03 de Marzo. Tomado de El Diario de Hoy.
Al parecer diputados, alcaldes y dirigentes de Arena, o los pedazos de un partido en franca agonía, han recibido instrucciones para que en todas sus declaraciones a los medios se muestren “a favor de las reivindicaciones populares” y ataquen o “razonen” todos los proyectos y obras emprendidas por el actual gobierno. Buscan tablas de salvación, motivos o hechos públicos para “hacerse escuchar”, dar la idea de “una poderosa fuerza” de la ultraderecha o un movimiento “reformista” en plena recuperación.
Arena está embarcada en una de esas aventuras que levantan suspicacias y provocan justos y necesarios reclamos y reacciones de fuerzas políticas idénticas o contrarias a sus peregrinos postulados. Por más que los dirigentes del Coena lo nieguen, la evidencia de los hechos lo confirma: vienen de evidentes contradicciones y divisiones internas producto del autoritarismo, de la prepotencia y de la corrupción. De otro modo ¿por qué tantas pugnas y purgas intestinas, tantas expulsiones y deserciones? ¿Por qué los graves señalamientos de imposiciones y conductas violatorias por parte de los altos dirigentes y ex presidentes de la república? Son sus mismos “hermanos” como solían llamarse, los que han sentido en carne propia los efectos del autoritarismo y el verticalismo en la toma de decisiones que han terminado por llevar al despeñadero y a la extinción a esta corriente de pensamiento neoliberal.
En la última semana, producto de esa “consigna” de hacerse escuchar y reiterar sus propósitos decadentes y cínicos, publicaron un comentario sobre la muerte de un disidente cubano, luego de permanecer por varias semanas en una supuesta huelga de hambre. Se rasgan las vestiduras y “elevan su protesta” por el proceder de las autoridades cubanas, al tiempo de “exigir” al gobierno salvadoreño pronunciarse sobre el caso. Es lamentable e hipócrita porque viene de los fundadores y patrocinadores de los Escuadrones de la Muerte, de los responsables de miles de asesinados, masacres, desapariciones forzadas, secuestros y torturas. De hechos criminales por los cuales el presidente Funes tuvo que pedir perdón al pueblo salvadoreño.
¿Cuándo, en que tiempo, periodo o fecha, los cuatro gobiernos de Arena pidieron perdón al pueblo sobre hechos cometidos o patrocinados por ellos mismos? ¿Alguna vez han pedido disculpas sobre el magnicidio de monseñor Oscar Arnulfo Romero? O ¿Sobre la masacre contra los sacerdotes jesuitas? La Comisión de la Verdad establecida luego del Acuerdo de Paz, examinó miles de casos de asesinatos, torturas, desapariciones forzadas, masacres, y llegó a la conclusión que fueron personas vinculadas al partido Arena los que participaron en semejantes aberraciones y actos contra los derechos humanos.
Por lo tanto, partiendo de hechos concretos, de casos debidamente registrados, comprobados y documentados, son personas de carne y hueso, con nombre y apellido, estrechamente vinculadas a la organización y patrocinio de los Escuadrones de la Muerte, los que posteriormente dieron origen al partido Arena, las que participaron en todas estos espeluznantes crímenes, masacres y torturas contra miles de salvadoreños, desde campesinos, obreros, estudiantes y pequeños comerciantes, hasta religiosos, intelectuales y profesionales.
Los violadores de los derechos humanos, los implicados en crímenes de lesa humanidad o en genocidios, no tienen ni gozan de autoridad moral o jurídica alguna para condenar a un gobierno como el cubano que en legítima defensa de su dignidad y de su territorio permanentemente amenazado por la más grande potencia militar y económica, toma las medidas justas y necesarias para mantenerse en pie y continuar con su política social en el plano interno y solidaria a nivel mundial, sobre todo para ayudar a los países más débiles de América Latina y otros continentes. Los que festejamos y amamos la justicia social, la paz y la armonía entre las naciones, esperamos que algún día en América Latina se construya la unidad que anhelamos para romper las cadenas que todavía nos tienen maniatados a la potencia imperialista.
No son con hechos cínicos, con actitudes hipócritas o declaraciones demagógicas que Arena logrará unir sus pedazos e intentar volver por sus fueros o levantarse de sus cenizas. Su derrota en las elecciones para alcaldes y concejos municipales y presidencial, se produjo no por “haber realizado una pésima campaña electoral”, ni por llevar a un desteñido candidato presidencial, ni mucho menos por “la falta de unidad” de sus dirigentes y cuadros medios, sino por la corrupción, el autoritarismo y la soberbia que caracterizaron a sus cuatro nefastos regímenes. En las actuales circunstancias, los salvadoreños de distintas condiciones sociales, no quieren saber nada de este partido ni mucho menos de personas como Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol, Francisco Flores o Antonio Saca, que han sido señalados de distintos casos de corrupción y de favorecer a grupos económicamente poderosos, mientras las mayorías poblacionales languidecían en la pobreza absoluta.
Ya la sabiduría popular ha dictado sentencia, lo hizo desde marzo de 2009 cuando tomó la decisión de expulsar a Arena y llevar al FMLN al gobierno. No fue un hecho fortuito y casualidad: el pueblo se cansó de 20 años de corrupción, de impunidad y de abandono en todas las esferas sociales, económicas y políticas. También se “aburrieron” del autoritarismo y la corrupción miles de areneros que han abandonado el barco y se han unido a otras expresiones políticas. La fiera en franca agonía se resiste y luchará hasta su última gota de sangre. Pero el final está muy cerca y es el precio justo a dirigentes y patrocinadores que por décadas han creído que El Salvador es nada más la extensión de sus particulares haciendas y casas de retiro.
Publicado por pocote
Simpatizantes del FMLN » Los cínicos buscan excusas para vivir
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