Escrito por Francisco Zelada.14 de Marzo. Tomado de Tendencia Revolucionaria.
En realidad, siete meses de un nuevo gobierno, son muy pocos para transformar las injustas estructuras de poder organizadas por los gobiernos neoliberales de hace más de dos décadas; sin embargo, las bases del GOBIERNO DEL CAMBIO debieron haberse creado ya, elaborando y socializando los indicios del rumbo a seguir; los temas prioritarios como la hambruna que sufren cientos de comunidades rurales, debió atacarse frontalmente, desde el primer día del nuevo gobierno; la violencia estructural; el crimen organizado; la delincuencia común; la corrupción; la evasión y elusión de impuestos; etc. son temas que no deberían, después de más de un semestre de una nueva administración pública, seguir durmiendo el sueño de los justos. Al menos, el pueblo salvadoreño debería conocer las políticas de Estado, estrategias, planes, programas y proyectos diseñados para que funcione el gobierno del cambio.
En el contexto de la Italia del Siglo XVI, el filósofo Nicolás Maquiavelo escribe, en el año 1513, su más importante obra publicada en 1532: El Príncipe. Con esta obra, se revoluciona la Ciencia Política de la época, pero, a través de los tiempos, el maquiavelismo se fortalece como una filosofía adoptada, principalmente por los gobernantes de los Estados en crisis.
En El Salvador, con el triunfo electoral obtenido por el principal partido de oposición, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que desde 1994 venía saboreando la derrota, y que el 15 de marzo de 2009 conquistara la administración del Estado, se abre una nueva página de nuestra historia, y la probabilidad de cumplir con las promesas de campaña, metidas todas en un solo saco etiquetado con la frase: GOBIERNO DEL CAMBIO.
En realidad, siete meses de un nuevo gobierno, son muy pocos para transformar las injustas estructuras de poder organizadas por los gobiernos neoliberales de hace más de dos décadas; sin embargo, las bases del GOBIERNO DEL CAMBIO debieron haberse creado ya, elaborando y socializando los indicios del rumbo a seguir; los temas prioritarios como la hambruna que sufren cientos de comunidades rurales, debió atacarse frontalmente, desde el primer día del nuevo gobierno; la violencia estructural; el crimen organizado; la delincuencia común; la corrupción; la evasión y elusión de impuestos; etc. son temas que no deberían, después de más de un semestre de una nueva administración pública, seguir durmiendo el sueño de los justos. Al menos, el pueblo salvadoreño debería conocer las políticas de Estado, estrategias, planes, programas y proyectos diseñados para que funcione el gobierno del cambio. En este nuevo escenario, muchos ciudadanos/as comunes, constantemente nos interrogamos: ¿Puede concretarse un gobierno del cambio, dentro de un modelo neoliberal?, ¿Podrá la nueva administración de la cosa pública, marcar la diferencia con las administraciones anteriores, teniendo como asesores/as a funcionarios de los gobiernos de Saca, Flores, Calderón, Cristiani y hasta de Duarte? o ¿Será que el Soberano Pueblo eligió GOBIERNO DEL CAMBIO O CAMBIO DE GOBIERNO? si alguien tiene respuestas a estas interrogantes, sin entrar en el dialéctico debate del cambio en constante cambio, ansioso el pueblo las espera.
La realidad que nos envilece sigue asechando nuestras vidas: Dolarización, presas y represas, explotación minera, contaminación ambiental, asesinatos, extorsiones, desempleo, alto costo de la vida, marginalidad, pobreza extrema, ley de amnistía, privatización de servicios básicos, etc.etc. Pero: ¿Acaso para construir la hazaña del 15 de marzo, el pueblo no puso su cuota de sacrificio voluntario, entrega, resistencia y heroísmo? ¿Qué reclamos nos haría ahora Feliciano Ama, Anastasio Aquino, Farabundo Martí, Mélida Anaya Montes, Roque Dalton, Rutilio Grande, Arnulfo Romero, Schafik Handal, y todos aquellos héroes y heroínas de la patria que cayeron abrazando la utopía de instaurar en El Salvador, un gobierno democrático popular?.
Maquiavelo, al referirse a las repúblicas, como una forma de organización del Estado, claramente atinaba que éstas no siempre habían existido, al igual que los principados; es decir, las repúblicas son conceptos abstractos que sólo existen en la imaginación socialmente construida, en los seres humanos, como sujetos históricos. De ahí que cada persona tiene su propio concepto de lo que podría ser una república; lo mismo ocurre con los principados: El Príncipe existe, en la medida que alguien lo reconoce: el súbdito. Un presidente existe, en la medida que haya un presidido; un patrono, si hay un asalariado; un representante, si alguien es representado, etc. etc. Es en esta dinámica social en la que la filosofía maquiavélica se encarna y merodea nuestra vida cotidiana.
El autor de la famosa frase “el fin justifica los medios”, sigue más vivo que nunca en estos tiempos de angustia que vive el pueblo salvadoreño. Es claro que toda persona honrada, honesta, moralista y con firmes principios éticos, fracasa constantemente, en tanto que el resto de personas que le rodean, no lo sean. Sólo para puntear una arista de la realidad que se vive en esta nueva coyuntura, en el Sistema Educativo Salvadoreño: Los nuevos titulares del ramo de Educación han expresado su voluntad y compromiso de transformar el actual Sistema Educativo; para hacer realidad esta aspiración necesitan el respaldo del Magisterio Nacional que se identifica con ese compromiso; pero, además, requieren de la colaboración de las estructuras departamentales de educación. En estas estructuras se crean los cuellos de botella, debido al uso de argucias y a la audacia de las representaciones de la derecha maquiavélica capaz de seducir (con besos judaicos, con abrazos, con cafecito y agua, con lo que sea) a cualquiera, a cambio de asegurar su objetivo político, su seguridad y su propio bienestar. Al interior de muchas de estas departamentales de educación se desarrolla una silenciosa disputa por el control del dominio en la administración; en algunas de ellas, la derecha ha recuperado el control, sin mayores esfuerzos; tales son los casos de Sonsonate y La Libertad. En las gestiones de estas dos estructuras"educativas", particularmente, más allá del discurso o retórica panfletaria, del método de la persuasión sobre la verdad, no existe un código de ética y, es la infamia, la calumnia, la institucionalidad prostituida, los procesos viciados, etc. los elementos que les caracterizan y que forman parte de los ejes estratégicos que impulsan los mismos grupos de poder que han gobernado en las últimas décadas esos aparatos que deben ser de Estado. Ellos/as muy bien lo saben que si practican las virtudes; los valores; eliminan los dobles discursos, etc. estarían construyendo su propia ruina y cavando la tumba para su cadáver político.
Los desmanes generados al interior de estas instituciones secuestradas, se están exportando hacia los elementos micros del sistema: los Centros Educativos, los organismos de administración, los Consejos de Maestros, alumnado y, el aula.
Cada uno de estos personajes que dice dirigir la departamental de educación, pierde gran parte de su tiempo en campañas de promoción personal, y en maniobras que generan problemas que van, desde los más simples, a los más complejos y ha perdido todo espíritu de formación y actualización profesional para enfrentar los desafíos que representa el ejercicio del cargo. Con esa caracterización de actuares, no cabe duda que son los peones por excelencia, loscaballos de Troya que la habilidosa derecha necesita para recuperar, en las próximas elecciones, el poder perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.