“La incertidumbre política y la violencia seguirán presentes. Mientras se pelean esas batallas, debemos enfocarnos en hacer crecer la economía. El gobierno debe transmitir confianza, fomentar la inversión, superar la desconfianza y los prejuicios generalizados.”
Escrito por Rafael Castellanos. 23 de Marzo. Tomado de La Prensa Grafica.
América Latina sorteó relativamente bien la crisis económica mundial. La mayoría de los países latinoamericanos crecerán económicamente este año, algunos ayudados por los precios de los productos básicos, otros por tener economías más diversificadas como Brasil, Chile aún en medio de su reconstrucción, Panamá y Costa Rica.
El Salvador es uno de los pocos que no crecerá. Las proyecciones nacionales e internacionales van desde crecimiento negativo, hasta un crecimiento menor del 1%. La situación de la gente se vuelve cada vez más dura, hay más desempleo, ingresos disminuidos, deterioro y cierre de empresas, las que más sufren son las micro y medianas. La clase media está muy golpeada, muchos han pasado a las filas de los pobres, los pobres se han empobrecido más, muchos han entrado a la indigencia.
La agenda nacional se mantiene dominada por la compleja situación política, algunos grandes engaños se van develando más claramente. El FMLN marcha rumbo a su proyecto consistentemente, más rápidamente de lo que todos anticipamos. Está dominada por la violencia y por síntomas de descomposición social serios como que la PNC cuide una manifestación de familiares de mareros, unos encapuchados se tomen la universidad por enésima vez y las autoridades encargadas de seguridad se hagan los desentendidos, una jueza cargue contra la prensa inadecuadamente, en defensa de un asesino captado in fraganti por un fotoperiodista.
A pesar de esa intensidad del ambiente, es urgente dedicarle pensamiento y energía a resolver el crecimiento de la economía, tarea difícil, porque se trata de crecer en medio de incertidumbre política, inseguridad jurídica y ciudadana. Esos factores son los principales responsables de que no haya inversión, de que nada se mueva.
La incertidumbre de si el FMLN conseguirá construir su proyecto revolucionario no se resolverá en varios años, ellos lucharán por lograrlo y los que no están de acuerdo, que son la mayoría, lucharán por evitarlo.
Las batallas políticas están por desarrollarse aún y la probabilidad de que el Frente no logre su objetivo es grande. La batalla porque la derecha no llegue dividida a la elección de 2012 y ARENA recupere los diputados que le arrebataron ilegítimamente se ve cada vez mejor. Lo que puede suceder en un país tan dinámico como el nuestro y altere la correlación política es tanto...
Entonces, mientras se pelean esas batallas, todos debemos enfocarnos en que despegue la economía, es en beneficio de todos. ¿Se puede? Hay que intentarlo. Una parte muy importante le corresponde al gobierno, debe ser capaz de transmitir confianza, de mostrar coherencia en su actuar, de no obstaculizar las inversiones con actuaciones burocráticas prejuiciadas, que las hay, sino fomentarla, facilitarla, como hacen todos los países exitosos, la inversión es lo que genera crecimiento y empleo. El gobierno debe estar interesado en eso, la empresa privada, grande, mediana, pequeña también, la población lo pide a gritos, el FMLN duro debiera desear una situación de bonanza económica.
Los préstamos internacionales no solucionan el problema, si no se recupera la economía, no se podrán conseguir más. Se resuelve generando ingresos, y esos solamente se dan con inversión.
Las remesas no crecerán mucho, los sectores que emplean a nuestros ciudadanos en Estados Unidos no despegan, las exportaciones se dificultan, muchas empresas se han deteriorado con la situación, además, debido a la incertidumbre política, la mayoría no han invertido en su mejoría, mantenimiento o nuevas líneas de producción.
Existe desconfianza y prejuicios hacia el sector privado desde el público, desesperanza y sentido de impotencia en el privado. Debe encontrase la forma de superar esa barrera. En el gobierno se ven con desconfianza abusos de malos empresarios, en detrimento del medio ambiente, del consumidor, del fisco... Los hay aquí y en todas partes, pero es un error echar a todos en la misma canasta.
Hay que desmontar muchos sistemas de privilegios, los comportamientos oligopólicos en la economía para que funcione mejor. Son varios y es claro cuáles son. La protección para que esto se dé viene de los políticos que los protegen, de la Asamblea, de las altas esferas. La actuación eficaz y valiente de la Defensoría del Consumidor, de la Superintendencia de Competencia y un sistema de transparencia muy ofrecido por el gobierno, son parte de lo necesario para que los negocios funcionen limpiamente. Adelante.
No es bueno que cada dependencia libre su propia batalla, lleve su propia agenda, se impone una mayor coherencia, sentido de equipo, que se da en algunos círculos cercanos al presidente, algunos ministerios y autónomas. Debe extenderse más.
“Es sobre la economía est...”, frase famosa de Clinton, que nos viene al pelo. Entrémosle.
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