, el que manipula materiales peligrosos dentro de su vivienda, el que da refugio a malhechores o trafica en sustancias prohibidas, deja de tener "derecho a la intimidad". Las autoridades y sus mismos vecinos o asociados tienen el deber de vigilarlo y denunciarlo.
Los funcionarios públicos, los que venden o fabrican comida, los que comercian en bienes y servicios se convierten en personas públicas sujetas al escrutinio de sus conciudadanos, pues éstos pueden ser afectados por lo que hagan de malo o indebido. Sería una contradicción que haya instituciones que velen por los intereses de los consumidores, pero que se persiga "por difamación" al que denuncie prácticas inmorales o perjudiciales, como cuando los vecinos de un barrio alerten de un foco infeccioso y lo que dicen se publica.
Entre lo peor que ha sucedido en El Salvador está el debilitamiento de los pesos y contrapesos institucionales, para caer en el chantaje, los actos de fuerza, la presión callejera y la desobediencia a la ley.
¿Qué recursos tiene el público frente a individuos con poder pero carentes de experiencia, de sensatez y de moral, que despilfarran presupuestos y no cumplen con sus responsabilidades? Lo único que le queda a la gente es la denuncia pública, pero si al denunciar los comunicadores y los ciudadanos quedan expuestos a ser procesados, lo que sobreviene es el desastre.
Sin debate, se cae en los despotismos
El contrapeso más efectivo a la corrupción, las malversaciones, el mal trato a la gente, a políticas nocivas, es la denuncia pública y el debate de los problemas de las comunidades y del país.
Las mordazas dejan a la gente en indefensión frente a las pandillas, los grupos de fuerza, los intereses de malvados. Mordazas impone el narcotráfico a ciudades mexicanas al asesinar a periodistas, jueces y funcionarios.
Un caso reciente ilustra el valor de la crítica pública a los desmanes de funcionarios: las viles acusaciones que hizo un miembro del gabinete a la industria farmacéutica nacional habrían abierto la posibilidad de atropellos y sanciones, de no haber sido por lo que declararon y demostraron los afectados. Era importante no sólo defender a un sector que contribuye en gran medida al bienestar de todos, sino proteger el empleo de las más de veintidós mil familias que derivan su sustento de los empleos que genera esa industria.
Lo que afecte el bienestar, las libertades, la convivencia y el Orden Democrático de un país, es materia de discusión y análisis público, no de lo que piensa un gabinete o un tribunal. Al no ser así, los países caen en los despotismos y la miseria.
elsalvador.com :.: Todos debemos definir el destino nacional
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