Comentarios mas recientes

2010/08/13

EDH-Editorial-Gazmoñería, hipocresía, fingimiento, pudibundez…

 Como bajo el estalinismo o en los campamentos guerrilleros en Centro-América, la alegría era una señal de aburguesamiento, lo que se castigaba apaleando al infeliz hasta morir

Editorial.13 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy.

 

El español es rico en palabras para describir a los mojigatos, los falsos moralistas, los intolerantes que quieren controlar los comportamientos y la manera de pensar ajenos. Gazmoñería, hipocresía, beatería, puritanismo, santurronería, pazguatería, teatinería, fingimiento, fanatismo, pudibundez, afectación, ñoñería… son palabras que, en una forma u otra, describen a los que quieren prohibir cachiporristas, reinados de belleza y, eventualmente, desfiles de modas, maquillajes y todo comportamiento que se salga de las estrictas directrices socialistas.

No, el parto no es de la Fábrica Centroamericana de Ocurrencias, sino que concuerda con los intentos por amordazar, censurar, prohibir e intimidar a la gente por hacer lo que le viene en gana, desde pintarse el pelo de rubio hasta subirse las enaguas en un baile.

En el mundo hay bonitas y hay feas, pero las menos agraciadas siempre pueden compensar con simpatía, inteligencia, ternura y buenos cuerpos lo que la naturaleza no les dio. Por algo se dice que no hay bonita sin su defecto ni fea sin su gracia. El problema surge cuando por complejos se imponen modos de vestir, se prohiben arreglos y se persigue la alegría; en la época de Mao chinos y chinas, el billón de ellos, estaba forzado a ponerse la misma casaca azul.

Tras estos amagos puritanos está la noción de que hay "una sola cultura", que esa cultura es puritana y excluyente y que se debe imponer a como dé lugar. Pero la cultura no es estática ni se mueve en una sola dirección, sino que se manifiesta en infinidad de maneras de acuerdo con el espíritu de cada época y cada pueblo.

Eso nos trae a la memoria la tragedia de Esmeralda, la heroína de El Jorobado de Nuestra Señora. Su grácil belleza, su espontaneidad, sus inocentes coqueteos, su pandereta y sus dulces movimientos al danzar, la llevó a la horca por brujería. Bajo el estalinismo y en los campamentos guerrilleros en Centro-America, la alegría era una señal de aburguesamiento, lo que se castigaba apaleando al infeliz hasta morir.

Hay rabia contra la alegría ajena

Para justificar las prohibiciones contra las reinas de belleza y las cachiporristas, reglas que nadie está obligado a cumplir fuera de los centros escolares públicos, se dice que va a fomentarse "la gimnasia rítmica" entre jóvenes de uno y otro sexo. Pero ni siquiera esta idea es original, pues los chinos comunistas forzaban "al pueblo" a presentarse en parques y calles muy de mañana a hacer gimnasia. Muchos somos los que hacemos ejercicios, caminatas o "formas" de artes marciales, pero no vamos a imponerlos a otros ni menos a comenzar con gimnasia y terminar con maniobras militares.

Esa es precisamente la insalvable diferencia entre las sociedades libres y los despotismos: aunque sea beneficioso para la salud, en un país libre no se obliga a nadie a hacer lo que no quiere. Es lo que no entienden ni quieren entender ni los talibanes ni los pudibundos. La actitud movió a las bandas de enloquecidos durante la Revolución Cultural de Mao y llevó a los diabólicos excesos del Sendero Luminoso en Perú.

Esmeralda propagaba el hechizo de la alegría, de lo innovador, de sus cadenciosas caderas, de la magia que emana del arte cuando va rompiendo brechas y lo que es el divino soplo de la juventud.

Ábranse los ojos al espíritu y ciérrense a la amargura.

elsalvador.com :.: Gazmoñería, hipocresía, fingimiento, pudibundez…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.